Pereira, Colombia - Edición: 13.308-888

Fecha: Martes 02-08-2024

 

 TECNOLOGÍA

 

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Las Big Tech enfrentan pérdidas significativas con la IA

 

 

En medio de una creciente inquietud por las inversiones en inteligencia artificial (IA), las grandes empresas tecnológicas, conocidas como Big Tech, están experimentando una fase de incertidumbre financiera. En las últimas semanas, gigantes como Amazon, Apple, Nvidia, Alphabet, Facebook, Meta y Tesla han visto caer sus acciones en un 10%, obligándolas a reconsiderar sus recientes inversiones centradas en la IA.

Este descenso en el mercado no es un fenómeno aislado. A finales de junio, los analistas de Goldman Sachs publicaron un informe titulado "Gen AI: ¿demasiado gasto, pocas ganancias?" que planteaba la pregunta sobre la rentabilidad futura de las inversiones en IA, que ascienden a mil millones de dólares. Según este informe, la viabilidad financiera de estas inversiones está en duda, lo que ha provocado una ola de escepticismo entre los inversores y las propias empresas.

 

 

Sequoia Capital, una firma de capital de riesgo, ha estimado que las empresas tecnológicas necesitarán generar hasta 600 mil millones de dólares para justificar sus inversiones en proyectos de desarrollo de IA.
 

 

 

Esta cifra astronómica subraya la magnitud del desafío que enfrentan las Big Tech en su búsqueda de beneficios tangibles a partir de sus avances en IA.

 

La pregunta central es: ¿Qué tan rentable es realmente la inteligencia artificial? Hasta ahora, las grandes tecnológicas no han obtenido rendimientos significativos de sus inversiones en el sector. A esta incertidumbre se suma la espera de los inversores por una posible reducción de las tasas de interés por parte del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, el banco central del país. Una disminución de las tasas podría redirigir el capital hacia nuevas áreas del mercado bursátil, pero no necesariamente hacia la inteligencia artificial.

La situación es compleja. El desarrollo de nuevos modelos de IA requiere una cantidad sustancial de dinero, y las empresas tecnológicas ya han invertido enormes sumas en estos proyectos. Sin embargo, el retorno de estas inversiones aún no es evidente. Las Big Tech tienen una hoja de ruta clara: entrenar la última generación de modelos de IA y optimizar los existentes. Pero surge una duda crucial: ¿los nuevos descubrimientos generarán ingresos suficientes para amortizar los elevados costos?

OpenAI, una de las compañías líderes en el sector, también enfrenta esta incertidumbre. La empresa, conocida por desarrollar ChatGPT, se enfrenta a la cuestión de la sostenibilidad económica a largo plazo de sus proyectos. Según informes internos publicados por The Information, OpenAI podría enfrentar pérdidas de 5 mil millones de dólares a lo largo del año, con un costo diario de funcionamiento de ChatGPT que ronda los 700 mil dólares.

Además, los gastos de OpenAI no muestran signos de disminuir. Se espera que la compañía gaste 7 mil millones de dólares en el entrenamiento de IA en 2024. Esta cifra es considerablemente alta, especialmente cuando se compara con los ingresos anuales de OpenAI, que ascienden a aproximadamente 3 mil millones de dólares. Esta disparidad entre ingresos y gastos resalta la falta de ingresos suficientes para cubrir los costos operativos de la compañía.

 

La cuestión del capital es central en este dilema. Actualmente, no hay casos de uso de la inteligencia artificial que hayan demostrado un éxito comercial significativo.

 

 

 

 

Este es el problema clave: es poco probable que las inversiones continúen fluyendo hacia el sector de la IA si no se generan ingresos sustanciales primero.

 

 

Las Big Tech, conscientes de esta realidad, están en una encrucijada. Por un lado, deben seguir invirtiendo en el desarrollo de la IA para mantenerse competitivas. Por otro lado, necesitan demostrar a los inversores que estas inversiones pueden generar retornos significativos. Esta dualidad crea una situación de tensión y expectativa en el mercado tecnológico.

 

La agitación en el sector de la IA refleja un cambio más amplio en el enfoque de las inversiones tecnológicas. Mientras que la IA ha sido vista durante mucho tiempo como la próxima gran revolución tecnológica, las recientes caídas en el valor de las acciones de las Big Tech indican que los inversores están reconsiderando su entusiasmo inicial. La pregunta que surge es si las empresas podrán transformar sus avances tecnológicos en beneficios económicos sostenibles.

 

 

En conclusión, las Big Tech están en una fase crítica de reevaluación de sus estrategias de inversión en inteligencia artificial. La presión para demostrar la rentabilidad de estas inversiones es inmensa, y las empresas deben encontrar un equilibrio entre la innovación y la viabilidad económica. A medida que el mercado tecnológico evoluciona, la capacidad de las Big Tech para navegar esta incertidumbre determinará su éxito futuro en el competitivo campo de la inteligencia artificial.

 

 

  

 

 

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