Gongpa
Rabsel RinpochéCHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
76 años informando a la región:
El Imparcial, un faro de
periodismo en Pereira
El día de hoy, 18 de julio, el periódico El Imparcial de Pereira
celebra 76 años de ser un faro de periodismo en la región. Desde su
fundación en 1948, este diario ha sido testigo y cronista de la
historia de la ciudad y el departamento de Risaralda, llevando la
información a sus lectores con responsabilidad, ética y un
compromiso inquebrantable con la verdad.
A lo largo de estas más de siete décadas, El Imparcial ha sido la
voz de los ciudadanos, dando eco a sus inquietudes, denuncias y
alegrías. Ha sido un espacio para el debate público, la reflexión y
el análisis, contribuyendo así al desarrollo social y cultural de la
región.
En sus páginas han escrito algunos de los más destacados periodistas
de Colombia, quienes han plasmado en ellas su talento y compromiso
con la profesión. El Imparcial ha sido también una plataforma para
la promoción de la cultura y las artes, dando visibilidad a los
artistas locales y contribuyendo al enriquecimiento del panorama
cultural de Pereira.
En un mundo cada vez más digitalizado, El Imparcial ha sabido
adaptarse a los nuevos tiempos, manteniendo su compromiso con la
calidad y la veracidad de la información. Hoy en día, el periódico
cuenta con una fuerte presencia en las redes sociales y una página
web moderna y actualizada, donde sus lectores pueden acceder a las
últimas noticias, análisis y reportajes.
En este aniversario 76, El Imparcial tiene motivos para celebrar. Ha
logrado consolidarse como un referente del periodismo regional,
gracias a su trayectoria impecable, su compromiso con la verdad y su
constante búsqueda de la excelencia.
Pero también es un momento para reflexionar sobre los retos que
enfrenta el periodismo en la actualidad. En un entorno donde la
información prolifera sin control y la desinformación se propaga con
facilidad, el papel de los medios de comunicación responsables y
éticos es más importante que nunca.
El Imparcial está comprometido con seguir siendo ese faro de
periodismo confiable en el que la comunidad puede confiar. Para
ello, seguirá apostando por la calidad de sus contenidos, la
independencia editorial y la defensa de los valores democráticos.
Enhorabuena a El Imparcial por sus 76 años de informar y servir a la
comunidad. Que sigan muchos años más de periodismo honesto, valiente
y comprometido con la verdad.
Si tienes alguna inquietud o comentario, no dudes en ponerte en
contacto conmigo al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al
WhatsApp +57 314 623 83 08.
Cumpliendo 76 calendarios EL IMPARCIAL

Por: Amparo bustamante
Estando de fiesta, porque fue el 19 de abril de 1948, cuando el
periódico EL IMPARCIAL,
sacó a la luz pública la
primera edición escrita, ya que venia con la presencia como radio
periódico, y un hombre de gran talla ejemplarizante como persona y
como periodista don Rafael Cano Giraldo, a quien tuvimos el placer
de conocer
y departir con él, en mi
hogar paterno, y que se dio a la tarea de crear
|
|
este medio escrito para la ciudad de
Pereira, donde alternó con el original EL DIARIO de Emilio Correa Uribe se las
ingenio, para sacar un periódico que traía la semblanza española de una
publicación de igual nombre. Las páginas de este periódico estaban impregnadas
de un CIVISMO de pura estirpe porque su mismo director manifestaba: es muy
poquita la gente que es cívica, esencialmente cívica, porque el civismo
significa desprendimiento, trabajar con desinterés, con abnegación, con voluntad
indómita.
Realmente hacer un recuento de tipo histórico para un medio de comunicación, que
sobrevive gracias al manejo de la moderna tecnología, que hoy está circulando en
forma virtual, y sigue teniendo vigencia, porque su actual propietario el libre
pensador Zahur Zapata, se ha dado a la tarea de hacer posible que esté en
vigencia, por su tesón de periodista, hombre de letras y escritor, lo adquirió
cuando su primer dueño decidió que no saldría más en forma física; Zapata se
dedico a hacerlo interactuar con otros medios, no es nada fácil, máxime que
habría que detallar muchos sucesos y acontecimientos que se escapan de mi
conocimiento, y habría que escarbar en los recuerdos y documentos reservados a
la historia de Pereira.

Solo puedo expresar mi gran alegría
por estar participando de su actual circulación, como articulista que esta
haciendo enarbolar su avanzada DE MI CUENTO ES EL CIVISMO, el civismo y el
patriotismo del ciudadano de a pie, que en realidad somos todos.
Gracias a su director, dilecto amigo también de mi hogar que bien le ha
parecido, abrir las puertas digitales del EL IMPARCIAL, para que mis
colaboraciones tengan visibilidad, y poder celebrar de corazón estos sus
primeros setenta y seis años de vida periodística.
CON USTEDES AMBUO
AMPARO BUSTAMANTE OSORIO.
DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Por: Otoniel Parra Arias
"¿ES QUE USTED NO SABE
QUIÉN SOY YO?" Y EL FÚTBOL COLOMBIANO
Increíblemente la
selección luego de veintiocho triunfos consecutivos cosechados en varios
escenarios internacionales, regresó de tierras gringas casi de incógnitos en
horas nocturnas sin recibir el abrazo agradecido de sus seguidores por haber
logrado el subcampeonato de la famosa copa América.
Luego del corolario dramático
dantesco de la selección argentina triunfante, con su buen fútbol tradicional,
como también su famoso temperamento funambulista, del que siempre quedan
leyendas destempladas sobre argucias fuera y dentro del campo de juego respecto
a los árbitros, amén de las ridículas triquiñuelas melodramáticas pero
convincentes de jugadores tirados en el suelo partidos de dolores reales
imaginarios.

