EDITORIAL
Es momento
de pluralizar a Colombia
¡Bogotá no es Colombia! Bogotá, ni ninguna de las otras capitales
son en sí más importantes que los municipios, ciudades o veredas.
Desde el imparcial hemos podido evidenciar la absurda
desarticulación entre los departamentos y con ello de municipios,
llevando incluso a nuestra nacionalidad a padecer una extraña
metamorfosis, una en donde se es imposible reconocer como un
colombiano, en la medida que desconocemos toda la mayoría de sucesos
que se dan fuera de nuestra ciudad de residencia, llevándonos a
identificar como un bogotano, antioqueño, barranquillero etc…
Siempre sólo una identidad, nunca varias, siempre desconociendo,
sólo suponiendo el resto. Es por esta razón que, como periódico, El
Periódico El Imparcial ha decidido funcionar como un puente, que
informe, identifique, expanda y manifieste la pluralidad que tiene
nuestro país tanto en Política, cultura, tecnología, las muchas
problemáticas y sucesos que pueden llegar a tener nuestro país.
Sin embargo, intentar exponer la pluralidad de nuestro país desde la
perspectiva de un capitalino, nos resulta totalmente hilarante, se
nos es imposible lograr llegar hasta cada región por nosotros mismos,
es por esto que el Periódico El Imparcial decide abrir sus puertas
hacia todos los reporteros, columnistas, etc… que busquen mostrar
sus perspectivas, o los sucesos de sus ciudades donde residen. De
esta manera nuestro periódico se convertirá en el periódico de las
regiones, un periódico que busque mostrar las múltiples perspectivas,
acciones, obras y noticias que suceden en nuestro país a diario. De
esta manera, El Periódico El Imparcial podrá mostrar la forma más
clara del periodismo: mantener informados a sus lectores, en nuestro
caso informar sobre Colombia haciendo hincapié en cada una de sus
regiones, para así reconocernos, no por regiones, sino como
colombianos.
Para aquellos que encuentren de esta editorial un motivador para
mostrar su quehacer periodístico pueden informarse con mayor
claridad escribiendo al correo electrónico:
noticiaselimparcial@gmail.com
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No sé qué
nos pasa si es el desinterés, la ignorancia o por naturaleza somos
corruptos
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
He vivido lo
suficiente como para tener una madurez intelectual que me permita
mirar en retrospectiva y razonar lo que ha pasado en 80 años de mi
existencia. He visto nacer y morir desde seres humanos hasta avances
tecnológicos y he sido uno de los personajes que cambió el orden de
las cosas en el planeta.
La palabra digital la acuñé en el mundo tecnológico en los años 80s,
cuando solo se entendía como huella digital la reseña distintiva que
todo ser humano tiene. Para 1993 la patenté y hoy no recibo un
centavo por ese nombre que es usado en lo que no es digital. Es una
bonita palabra, pero la ignorancia prima sobre las cosas.
He estado en los momentos más cruciales del planeta con los
personajes que han cambiado el curso de la historia, los he visto
llegar, compartir con ellos y a veces aconsejarlos para que no se
cometieran estupideces y no los mataran. La historia está llena de
héroes muertos que, por la incapacidad de la razonabilidad, de la
cual he acuñado y he escrito sobre ella, no han podido hacer que las
cosas realmente funcionen.
De tiempo en tiempo nace una generación que impone criterios y que
hacen que cambien las bases del intelecto humano, pero por un
espacio de dos mil ochocientos años el ser humano ha vivido tan
primitivo que no se ha dado cuenta de quién es en verdad ese
habitante que existe en su intelecto.
Solo en los últimos doscientos cincuenta años ha comenzado a
madurar, pero su cola de primate aún existe como su látigo
masoquista. Por suerte estamos rompiendo con ese cordón umbilical y
estamos aprendiendo a ser autónomos y libres donde siempre hemos
sido libres. Pero prisioneros por nuestra incapacidad de razonar en
tiempo futuro estando en el presente.
Están pasando cosas que sabemos que son incorrectas, pero no se
tiene la capacidad de decir esto esta incorrecto, sino que creemos
que es lo correcto porque en el fondo somos tan corruptos como el
que nos incita a que lo apoyemos en su carrera política y así joder
a todo el mundo, aunque uno mismo se joda. La razón de todo esto es
la condición humana que solo sus emociones son las que gobiernan el
intelecto, como el depredador sexual que está motivado por esa parte
sexual que lo abraza todo.
Hoy la diversidad de seres humanos es mayor, pero quienes siguen a
los políticos son iguales a los que siguen a los pastores, curas,
rabinos, Imán o predicadores. Todos ellos conducen a lo mismo y el
resultado es el mismo.
Creer y tener fe.
Si hacemos un análisis de todo lo que
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se dice y
practica, nos encontraremos en una
encrucijada donde el túnel en vez de tener salida se profundiza más
en el mundo de lo fantástico y lo irracional, como lo hacen los
políticos con el derecho de los seres humanos.
Por eso yo creo en el Estado
Polimano y en su constitución.
LOS PRESOS TRANSITORIOS
Crónica # 901
Gustavo
Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=HJCt1_agkuE
El espeluznante reportaje periodístico de Catalina Bohórquez Ramírez
en el periódico El Tiempo sobre el grado de hacinamiento, y la
costra de incapacidades judiciales, policiales y municipales que se
detectan luego de su lectura, habrían hecho sucumbir a las más
asustadoras novelas de terror y generado una actuación inmediata del
ministerio de Justicia y, por supuesto, de las Ong de derechos
humanos que pululan en nuestro país.
En Colombia, empero, y en Cali si que menos, nadie se horroriza y,
lo que resulta peor, no hay quien se atreva a corregir la situación
porque una vez más nos acostumbramos a todo.
La historia podría comenzar desde el momento en que los leguleyos y
santanderistas colombianos resolvieron clasificar a los detenidos en
permanentes y transitorios.
Podría seguirse con el capítulo repetido de que como la ley se
interpreta de acuerdo a la inhabilidad y no a la razón del derecho,
los presos temporales, sobre los cuales ningún juez ha tomado
determinación, deben ser protegidos de entrar en contacto con
quienes ya han sido juzgados.
Y, obviamente, terminarla con la incapacidad física de las
Inspecciones de Policía de albergar a tantos presos transitorios
como les embuten en una sociedad que cree y defiende las penas en
cárcel como remedio al delito, y no hace esfuerzos por educar en el
respeto de unos a otros.
En Cali, dice el reportaje, hay 19 estaciones de policía convertidas
en cárceles. Y como no son del Inpec ni son de la Policía y
administrativamente las sostiene el municipio, todos quieren echarle
la culpa al alcalde.
Típico de nuestra manera de afrontar la vida. Preferimos contar que
en esa pocilga del barrio Mariano Ramos hay 113 capturados. Que cada
preso tiene 1,56 metros cuadrados para moverse, dormir y poposear.
Que hay detectadas tuberculosis, sífilis, sida, diabetes y otras más
para las cuales los tratamientos médicos son apenas una ilusión.
Y así y todo las ONG de Derechos Humanos, mudas.
El Porce 15 de junio del 2024
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