Pereira, Colombia - Edición: 13.262-842

Fecha: Sábado 18-05-2024

 

 COLUMNISTAS

 

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Mi reino por este mundo en Relato

Por: Jotamario Arbeláez

 

Leonel Giraldo presenta a Jotamario en Liberia Relato de Villa de Leyva. Foto de Tatiana Bosiga.

 

Pues bien, estoy en la localidad que venero, en Villa de Leyva, viviendo de planta como uno más de esos robles que me acompañan con el canto de sus ramas matutinas y de sus pájaros con alas de hojas. Mis perros Monje y Dina madrugan a dar las gracias al sol por tenerme de proveedor de caricias y concentrado. Y el sol desde su cojín de nubes me guiña un ojo que alcanzo a ver tras de sus gafas oscuras. De la luna no hablo porque oigo que de noche le ladran los perros, y yo lo que deseo es que les ladre la luna.

Pisé por primera vez este edén en 1971, cuando como biógrafo del General con El libro rojo de Rojas, que firmé con el Monje loco, lo acompañé en la proclamación del Tercer Partido, la Anapo, cuando el Estado le había robado las elecciones. En dudosa compensación, muchos años más tarde sus nietos politiqueros saquearían las arcas del mismo Estado, cuando les llegó su oportunidad. La plaza recién adoquinada, la más grande de Colombia, estaba repleta como nunca lo estuviera y seguramente ni  

 

 

 

lo estará. De allí surgió el M-19, movimiento que llevaría al poder a uno de los suyos, en revancha por el latrocinio electoral que terminó entronizando a Pastrana viejo. En esa gran masa popular yo era una harinita, pero debía ser el amasador panadero por cuanto fungía de biógrafo del General, con los libros exhibidos en el suelo al pie de la casa del maestro Acuña. Como no sospechaba que los entonces manifestantes de Anapo eran analfabetas o estrechos de bolsillo, huelga decir que no se vendió sino un ejemplar, seguramente a un guardaespaldas para llevárselo al jefe o a la Capitana del pueblo, intrigados por conocer las agudezas interpretativas de un nadaísta, al precio reducido de 13 pesos en celebración del 13 de Junio de 1953, día en que el General se tomó el poder. Y a pesar de que ya caída la tarde lo rebajamos a 10 pesos, en referencia al 10 de mayo de 1957, fecha en que lo tumbamos los estudiantes. Quedé maravillado con la plaza cuando a la medianoche quedó vacía, y comencé a saltar sobre los millares de piedras recién encaladas y recién repisadas por millares de zapatos generalistas, si así pueden llamarse. Y sin haber visto todavía restos de moluscos en señal de que un mar pasó por aquí, y esqueletos de dinosaurios sobre los que montaba con su hijo la diosa Bachué, me dije: Este es el sitio que deberé escoger para en mis años postreros concretar mis finales garrapateos. Cincuenta años después ese soñador despertaría en la misma plaza.

 

 

Y aquí estoy. En compañía de Claudia mi mujer, quien consecuente con sus cursos de vivencias espirituales que enseñan que todo es perfecto, me ha inculcado que bien se puede disfrutar de un paraíso como es nuestra Montaña mágica haciendo caso omiso de la celestina serpiente y sus incitaciones perversas a devorar la manzana para sentir la divinidad. El paraíso no era   

 

 

 

 

ni es para eso, saqué como conclusión, lo que me servirá para escribir mi versión del Génesis, donde la primera palabra será la que se le olvidó a Jehová y que tanta falta nos hace: Hágase el amor.

Nací en Cali, por lo que he sido pura carne en salsa, y mi padre era un sastre imaginativo con algo de nadaísta, como se podrá juzgar por mi atuendo. Recuerdo haber leído en la Biblia de un sabio árabe que el que no es capaz de inventarse o levantarse su paraíso en la tierra deberá conformarse con el otro. Ya antes había vivido mi infierno con aire acondicionado y mi purgatorio curado de purgaciones con antibióticos. Al momento presente estoy presentando, en la espléndida librería Relato, bajo la coordinación de Fernando Cordovez, hijo de Ever, amigo entrañable y generoso mecenas en mi juventud y el respaldo del admirado compañero de lides a través de toda una vida cuajada de espinas perfumadas y pétalos aguzados, cronista, novelista, editor y ahora vecino realizaciones y de parcela, Leonel Giraldo.

Mi reino por este mundo recoge los poemas escritos en 9 libros desde 1960 hasta el 2000. Desde ese año en que me pensioné jubilosamente los nuevos nueve partos literarios obedecen al título genérico Los días contados, teniendo en cuenta que narro lo que viví y vi vivir, y en otro sentido que ya me están haciendo señas desde atrás en el hombro. Porque la muerte se posa siempre en el hombro izquierdo, como devela en Las enseñanzas de Don Juan Carlos Castaneda. Menos mal que sobre mi hombro derecho tengo siempre ese pájaro multicolor y multicantor que es el amor a la vida, que a toda hora me está soplando versos puros en el oído. Mi reino por este mundo no será ningún Derechos del hombre, como los que dejó en traducción mi predecesor Antonio Nariño, que hasta aquí llegó en busca de cobijo ya que los nariñenses lo detestaban, tanto que hasta tumbaron su estatua recientemente, pero espero ganarme el derecho de ser leído por mis desde ahora coterráneos villaleyvanos y vinculados. La edición fue de dos mil ejemplares y quedan 20, que son los que están disponibles. Al precio sugestivo de 69 mil besos. Más la ñapa del autógrafo dedicatorio. Encontrarán que la obra es un venero de imágenes de la vida de un hombre que a través de los años no hizo nada memorable para hacerse olvidar.

 

 

  

 

 

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