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COLUMNISTAS

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.304-884

Fecha: Martes 30-07-2024

 

CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica

 

La Felicidad, Sembrada en el Bien:
Una Lección Eterna de Budha

 

En un mundo a menudo marcado por la inmediatez y el egoísmo, las enseñanzas de Budha siguen resonando con una sorprendente actualidad. Una de sus máximas más conocidas afirma que "el hombre que hace el bien, es feliz en este mundo y es feliz en el mundo venidero". Pero, ¿qué significa esto en la práctica? ¿Cómo podemos aplicar esta sabiduría ancestral a nuestra vida cotidiana?

La siembra de la felicidad

Budha nos invita a ver la vida como un jardín. Cada acción que realizamos es una semilla que plantamos. Si sembramos bondad, compasión y generosidad, cosecharemos felicidad y paz interior. Al contrario, si nuestras acciones están motivadas por el egoísmo, el odio o la envidia, estaremos sembrando sufrimiento.

 

Esta enseñanza nos recuerda que nuestras acciones tienen consecuencias, no solo a corto plazo, sino también a largo plazo. Cuando hacemos el bien, no solo beneficiamos a los demás, sino que también experimentamos una profunda sensación de satisfacción y plenitud. Esta alegría, según Budha, trasciende la vida presente y se extiende a futuras existencias.

La conciencia del mal

Por otro lado, Budha advierte sobre las consecuencias del mal. Al cometer acciones negativas, no solo dañamos a los demás, sino que también nos cargamos de un peso emocional que puede llevarnos al sufrimiento. La conciencia del mal que hemos hecho puede generar culpa, arrepentimiento y ansiedad, dificultando nuestra felicidad.

Vivir en plenitud

La enseñanza de Budha nos invita a vivir en plenitud, disfrutando de cada momento y cultivando relaciones positivas con los demás. Al hacer el bien, no solo contribuimos a un mundo más justo y compasivo, sino que también encontramos un propósito y un significado más profundo en la vida.

Aplicando la sabiduría de Budha en el presente

En un mundo cada vez más complejo y desafiante, las enseñanzas de Budha nos
ofrecen una brújula para navegar por la vida. Al practicar la bondad, la compasión y la generosidad, podemos transformar nuestra propia vida y la de quienes nos rodean.

 

Preguntas para reflexionar:

• ¿Qué acciones puedes realizar hoy para sembrar bondad en tu vida y en la de los demás?

• ¿Cómo puedes cultivar la conciencia de tus acciones y sus consecuencias?

 

• ¿Qué obstáculos te impiden vivir en plenitud y experimentar la felicidad?

En conclusión, la enseñanza de Budha sobre la felicidad y el bien es un recordatorio de que nuestras acciones tienen un impacto significativo en nuestra vida y en el mundo. Al elegir el camino de la bondad, podemos experimentar una mayor felicidad y contribuir a crear un mundo más justo y compasivo.

Si tienes alguna inquietud o comentario, no dudes en ponerte en contacto conmigo al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al WhatsApp +57 314 623 83 08.

 

 

 

Se robaron las elecciones: Una tragedia para Venezuela y Sudamérica

Por: Jose Gabriel Barrera

 

El reciente proceso electoral en Venezuela ha dejado una herida profunda en el corazón de su pueblo. Las elecciones no solo han sido vistas como un fraude monumental, sino que han socavado los sueños y las esperanzas de una nación que anhela vivir en paz y prosperidad. La tristeza y la indignación son palpables, no solo entre los venezolanos, sino también entre aquellos que desde la distancia han seguido de cerca los eventos.

 

Se robaron las elecciones. Pero más que eso, se robaron los sueños de un pueblo entero. Sueños de madres, padres, hermanos e hijos que esperaban un futuro mejor. Se robaron la ilusión de reencontrarse con sus seres queridos, de regresar a su tierra natal después de haber buscado refugio en otros países. Para muchos venezolanos en el extranjero, el sentimiento de ser siempre un extranjero es una carga pesada que llevan consigo, una realidad que conozco muy bien viviendo en Europa. Aunque tengan trabajo y hayan construido una vida en otros lugares, el sentimiento de pertenencia nunca se desvanece por completo.

 

Para aquellos que estuvimos pegados a la televisión, siguiendo cada momento de las elecciones venezolanas, el fraude fue evidente. Vimos en vivo y en directo cómo se desvanecía la esperanza de un cambio real. ¿Y dónde están los derechos humanos en todo esto? Los derechos que supuestamente garantizan que no se violen ni se arrebaten los derechos fundamentales de los pueblos de Sudamérica parecen haber sido olvidados. La voz de los críticos y periodistas, que debería resonar con fuerza, parece haberse silenciado ante la opresión.

