Pereira, Colombia - Edición: 13.304-884

Fecha: Martes 30-07-2024

 

 TECNOLOGÍA

 

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Los dos astronautas de la Boeing Starliner siguen varados en la Estación Espacial Internacional

 

 

Butch Wilmore y Suni Williams, la tripulación de la NASA encargada de la nave espacial Starliner de Boeing, llevan varados en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) desde el 7 de junio. Se suponía que regresarían a la Tierra al cabo de una semana, en cuanto hubieran terminado de revisar y probar todos los sistemas del transbordador, que realizaba su primer vuelo. Sin embargo, algunas anomalías obligaron a efectuar inspecciones exhaustivas, que siguen en curso.

 

Durante la conferencia de prensa de actualización del 25 de julio, los responsables de la NASA y Boeing declararon que no estaban preparados para indicar una fecha concreta para el regreso de los dos astronautas: si las pruebas marchan bien, la tripulación volvería a casa a bordo del Starliner en la segunda quincena de agosto; alternativamente, tendrán que esperar a la partida (y regreso seis meses después) de la misión Crew-9.

Hacia el primer vuelo de la Starliner de Boeing

 

La Starliner es un transbordador espacial reutilizable diseñado y construido por Boeing en colaboración con el Programa de Tripulación Comercial de la NASA. Diseñado para transportar hasta siete pasajeros o misiones mixtas de tripulación y carga en órbita terrestre baja, su historia es un tanto accidentada, con problemas técnicos y retrasos. Sin embargo, finalmente, el 5 de junio, la Starliner fue lanzada hacia la ISS con dos astronautas de la NASA a bordo, Butch Wilmore y Suni Williams. Fue una misión inaugural durante la cual se probaron todos los sistemas de la nave espacial en distintas condiciones.

 

 

No obstante, el mismo día de partida, los sistemas habían registrado una pequeña anomalía, una fuga de helio (utilizado para

 

 

 

presurizar los depósitos) que, sin embargo, no se consideró un riesgo para el éxito de la misión. Por tanto, el 7 de junio se dio luz verde al vuelo de calificación, con acoplamiento en la ISS. Sin embargo, durante las maniobras surgieron otros inconvenientes, esta vez con los motores de actitud, que se emplean para gestionar el movimiento y el posicionamiento en el espacio.


Starliner necesita más pruebas antes de volver a la Tierra

 

Algunas razones de los problemas que han surgido ya han aparecido en las comprobaciones realizadas tanto in situ como con simulaciones en versiones de servicio del módulo en la Tierra, y los ingenieros están trabajando para hallar soluciones para esta y futuras misiones. Sin embargo, los responsables retrasaron el regreso de la tripulación con la Starliner hasta una fecha posterior, a la espera de los resultados de otras pruebas aún en curso.

Este fin de semana pasado, en concreto, estuvo previsto encender 27 de los 28 propulsores del sistema de control de reacción o RCS (por sus siglas en inglés) para verificar su rendimiento, simulando lo que se llevaría a cabo en futuras misiones. Además, estuvo también programada una nueva revisión de las fugas de helio e inspecciones del sistema tras una actualización del software. La información sobre las baterías es tranquilizadora: la garantía sobre el mantenimiento de su rendimiento (y, por tanto, de un reingreso seguro) se ha ampliado de 45 a 90 días.

El resultado de las evaluaciones será crucial no solo para determinar si Wilmore y Williams regresarán a la Tierra con la Starliner, también para declarar oficialmente que la nave está operativa, con la posibilidad de alternarse con la Crew Dragon de SpaceX.

Un plan B para volver de la Estación Espacial Internacional

Wilmore y Williams, según informó Steve Stich de la NASA en la conferencia de prensa, están de buen humor, incluidos entre el resto de la tripulación de la Expedición 71. Ambos cuentan con experiencia previa en misiones de larga duración y, además de ocuparse de las pruebas en la Starliner, están brindando apoyo a las actividades de mantenimiento e investigación en la ISS.

Si al final los resultados de las pruebas de la Starliner no permiten el regreso de los dos con el nuevo transbordador, es posible pensar que podrán hacerlo con la tripulación de la futura misión Crew-9 de SpaceX. La salida de la Crew-9 está prevista para finales de agosto (aunque podría haber retrasos debido a las inspecciones del cohete Falcon 9, tras el accidente del 12 de julio) y se lanzaría con dos tripulantes (en lugar de cuatro) y dos trajes adicionales para Wilmore y Williams, que entonces tendrían que permanecer en la ISS otros seis meses, hasta el final de la misión.
 

 

 

 

Esperanzas y preocupaciones

Las esperanzas están puestas en que los problemas identificados con la Starliner se resuelvan a tiempo para evitar una estancia prolongada de Wilmore y Williams en la ISS. Cada día que pasan en el espacio representa no solo un desafío físico y psicológico para los astronautas, sino también un gasto adicional y una complejidad logística para las operaciones de la estación espacial. La posibilidad de un regreso anticipado con la Crew-9 brinda un respiro, pero no es la solución ideal.

 

 

La colaboración entre la NASA y Boeing se ha enfrentado a numerosos desafíos desde el inicio del desarrollo de la Starliner. Este proyecto es parte del esfuerzo más amplio de la NASA por asegurar una capacidad de transporte humano independiente a la órbita baja terrestre, reduciendo su dependencia de las naves espaciales rusas Soyuz. Aunque la Crew Dragon de SpaceX ha proporcionado una alternativa confiable, la agencia espacial estadounidense necesita múltiples opciones para asegurar una redundancia y flexibilidad en sus operaciones.

Mirando hacia el futuro

 

El desenlace de esta situación tendrá implicaciones importantes para el futuro de la Starliner y su papel en el programa espacial estadounidense. Una vez que se resuelvan las anomalías actuales, y suponiendo que la Starliner se declare operativa, Boeing y la NASA tendrán que trabajar en estrecha colaboración para asegurar que futuros vuelos no enfrenten los mismos obstáculos. La revisión exhaustiva de los sistemas y la implementación de mejoras basadas en las lecciones aprendidas serán cruciales.

 

 

Además, esta experiencia subraya la importancia de la redundancia y la diversificación en la capacidad de transporte espacial. Contar con múltiples vehículos operativos no solo mejora la seguridad de los astronautas, sino que también permite una mayor flexibilidad en la planificación y ejecución de misiones. Con la eventual certificación de la Starliner, la NASA podrá optimizar sus operaciones y reducir los riesgos asociados con la dependencia de un solo proveedor.

 

 

  

 

 

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