Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.298-878

Fecha: Sábado 20-07-2024

 

EDITORIAL

 

Colores plagiados


La vida no es sencilla. Incontables veces la vida y el períodico el Imparcial ha mostrado que la vida no es fácil y mucho menos en un país como Colombia, país en donde las necesidades básicas como la alimentación, la seguridad y la salud son temas que simplemente son difíciles de alcanzar, siempre tiene que existir un esfuerzo sobrehumano para obtener una pisca de alguna de estas necesidades, no es romantizar la búsqueda de regular una necesidad, es controlarla, es hablar más allá de lo bueno y lo malo, es percibir el mundo tal cual es, en blanco y negro. Pero, nuestros ojos son los que nutren de colores, intensidades todo aquello que percibimos, nuestros oídos encuentran el sentido en las palabras, nuestra lengua aquello que queremos decir y el tacto nos materializa aquello que luchamos por conseguir.

La vida no es sencilla, más no porque exista un nivel de complejidad en el mundo, sino porque la realidad no tiene ninguna connotación, el mundo no nos debe nada, ni mucho menos nosotros le debemos a él, de allí la posibilidad de salirnos de cualquier imposición que la estructura nos impone se convierte en la posibilidad de ser libres, y en esa libertad, en esa nada, es donde nuestra mente hace que nuestros sentidos perciban y sientan lo que ellos desean, sin categorías de bueno o malo universales, tan solo acontecimientos que acontecen a este cuerpo y le preguntan a dónde quieren ir con ellos.

Es de esta manera como la vida cobra más valor, ya que el valor es lo que colocamos nosotros, los puntos o las comas que decidimos colocar en esta gran novela llamada vida, son la decisiones que generan bifurcaciones o solo nos dejan en un camino desalmado de lo que el mundo nos dice que debemos ser.

En conclusión, para enfrentarnos a este mundo, a este país, primero debemos entender sus colores, para así y sólo así, comenzar a mancharlo con los nuestros. De ser esto posible, los discursos políticos caerán por su propio peso, pues ya no habrá ideales que seguir, sino realidades que alcanzar desde lo que tenemos, los paraísos litúrgicos se incendiarán y darán calor a aquellos que lo necesiten, el orgullo y el ego, será un acto hilarante, y la empatía y el amor serán un acto de respeto y valentía.

Una vez regulados los valores de la vida, la realidad aparecerá como el gran Jabberwock, para descomponer cualquier tipo de sentido, obligando así al sujeto a construir paso a paso, de forma real aquello que desea ver con sus ojos, pero, con la claridad, que talvez no pueda alcanzarlo, pero sí sentar las bases de lo que él reconoció en sí mismo como la libertad.

 

 

 

 

Un gobierno folclórico en un mundo de estadistas

 

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

Las cosas se parecen a quién le pertenece y esto hace que las personas distingan a su dueño. Cada marca es un sello particular y esto abre mercado en cualquier sitio donde ponga el producto. Con este derrotero podemos ver y distinguir miles de marcas y millones de consumidores e imitadores.

En el mundo político ocurre el mismo fenómeno y esto ha hecho que personajes a través de la historia hayan marcado su momento histórico por lo que hicieron. Hoy los estudiamos y nos sirven como luz para no cometer sus errores, porque cada uno tiene su propia historia que no se repite.

El ser humano ha creado imágenes de seres sin iguales que veneran para así apartar esos malos momentos de la vida y dejar un espacio de esperanza y no permanecer aislado e incrédulo a los nuevos avatares que se van a suceder con la llegada de nuevas generaciones de seres humanos.

Colombia no ha sido una sociedad compacta y está muy lejos de serla porque no la han dejado madurar por la falta de maestros con tal disciplina. Ha estado en manos de amateurs y quienes dirigen el Estado no tienen conocimiento de cómo dirigir un Estado para que sea próspero y cimentado hacia una nación con visión del presente y el futuro.

El gobierno de Colombia es folclórico y se ajusta a su gran mayoría de ciudadanos porque ven en ellos que los representan y han sido parte de esa rumba alegre que la gran mayoría lleva por dentro. Colombia no es un país flemático ni disciplinado, es una nación donde todo se hace por esa intuición que creen traer porque se le ha dicho que colombiano no se vara y es un verraco para hacerlo todo.

Cuando analizamos a la gente desde otra perspectiva la encontramos muy inmadura, con poco entrenamiento profesional, con intereses fuera de la labor que está desempeñando. Está en el rebusque continuo para poder alcanzar un estándar económico porque no tiene seguridad laboral, porque el Estado maneja un código laboral que afecta tanto al empleador como al empleado. Y no le puede dar las garantías que realmente el ciudadano necesita.

Bajo esta dinámica es muy difícil que un presidente pueda administrar un país y elevar su condición de vida actual.

Incumplir a las citas hace parte de ese folclor porque ya están acostumbrados a vivir la
vida loca de Mark Anthony y todos dan como un hecho porque eso es lo normal. Pero no en un mundo donde la disciplina política es puntual frente

 

 

 

a otros mandatarios.

 

Aquí tiene que haber respeto hacia los demás y no presumir que con solo hablar demagógicamente se va a congraciar con todo el mundo.

 

EL ÚLTIMO GODO BUENO
Crónica # 925

 



Gustavo Alvarez Gardeazábal

Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=epVX0yQtn58


Cuando este mediodía muchos de sus alumnos agradecidos, y hasta los descendientes de quienes fueron sus subalternos en los distintos cargos que ocupó, marchen tras el féretro de Humberto Alzate Castaño lo harán embargados de gratitud.

Otros pocos, testigos de su tiempo, recordarán que quien llegare a ser gobernador del Valle presenció de niño el asesinato de su padre en Caycedonia, el 9 de abril de 1948, cuando en esa población y en otras más de Colombia mataron a los conservadores.

Pero cómo Alzate no se llenó del rencor que casi no apaga la fogata de esta Colombia violenta, le correspondió como godo bueno ayudar a limpiar con sus actuaciones públicas la imagen de la pajaramenta que había arropado el partido conservador. Fue entonces un godo en todo el sentido de la palabra y de la idea. Derechista en su pensamiento, defensor de su fé católica y oficial de la reserva militar.

Pero al tiempo que ascendía vertiginosamente como excelente litigante ante los tribunales administrativos, desempeñó con fuerza inolvidable su cátedra en la Universidad Libre de Cali, donde alcanzó a ejercer como Decano. Haciendo visible siempre su carácter de conservador en ideas y actitudes se posesionó como gobernador del Valle en el momento más crítico de la historia de mi departamento, cuando el ELN secuestró a los fieles de la Iglesia La María.

El, con su verticalidad y su extraña generosidad para las ideas contrarias, se unió al arzobispo Duarte Cancino y ambos subieron hasta las montañas aledañas a Jamundí para tratar de negociar su liberación o al menos aliviar las condiciones de su cautiverio.

Con ese mismo espíritu godo se desempeñó como concejal de Cali en las huestes de Pardo Llada y la Asamblea Departamental lo eligió Contralor, donde demostró durante 4 años por qué creía que se podía gobernar sin robar.

Solo mis achaques, recrudecidos por la muerte en seguidilla de amigos de calidad como lo fue conmigo el doctor Alzate, me impiden marchar hoy tras su féretro.

El Porce, julio 20 del 2024

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
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Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
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Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
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Iván Pulido

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