Nos están arrebatando la libertad. Esa libertad tan anhelada y necesaria para que Venezuela recupere su democracia. Pero, ¿quién podrá ayudar al pueblo venezolano a alcanzar esta democracia tan soñada? Lo que el mundo ha presenciado no es más que una democracia disfrazada de fraude, muerte y violencia. Ya hay muertos y heridos, como me han contado algunos amigos que viven bajo esta maldita dictadura. Una dictadura que no solo retrasa el progreso, sino que silencia a los maestros, ata las manos de los médicos, corta las manos de los campesinos y sume en la miseria a un pueblo que, hasta hace pocos años, era próspero. Muchos colombianos trabajaron allí y lograron construir una vida próspera.

En medio de tanta tristeza, mi humilde opinión es clara: les robaron las elecciones a todos los venezolanos de bien. Les robaron su futuro, su esperanza y su derecho a vivir en paz y libertad. Esta tragedia no solo afecta a Venezuela, sino a toda Sudamérica, que sufre al ver cómo se pisotean los derechos y las libertades de un pueblo hermano. La lucha por la verdadera democracia y la justicia debe continuar, y no podemos permitir que la voz de los oprimidos se apague.

 

¡EL GRAN FRAUDE!

Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es

 

Después de 24 años de saqueo, tiranía y atropello a los derechos humanos, que son la impronta de la izquierda, Nicolás Maduro, se acaba de robar las elecciones en Venezuela.

 

 

 

“¡Ganaremos por las buenas o por las malas gritaba como un loco hace pocas horas!”

 

El CNE, guardó silencio por varias horas después de haber cerrado la votación.

En Colombia, en media hora se sabe quién es el ganador.

El CNE, guardó silencio las 7 horas mientras fraguaron el descomunal fraude electoral de hoy 28 de julio.

El boletín presenta a Nicolás Maduro con una votación de 5.150.000 votos y el 51.2% de la votación.

Y a Edmundo González, candidato de la oposición con 4.445.000 votos y el 44.2% de la votación.

Es un descomunal fraude donde a Edmundo González le quitan por lo menos un 20% de su votación, que según las cifras del control en las mesas de los opositores al régimen debería ser de 65% de los votos.

Y a Nicolás Maduro le sumaron en el CNE, bajo su control, al menos un 30% de una votación que jamás obtuvo.
 

Perú y Chile salieron a desvirtuar y a no reconocer esos resultados.

Y vienen muchos más países que harán lo propio.

 

Maduro hizo desde antes todo lo posible para ambientar ese atraco descomunal que lo pone ilegítimamente de nuevo en la presidencia por 5 años más.

Se negó a una vigilancia internacional, y le negó el ingreso al país a decenas de periodistas y líderes latinoamericanos, que venían a observar el proceso electoral.

Nunca antes Venezuela estuvo tan unido y tan fuerte apoyando a María Corina Machado, su líder natural.

 

La Contraloría venezolana bajo el control de Maduro, le fabricó un proceso para inhabilitarla.

Y lo hizo.

Es por esa razón que hubo que improvisar a la carrera al Señor Edmundo González Urrutia, un diplomático con una limpia hoja de vida, pero sin apoyo popular.

María Corina le dio la vuelta a todo el país levantando la mano a Edmundo como solución a su fabricada inhabilidad, y el pueblo venezolano lo entendió y aclamó a Edmundo y a María Corina.

Siete horas después del cierre de las votaciones el CNE, saca ese vulgar reporte que consolida el robo de las elecciones en Venezuela.

Por 24 años, el hermano país ha vivido una penitencia de saqueo, tiranía y atropello a los derechos humanos.

Una tiranía que arrasó con el tejido social y económico del país más rico de América Latina.

Pero esta vez el pueblo venezolano no se va a tragar semejante atropello.

El régimen ha hecho lo que le ha dado la gana, sostenido por un staff de militares corrompidos, llenos de negocios, corrupción y dinero.

Esta vez el pueblo venezolano va a reaccionar.

Maduro gritó, “¡por las buenas o por las malas!”

Y se robó las elecciones por las malas.

No tengo duda que el pueblo venezolano va a enfrentar ahora ese régimen.

¡Por las malas!

Sobremesa

María Corina en su discurso de hoy, proclamó la presidencia de Edmundo González

¡Ese país se va a incendiar!

 

 

 

 

  

 

 

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