Pero así es el fútbol como deporte de conjunto, repleto de recursos casi
impresentables con tal de llegar a lo que tiene de pragmático: ser el campeón,
que para segundones queda el placebo de las medallas de latón poco apreciadas
por los profesionales.
El ideario soñador del Barón Pierre de Coubertand en la génesis del olimpismo,
mucho antes del profesionalismo
forrado en oro sólido, con su pensamiento de que "lo importante no es ganar sino
competir",
|
|
queda relegado al salón de
los recuerdos casi inútiles.
Lo otro lamentable pero
confirmativo de nuestra esencia como colombianos de
sangre demasiado afiebrada incapaces de recibir con estoicismo los malos
momentos que conllevan estos encuentros internacionales, lo rubricó el señor
Ramón Jesurúm, presidente de la poderosa (o no tanto) Federación Colombiana de
Fútbol, al verse obligado ante el mundo a portar el vergonzante uniforme
anaranjado de reo convicto impuesto por las autoridades norteamericanas a raíz
de los hechos violentos a la entrada del estadio en Miami.
Con razón o sin ella le faltó respeto por sí mismo y por el tricolor nacional;
el aporreado apunte de "¿es que usted no sabe quién soy yo?", parece que tuvo
resultados desafortunados. Solo faltaría con humildad pedir perdón a sus
jugadores y compatriotas y de pronto salirse del molde muy nacional para
renunciar en señal de respeto.
Derechos Humanos y
Dignidad

Por: Guillermo Navarrete
Dignidad, es un término
objeto de escritos, análisis y debates, por su carácter
complejo y relativo –como el de la felicidad-, debido a las circunstancias
históricas, sociales, políticas y económicas en las que se desenvuelve el ser
humano. Para Platón, como se observó en la Ilustración, la dignidad se encuentra
asociada a la búsqueda de la verdad, la que conduce al conocimiento y la
autonomía. La razón y la capacidad para analizarse a sí mismo y al entorno para
asirse a la idea del bien y de liberarse de la ignorancia, son aspectos que
diferencian al humano de las
demás especies de la creación. Para Aristóteles, el valor moral, la virtud y la
prudencia, son fundamentales para una vida digna. Se constituye en el derecho a
ser respetado por ser persona y participar activamente en la vida de comunidad.
Immanuel Kant lo considera un principio ético sustancial en la relación de unos
con otros, que orientan la estructuración de las normas e instituciones. Es la
capacidad, como ser racional, de valorarse a sí mismo y a sus acciones que se
materializa mediante leyes comunes que lo obligan a su acatamiento. Categoría
única y especial del ser humano, que implica derechos, pero también deberes.
Como idea central en el ámbito
de los derechos humanos el preámbulo de la Carta Universal de los Derechos
Humanos adoptada en 1948 por la Organización de las Naciones Unidas establece
que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros de la familia humana.
Sin embargo, la dignidad se concebía como patrimonio de unos en detrimento de
otros (presente aún en situaciones de extremas riqueza, pobreza y de desigualdad
para el acceso a oportunidades). Por ejemplo, la esclavitud era normal. Así que
los imperios esclavizaban a los pueblos conquistados, de modo que varios de
ellos llegaron a reglamentar sus relaciones, comercio e incluso condiciones para
conceder la libertad.
De tal magnitud era esta mísera práctica que los franceses, inspiradores de los
Derechos del Hombre, de las insurrecciones americanas y de la solidaridad, la
igualdad y la fraternidad, 59 años después de su revolución, el 27 de abril de
1848, abolieron la esclavitud. Lo propio ocurrió en Colombia, sólo hasta 1851 el
presidente José Hilario López declaró la libertad de los esclavos. De manera
similar, las formas de explotación del hombre por el hombre en las eras feudal y
de la primera y segunda revolución industrial, tuvieron sinos de naturalidad
hasta que las clases oprimidas se levantaron para reivindicar sus derechos.
La pobreza sistemática, la corrupción como detentadora de los bienes comunes a
favor de intereses particulares, la explotación, la discriminación y la
procreación de cualquier tipo de violencia, son ese tipo de relaciones en las
que unos obtienen un provecho en detrimento de la calidad de vida otros, las que
determinan la ausencia de condiciones que se deben poseer para obtener un mínimo
de bienestar. Respeto, libertad, seguridad, no discriminación, no humillación,
igualdad de oportunidades, a ingresos dignos, al acceso al conocimiento y a
servicios básicos, es decir a la dignidad como esencia de los Derechos Humanos
debe garantizarse, protegerse y promoverse de manera ética por el Estado y la
sociedad.
|