Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.279-859

Fecha: Domingo 16-06-2024

 

EDITORIAL

 

La densidad de las noches en la capital del eje


Las noches no sólo son oscuras: son densas. Es decir, cada paso que se da por las calles de la trasnochadora se dan con suma precaución, como si algo muy dentro gritara con la necesidad de tener cuidado. Pasadas las once de la noche, Pereira parece cambiar por completo o sólo muestra su verdadera forma; una forma bestial, discusiones, peleas, borrachos, prostitutas, drogadictos, indigentes, etc… ¿Quién controla la noche? las pasiones, a su vez estas se expresan en un libertinaje total, libertinaje que llevan a degenerar la imagen de cultura saludable que la estructura política intenta mantener.

La imagen que la estructura política capitalina ha intentado mantener parece desmoronarse por sí misma, se le ha hecho imposible ocultarla y por consiguiente controlarla. En una de las primeras formas incontroladas es el índice de homicidios los cuales, de acuerdo “con las cifras más recientes entregadas por las autoridades, se evidencia un aumento en los asesinatos correspondientes al 35% con respecto al mismo periodo en el año 2022.” Esto, según las autoridades, en su mayoría se debe al ajuste de cuentas entre las bandas delincuenciales que circulan en la zona metropolitana.

Por otro lado, fuera de cualquier índice estadístico la degeneración nocturna, y la imposibilidad de las autoridades para mantener el control nocturno, aun cuando constantemente se les entregan dotaciones, personal, etc. Los robos que se dan frecuentemente en la noche, los cuales parecen haberse centrado en los alrededores de la Universidad Tecnológica de Pereira, y particularizado a lo largo de la ciudad; expresa la ineficiencia en cuanto a las dinámicas llevadas por los entes de control, tal vez el problema no se trata de armamento, tal vez la propia sociedad demuestra que se necesitan nuevas alternativas, alternativas que den una verdadera solución al desenfreno de la delincuencia en la ciudad de Pereira. Tal vez se necesita una solución un poco más humana, más cultural, más llena de deseos de desarrollo y no sólo de erradicar, desconociendo las razones que generan en sí la desviación de la ciudadanía.

De esta manera El Imparcial, el Periódico de la libre expresión, extiende la invitación a todos nuestros lectores a escribirnos cuales creen que son los orígenes de las falencias que hoy tienen al área metropolitana y cómo estas influyen en la imagen de la capital del eje.

 

 

 

De la equidad a la autonomía una línea a seguir
 


Por Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com


Por naturaleza genética no todos somos iguales, cada uno de nosotros hacemos parte de una información que se puede leer como igual, pero difiere en su esencia. Simplemente somos seres humanos que estamos aquí una temporada circunstancial.

En esta cadena evolutiva en que vivimos hay unos que gobiernan a la gran multitud y ellos tienen el privilegio de diseñar la ruta a seguir. Solo ellos entienden su propio lenguaje porque el resto vive de lo que el establecimiento les da para que subsistan. Esta es una de las razones por lo que ellos están en posesión de lo existente.

La equidad está ahí como parte de ese balance que los sostiene y la sociedad la acepta porque no conoce y no puede dirimir lo que realmente está pasando a su alrededor. Lo más complicado en este devenir de las cosas es que todos vivimos unidos sin preguntarnos que nos diferencia los unos de los otros. Creemos que somos iguales, y es verdad en cuanto a seres humanos, pero en esencia cada uno de nosotros está ubicado en esa cadena evolutiva como un eslabón que hace presencia en la vida cotidiana de la sociedad.

Por eso explotan a la gran multitud porque ella no se interroga sobre su condición frente a quienes manejan el establecimiento. Se aceptan las órdenes, leyes y mandatos como si fueran emanados de mano divina, pero simplemente son dictadas por leguleyos que presumen de hacedores porque se les ha dado el poder al ser elegidos en unas elecciones democráticas o han tomado por asalto el poder.

