CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI
Por: Gongpa
Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
La Felicidad, Sembrada en el Bien:
Una Lección Eterna de Budha
En un mundo a menudo marcado por la
inmediatez y el egoísmo, las enseñanzas de Budha siguen resonando con una
sorprendente actualidad. Una de sus máximas más conocidas afirma que "el hombre
que hace el bien, es feliz en este mundo y es feliz en el mundo venidero". Pero,
¿qué significa esto en la práctica? ¿Cómo podemos aplicar esta sabiduría
ancestral a nuestra vida cotidiana?
La siembra de la felicidad
Budha nos invita a ver la vida como un jardín. Cada acción que realizamos es una
semilla que plantamos. Si sembramos bondad, compasión y generosidad,
cosecharemos felicidad y paz interior. Al contrario, si nuestras acciones están
motivadas por el egoísmo, el odio o la envidia, estaremos sembrando sufrimiento.
Esta enseñanza nos recuerda que
nuestras acciones tienen consecuencias, no solo a corto plazo, sino también a
largo plazo. Cuando hacemos el bien, no solo beneficiamos a los demás, sino que
también experimentamos una profunda sensación de satisfacción y plenitud. Esta
alegría, según Budha, trasciende la vida presente y se extiende a futuras
existencias.
La conciencia del mal
Por otro lado, Budha advierte sobre las consecuencias del mal. Al cometer
acciones negativas, no solo dañamos a los demás, sino que también nos cargamos
de un peso emocional que puede llevarnos al sufrimiento. La conciencia del mal
que hemos hecho puede generar culpa, arrepentimiento y ansiedad, dificultando
nuestra felicidad.
Vivir en plenitud
La enseñanza de Budha nos invita a vivir en plenitud, disfrutando de cada
momento y cultivando relaciones positivas con los demás. Al hacer el bien, no
solo contribuimos a un mundo más justo y compasivo, sino que también encontramos
un propósito y un significado más profundo en la vida.
Aplicando la sabiduría de Budha en el presente
En un mundo cada vez más complejo y desafiante, las enseñanzas de Budha nos
ofrecen una brújula para navegar por la vida. Al practicar la
bondad, la compasión y la generosidad, podemos transformar nuestra propia vida y
la de quienes nos rodean.
Preguntas para
reflexionar:
• ¿Qué acciones puedes realizar hoy para sembrar bondad en tu vida y en la de
los demás?
• ¿Cómo puedes cultivar la conciencia de tus acciones y sus consecuencias?
• ¿Qué obstáculos te
impiden vivir en plenitud y experimentar la felicidad?
En conclusión, la enseñanza de Budha sobre la felicidad y el bien es un
recordatorio de que nuestras acciones tienen un impacto significativo en nuestra
vida y en el mundo. Al elegir el camino de la bondad, podemos experimentar una
mayor felicidad y contribuir a crear un mundo más justo y compasivo.
Si tienes alguna inquietud o comentario, no dudes en ponerte en contacto conmigo
al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al WhatsApp +57 314 623 83 08.
|
|
Se robaron las elecciones: Una tragedia para
Venezuela y Sudamérica
Por: Jose Gabriel Barrera
El reciente proceso electoral en Venezuela ha dejado una herida
profunda en el corazón de su pueblo. Las elecciones no solo han sido vistas como
un fraude monumental, sino que han socavado los sueños y las esperanzas de una
nación que anhela vivir en paz y prosperidad. La tristeza y la indignación son
palpables, no solo entre los venezolanos, sino también entre aquellos que desde
la distancia han seguido de cerca los eventos.
Se robaron las elecciones. Pero más que eso, se robaron los
sueños de un pueblo entero. Sueños de madres, padres, hermanos e hijos que
esperaban un futuro mejor. Se robaron la ilusión de reencontrarse con sus seres
queridos, de regresar a su tierra natal después de haber buscado refugio en
otros países. Para muchos venezolanos en el extranjero, el sentimiento de ser
siempre un extranjero es una carga pesada que llevan consigo, una realidad que
conozco muy bien viviendo en Europa. Aunque tengan trabajo y hayan construido
una vida en otros lugares, el sentimiento de pertenencia nunca se desvanece por
completo.
Para aquellos que estuvimos pegados a la televisión, siguiendo
cada momento de las elecciones venezolanas, el fraude fue evidente. Vimos en
vivo y en directo cómo se desvanecía la esperanza de un cambio real. ¿Y dónde
están los derechos humanos en todo esto? Los derechos que supuestamente
garantizan que no se violen ni se arrebaten los derechos fundamentales de los
pueblos de Sudamérica parecen haber sido olvidados. La voz de los críticos y
periodistas, que debería resonar con fuerza, parece haberse silenciado ante la
opresión.
