EDITORIAL
Armonizar el
cuerpo y la mente
Día tras día los colombianos predican contradicciones. Algunos
hablan de paz, pero no ven nada de malo cuando sus allegados acuden
a la violencia, de hecho, la violencia que provocan con sus
discursos son mucho más sangrientos que cualquier herida provocada
por un acto de violencia. Después de todo estos discursos siempre
son los que mueven las acciones. Es de esta manera como las palabras
y las acciones nunca logran alojarse en un mismo sentido, de hecho
parecen puntos totalmente extremos.
La división entre acciones y palabras genera en sí un gran problema
para el buen vivir. Después de todo implica que no hemos aprendido a
vivir, a que nuestro cuerpo sigue actuando por formas irracionales y
no por prototipos de la razón, entonces si la razón no es la que
mueve nuestro cuerpo ¿qué papel juega la razón? Ninguno, la razón ha
dejado de pensarse, ahora sólo funciona como un recepcionista de
memorias, pero nunca, como alterador de aquello que nos es ofrecido
por la tradición. Que la razón sea utilizada para recordar y no para
pensar implica que el mundo ha dejado de desarrollarse, se ha
detenido y ha dejado que otros piensen por ellos, lo que en sí lo
hace entrar en contradicción entre lo en verdad desean lograr y la
recta razón que es proporcionada por las grandes estructuras.
Cuando el ciudadano colombiano sea capaz de poner en dudas la recta
razón y se asquee del sentido común, es allí en donde el cambio se
mostrará con fuerza, es allí en donde la conciencia del ser humano
sobre sí mismo logrará entender que su modo de ser en el mundo,
proviene de su conciencia en el mismo, y este modo de ser en el
mundo nunca es en solitario, ni mucho menos ser subordinado, sino
que se es con el otro, sin por ello perder la autonomía.
Cuando la autonomía llega el ser humano se proyecta sin
contradicción, sus acciones y palabras son un retrato de lo mismo,
sus acciones se tornan muchísimo más efectivas, y es en la
efectividad en donde las dificultades son posiblemente solucionables,
sin contradicciones entre lo que se piensa inconscientemente y lo
que se lleva a cabo.
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Hablemos de población, lo que los políticos no hablan
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Por los últimos
cincuenta años vengo observando el crecimiento de la población del
planeta, llevando estadísticas y haciendo mis cábalas. Es como el
astrónomo que sigue el recorrido de los planetas y los meteoros. Al
final uno sabe dónde van a estar en determinado momento estelar.
Somos la tercera generación de habitantes con razonabilidad que se
mueven en la superficie terrestre. Cada 200 millones de años cambia
la población viviente y una nueva comienza a gestarse lentamente
dando orígenes genéticos a nuevas especies con casi las mismas
similitudes morfológicas de las anteriores. Es como si existiera un
molde con patrones que determinan el proceso a seguir.
Ubicándonos en el presente la cosa es sencilla ya que tenemos una
historia y unos patrones de conducta y los investigadores ya tienen
bastante información del presente y del pasado de este planeta. En
este proceso de evolución hay rastros de artefactos que datan de
millones de años hechos por seres que no fueron los humanoides que
hoy conocemos, pero sus herramientas las podemos ya reconocer por
sus rasgos a las que usamos.
Los extraterrestres no son nada novedoso si los miramos desde este
punto de vista o habitantes que siempre han existido y que deambulan
los espacios y las ciudades como habitantes más de este planeta.
Simplemente somos el casi final de esta generación que existe pero
que tomará unos siglos antes de perderse en su propia existencia.
Lo real es que a partir del año 2013 el planeta comenzó a perder
población del 1% anual y ya han pasado 11 años de este proceso de
decantación, perdiendo el planeta más de 700 millones de habitantes.
Algo que no se nota muy bien por el número existente de seres
humanos. Pero en la próxima década es cuando se va a notar la
carencia de habitantes en las ciudades y en los países.
Las economías no
serán lo mismo y Colombia se va a ver en ese abismo que hoy no se
habla por la falta de conocimiento de estos temas. Los candidatos
creen que esto sigue creciendo y no es así y que la economía que
existe seguirá alimentando a los parásitos que merodean por los
pasillos del congreso y la burocracia que vive del estado.
Nadie habla de este tema porque hay un desconocimiento económico
sobre este tema. Que nos va alcanzar esta |
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despoblación no hay dudas. ¿Cómo piensan pagar la
deuda externa y seguir colectando dineros para sostener los
pensionados y las infraestructuras de país?
VOLVIMOS A LA GUERRA
Crónica # 886
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=2qhwcEv87CU
En este país nos hemos pasado 214 años como república librando guerras, firmando
armisticios, sellando pactos de paz y cambiando las constituciones.
Hace unos años no más, presenciamos la firma del Pacto de Paz de La Habana. Fue
más la ilusión que nos vendieron que la realidad. Pero, en un país en donde se
votó negativamente el referéndum por la paz, nada era de extrañar que sucediera.
Como la guerra dejó de ser ideológica y se volvió un negocio de producción de
cocaína o del oro clandestino, los grupos guerrilleros que no habían alcanzado a
sacar y esconder la plata y seguían trabajando, no aceptaron lo que sus antiguos
jefes firmaron y volvieron a la guerra.
Los medios bogotanos los bautizaron como disidencias, pero ellos siguieron
llamándose Farc y vertiginosamente, con super producciones de coca y
amplificación mundial del mercado del oro y las drogas, fueron creciendo.
Hoy no tienen la unidad piramidal que les daba el marxismo pero con la plata en
rama que les pagan los mexicanos por sus productos, poseen armamento de última
generación y les crecieron las ambiciones hasta el punto de dividirse y
subdividirse.
Ya no se enfrentan solamente con los cuarteles de la policía y montan emboscadas
contra el ejército. Gastan bastante tiempo, munición y vidas enfrentados en
batallas entre ellos mismos.
No tienen un líder que los unifique porque internamente, en cada grupúsculo,
todavía se libran batallas por la conducción y las formas de repartirse las
ganancias o de pagar los sueldos que asigna la rentabilidad del negocio.
Pero como toda guerra es dinámica y aquí la capacidad de hacer daño alimenta más
el mito que la plata de los mexicanos, la evolución se desbocó. Cual avispas
atacan allí y acá, Nadie habla entonces de paz.
Todos, desde el gobernante hasta el campesino que vuelve a recorrer su viacrucis,
todos, hablamos de guerra. Somos Colombia y repetimos la historia porque no
aprendimos de ella.
El Porce, mayo 23 del 2024
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