Pereira, Colombia - Edición: 13.286-868

Fecha: Martes 02-07-2024

 

 TECNOLOGÍA

 

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La clasificación de huracanes: Una revisión necesaria ante el cambio climático




Con la inminente llegada del huracán Beryl, que se aproxima al Caribe, la temporada de huracanes inicia de manera inusualmente temprana. Beryl comenzó con una potencia que le asignaba el nivel 3, caracterizado por tormentas intensas, vientos violentos e inundaciones repentinas. Sin embargo, el domingo 30 de junio, Beryl alcanzó la categoría 4, convirtiéndose en el primer huracán de tal fuerza registrado en el Océano Atlántico en el mes de junio.

Qué es un huracán

Los huracanes son fenómenos meteorológicos de gran envergadura que pueden alcanzar diámetros de cientos de kilómetros. Se forman sobre los océanos cerca del ecuador y para ser considerados huracanes, sus vientos deben superar los 119 kilómetros por hora. De lo contrario, se denominan tormentas tropicales. La clasificación de los huracanes se realiza utilizando la escala Saffir-Simpson, que cuenta con cinco categorías. Sin embargo, el cambio climático ha impulsado a algunos científicos a proponer la adición de una sexta categoría.

La escala Saffir-Simpson

Desarrollada por el ingeniero Herbert Saffir y el meteorólogo Robert Simpson, la escala de huracanes clasifica estos fenómenos según la velocidad máxima de sus vientos.



Categoría 1: Daños limitados


La categoría 1 incluye huracanes con vientos de 119 a 153 kilómetros por hora, considerados muy peligrosos por el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. Aunque el riesgo es mínimo, pueden producirse daños en embarcaciones, tejados,

 

 

  

canalones y letreros. Los árboles con raíces poco profundas pueden ser arrancados o quebrarse, y las líneas y postes eléctricos pueden sufrir daños, provocando cortes del suministro durante varios días. También pueden producirse inundaciones en las zonas costeras, con una subida del agua de hasta un metro y medio por encima del nivel promedio.

Categoría 2: Daños considerables


La categoría 2 se caracteriza por vientos extremadamente peligrosos que soplan entre 154 y 177 kilómetros por hora. Los daños son más significativos y afectan a árboles, estructuras móviles, ventanas, antenas y techos. En las zonas costeras, las inundaciones pueden elevarse hasta 2.5 metros sobre el nivel promedio, obligando a evacuar a los residentes.

Categoría 3: Daños devastadores

Los huracanes de categoría 3 tienen vientos de 178 a 208 kilómetros por hora y suelen causar daños devastadores. Los árboles caen, las estructuras móviles se destruyen y las viviendas sufren daños importantes. La electricidad y el agua pueden no estar disponibles durante varios días. Las zonas costeras se ven afectadas por inundaciones de hasta cuatro metros por encima del nivel normal, unas tres a cinco horas antes de que se acerque el ojo del huracán.



Categoría 4: Daños catastróficos

Con vientos de 209 a 251 kilómetros por hora, la categoría 4 se asocia con daños catastróficos. Los edificios pueden perder tejados y paredes, y los árboles, carteles y señalizaciones viales pueden ser derribados. Los cortes de electricidad a menudo duran semanas o meses, y las inundaciones en las zonas costeras, que pueden comenzar hasta cinco horas antes de la llegada del huracán, alcanzan alturas de hasta seis metros sobre el nivel promedio.

Categoría 5: Daños extremos

La categoría 5 es la más devastadora, con vientos que superan los 252 kilómetros por hora. Los daños son extremadamente graves,

 

 

 

 

con edificios derribados y casi todas las estructuras móviles, árboles, señales y carteles de carretera completamente destruidos. Las inundaciones en las zonas costeras superan los seis metros por encima del nivel normal, y la mayor parte de la zona afectada permanece inhabitable durante semanas o meses. Un ejemplo reciente es el huracán Otis, que pasó de tormenta a categoría 5 en menos de 12 horas.

La necesidad de una nueva categoría

El cambio climático ha incrementado la intensidad y violencia de los huracanes, lo que ha llevado a la comunidad científica a proponer la adición de una sexta categoría a la escala Saffir-Simpson. Esta nueva categoría designaría a las supertormentas con vientos que alcanzan hasta 300 kilómetros por hora. Investigadores como Michael Wehner, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkley, y James Kossin, de la Universidad de Wisconsin, han identificado tormentas que justificarían esta nueva categoría. Un ejemplo es el tifón Haiyan, que en 2013 mató a más de 6,000 personas en Filipinas, con vientos que superaron los 340 kilómetros por hora.



La clasificación actual de huracanes en cinco categorías según la escala Saffir-Simpson ha sido una herramienta crucial para entender y prepararse para estos fenómenos naturales. Sin embargo, el aumento en la intensidad y frecuencia de los huracanes debido al cambio climático sugiere la necesidad de revisar y potencialmente expandir esta escala. La propuesta de una sexta categoría refleja una realidad en la que los huracanes se están volviendo más poderosos y destructivos, subrayando la importancia de adaptar nuestras herramientas y estrategias de mitigación a las nuevas condiciones climáticas.

 

 

  

 

 

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