La NASA muestra cómo se ven las
poderosas manchas solares desde Marte
El Sol, nuestra estrella madre, está a punto de finalizar su ciclo
solar 25, un periodo de aproximadamente 11 años durante el cual su
actividad varía significativamente. En los últimos meses, esta
actividad ha alcanzado su punto máximo en una década, con un aumento
notable en el número de manchas solares. Estas manchas, que son
áreas oscuras y frías en la superficie del Sol, son cruciales para
entender su comportamiento y pueden ser hasta 30 veces más grandes
que la Tierra. Recientemente, la NASA ha revelado que estas manchas
también son visibles desde Marte, ofreciendo una nueva perspectiva
sobre estos fenómenos solares.
El rover Perseverance de la NASA, que ha estado explorando Marte
desde su aterrizaje en febrero de 2021, capturó imágenes de las
manchas solares durante el mes de mayo. Estas imágenes fueron
tomadas entre el 8 y el 20 de mayo, coincidiendo con una tormenta
geomagnética de nivel G4 en la Tierra, la más intensa de su tipo.
Según la NASA, las llamaradas solares que acompañaron a estas
manchas también enviaron partículas cargadas hacia Marte, lo que
permitió a los científicos estudiar su impacto en el planeta rojo.
Para capturar estas imágenes, el Perseverance utilizó su instrumento
MastCam-Z, un sistema de cámaras duales equipadas con un zoom
mecánico. Normalmente, esta herramienta se emplea para analizar la
superficie marciana en busca de signos de vida pasada, pero también
puede ser utilizada
para estudiar el polvo atmosférico enfocando directamente al Sol. El
filtro solar incorporado al rover permitió observar las manchas
solares y analizar su influencia en el entorno marciano.
El Sol se percibe de manera diferente desde Marte debido a la mayor
distancia y la distinta composición atmosférica. Marte
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está a unos 227 millones de kilómetros del Sol, en comparación con los 150
millones de kilómetros de la Tierra, lo que representa un incremento
del 51% en la distancia. Esta mayor separación hace que el Sol se
vea más pequeño desde Marte. Además, la atmósfera marciana,
compuesta principalmente de dióxido de carbono, afecta la dispersión
de la luz solar, dándole un tono anaranjado durante el día y azul al
atardecer, a diferencia del amarillo brillante que vemos desde la
Tierra.
Durante las recientes llamaradas solares de mayo, Marte recibió una cantidad
significativa de radiación en forma de rayos X y gamma. A diferencia de la
Tierra, Marte no posee una magnetosfera robusta para desviar estas partículas
cargadas, lo que hace que su superficie esté más expuesta a la radiación solar.
El rover Curiosity, también operado por la NASA y que ha estado en Marte desde
2012, registró estos impactos. El 20 de mayo, el día de mayor actividad solar,
el Curiosity detectó una dosis de radiación de 8,100 micrograys, equivalente a
la exposición de 30 radiografías de tórax. Aunque esta cantidad de radiación no
sería letal para un ser humano, sí requeriría atención médica.
La información recopilada durante esta
tormenta solar es valiosa para los
científicos, ya que les ayuda a planificar tecnologías que puedan proteger a
futuros astronautas en Marte. Estos residentes no solo deberán enfrentarse a
desafíos como la falta de oxígeno, la baja gravedad y las temperaturas extremas,
sino también a la amenaza constante de la radiación solar. Una de las soluciones
propuestas es el uso de tubos de lava marcianos como refugios naturales. Estos
tubos, formados por flujos de lava antiguos, podrían ofrecer
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una protección adicional contra
la radiación. Don Hassler, de la División de Exploración y Ciencia del Sistema
Solar del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado, afirmó
que estos tubos podrían ser una opción viable para proteger a los astronautas
durante eventos de alta radiación.
La continua actividad solar sugiere que Marte seguirá siendo azotado por
tormentas solares en el futuro cercano. Las manchas solares, que son regiones de
intensa actividad magnética, seguirán produciendo llamaradas y eyecciones de
masa coronal que enviarán partículas cargadas hacia el espacio. Estos eventos no
solo afectarán a Marte, sino también a la Tierra, hasta que el Sol entre en un
periodo de menor actividad.
El estudio de las manchas solares desde Marte ofrece una nueva ventana para
entender mejor el comportamiento del Sol y su influencia en los planetas del
sistema solar. Las observaciones del Perseverance y el Curiosity proporcionan
datos valiosos que ayudarán a mejorar nuestras capacidades de monitoreo y
predicción de la actividad solar. Además, estas investigaciones son
fundamentales para garantizar la seguridad de futuras misiones tripuladas a
Marte, donde la protección contra la radiación será crucial para la
supervivencia humana.
En resumen, las recientes imágenes capturadas por la NASA desde Marte no solo
demuestran la capacidad tecnológica de los rovers, sino que también subrayan la
importancia de continuar explorando y entendiendo el complejo entorno solar y
sus efectos en los cuerpos celestes que nos rodean. A medida que avanzamos en
nuestra exploración del espacio, cada descubrimiento nos acerca un poco más a la
posibilidad de vivir y trabajar en otros planetas, enfrentando los desafíos que
presenta el cosmos con ingenio y determinación. |