La autonomía es el poder que cada ciudadano tiene sobre sí y su entorno y lo hace actuar libre e independiente frente a los mandatos de quienes ostentan y ordenan al individuo a actuar bajo su mandato reprimiendo el derecho de la autonomía.

Por esta razón las guerras existen porque detrás del poder hay un psicópata que presume ser el guía o el abanderado de un pensamiento sublime y arrastra una multitud que no sabe de su autonomía porque ellos están en condiciones inferiores mentalmente a quienes comandan la acción a seguir.

Tener autoridad no significa ser el más hábil o mayor capacitado, es tener la habilidad de convencer a los seres humanos que carecen de autonomía o están en niveles más bajos en la cadena evolutiva y que actúan como mascotas de aquellos que poseen la habilidad de la manipulación. Por eso el mundo funciona como tal y pueblos enteros son gobernados por personajes que se sienten investidos por poderes que solo ellos creen que todos tienen y que los receptores lo ven como una verdad.

En estos tiempos la democracia es la palanca que mueve las bases de la anti-autonomía para que aflore el poder de los elegidos y subyugue a los pueblos que los han 
elegido. Así apoderarse del establecimiento mientras los que son autónomos huyen por temor a ser

 

 

 

subyugados. Este temor es simplemente un estado de preservación frente a una confrontación fatal que se daría si esa fuerza autónoma decide asumir su responsabilidad.

 

QUÉ LEE GARDEAZÁBAL

Reseña de La ciudad y sus muros inciertos
De Murakami,
Editado por Tusquets

 



Gustavo Alvarez Gardeazábal

Audio:

https://www.youtube.com/watch?v=T3zdcAp6NlA

Cuando se termina de leer las 560 páginas de este nuevo libro del japonés eterno candidato al Nobel, hasta el lector más avezado no sabrá si ha concluido de leer un sueño, de conciliar la realidad verdadera con la imaginada o de haber presenciado una batalla medieval entre las sombras de los vivos y las de los muertos.

Es un libro mucho más complejo que los otros publicados anteriormente por este expertisimo narrador aunque en el fondo no pasa de ser una metáfora continuada entre sueños y disparates.

Los personajes son muy escasos, y como se cruzan entre la vida y la muerte, lo real y lo imaginado y de repeso quien pone orden es un dizque lector de sueños en una biblioteca del futuro o de la otra realidad, la trama tiende a repetirse como destapando una muñeca rusa.

La narración escueta que ha caracterizado a Murakami, se vuelve a veces muy adjetivada como si quien la escribiera fuera un principiante en el arduo oficio de la novela. Otras veces se torna en abrumadoramente lógica y maniaticamente estructurada como antiguo tarjetero de biblioteca. Pero es esa habilidad del narrador japonés de confundir los planos para darse el lujo de ayudarnos a los lectores en las siguientes páginas a que podamos recuperar el verdadero hilo discursivo, lo que salva la obra de volverse aburrida.

Por supuesto, para poder plantear este más de medio millar de páginas sosteniendo el engranaje de unas creencias místicas desarrolladas más con frases que con esquemas, Murakami tiene que apelar a descripciones minuciosas de la ropa repetida que sus escasos personajes usan.

A volver una y otra vez en el detalle minucioso de los también escasos espacios y a proyectar, desde un ángulo y desde el otro, el plano de la ciudad fantasmagórica Murakami sostiene su línea. Así mismo sostiene una enervante memoria sobre una adolescente desaparecida en los remotos amores juveniles, pero a la que sigue buscando entre las brumas de los espejismos mentales que va creando, creyéndola eterna y, sobre todo virgen perpetua o al menos inabordable sexualmente.

Leer esta novela exige paciencia e imaginación, no solo lectura. Saborearla esclaviza. Desecharla a mitad de camino es, sin embargo, una tentación latente para cualquier lector, así sea fanático de Murakami.

El Porce, junio 16 del 2024

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
Aurooj Ali Khan

Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

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