Nos están arrebatando la libertad. Esa libertad tan anhelada y necesaria para
que Venezuela recupere su democracia. Pero, ¿quién podrá ayudar al pueblo
venezolano a alcanzar esta democracia tan soñada? Lo que el mundo ha presenciado
no es más que una democracia disfrazada de fraude, muerte y violencia. Ya hay
muertos y heridos, como me han contado algunos amigos que viven bajo esta
maldita dictadura. Una dictadura que no solo retrasa el progreso, sino que
silencia a los maestros, ata las manos de los médicos, corta las manos de los
campesinos y sume en la miseria a un pueblo que, hasta hace pocos años, era
próspero. Muchos colombianos trabajaron allí y lograron construir una vida
próspera.
En medio de tanta tristeza, mi humilde opinión es clara: les robaron las
elecciones a todos los venezolanos de bien. Les robaron su futuro, su esperanza
y su derecho a vivir en paz y libertad. Esta tragedia no solo afecta a
Venezuela, sino a toda Sudamérica, que sufre al ver cómo se pisotean los
derechos y las libertades de un pueblo hermano. La lucha por la verdadera
democracia y la justicia debe continuar, y no podemos permitir que la voz de los
oprimidos se apague.
¡EL GRAN FRAUDE!
Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
Después de 24 años
de saqueo, tiranía y atropello a los derechos humanos, que son la impronta de la
izquierda, Nicolás Maduro, se acaba de robar las elecciones en Venezuela.
|
|
“¡Ganaremos por las buenas o por las malas gritaba como un loco
hace pocas horas!”
El CNE, guardó silencio por varias horas después de haber cerrado
la votación.
En Colombia, en media hora se sabe quién es el ganador.
El CNE, guardó silencio las 7 horas mientras fraguaron el descomunal fraude
electoral de hoy 28 de julio.
El boletín presenta a Nicolás Maduro con una votación de 5.150.000 votos y el
51.2% de la votación.
Y a Edmundo González, candidato de la oposición con 4.445.000 votos y el 44.2%
de la votación.
Es un descomunal fraude donde a Edmundo González le quitan por lo menos un 20%
de su votación, que según las cifras del control en las mesas de los opositores
al régimen debería ser de 65% de los votos.
Y a Nicolás Maduro le sumaron en el CNE, bajo su control, al menos un 30% de una
votación que jamás obtuvo.
Perú y Chile salieron a desvirtuar y a no reconocer esos
resultados.
Y vienen muchos más países que harán lo propio.
Maduro hizo desde antes todo lo posible para ambientar ese atraco
descomunal que lo pone ilegítimamente de nuevo en la presidencia por 5 años más.
Se negó a una vigilancia internacional, y le negó el ingreso al país a decenas
de periodistas y líderes latinoamericanos, que venían a observar el proceso
electoral.
Nunca antes Venezuela estuvo tan unido y tan fuerte apoyando a María Corina
Machado, su líder natural.
La Contraloría venezolana bajo el control de Maduro, le fabricó
un proceso para inhabilitarla.
Y lo hizo.
Es por esa razón que hubo que improvisar a la carrera al Señor Edmundo González
Urrutia, un diplomático con una limpia hoja de vida, pero sin apoyo popular.
María Corina le dio la vuelta a todo el país levantando la mano a Edmundo como
solución a su fabricada inhabilidad, y el pueblo venezolano lo entendió y aclamó
a Edmundo y a María Corina.
Siete horas después del cierre de las votaciones el CNE, saca ese vulgar reporte
que consolida el robo de las elecciones en Venezuela.
Por 24 años, el hermano país ha vivido una penitencia de saqueo, tiranía y
atropello a los derechos humanos.
Una tiranía que arrasó con el tejido social y económico del país más rico de
América Latina.
Pero esta vez el pueblo venezolano no se va a tragar semejante atropello.
El régimen ha hecho lo que le ha dado la gana, sostenido por un staff de
militares corrompidos, llenos de negocios, corrupción y dinero.
Esta vez el pueblo venezolano va a reaccionar.
Maduro gritó, “¡por las buenas o por las malas!”
Y se robó las elecciones por las malas.
No tengo duda que el pueblo venezolano va a enfrentar ahora ese régimen.
¡Por las malas!
Sobremesa
María Corina en su discurso de hoy, proclamó la presidencia de Edmundo González
¡Ese país se va a incendiar!
|