CHARLAS CON UN MAESTRO
SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
Budha y su Tiempo:
Un Contrastes de Filosofías
El Budhismo en el Escenario Filosófico de
la Antigua India
La India antigua fue un crisol de ideas filosóficas y religiosas, donde diversas
escuelas de pensamiento competían por la atención de las mentes más
inquisitivas. El budhismo, con su enfoque en la liberación del sufrimiento y la
búsqueda de la iluminación, se destacó entre estas corrientes por su
originalidad y su profundo impacto en la historia de la humanidad.
Principales Corrientes Filosóficas
Contemporáneas a Budha
• Hinduismo: La religión dominante en la India en tiempos de Budha, el hinduismo
se caracterizaba por un panteísmo complejo, un sistema de castas rígido y una
variedad de dioses y deidades. Mientras que el budhismo rechazaba la idea de un
creador divino y el sistema de castas, compartía con el hinduismo la creencia en
la reencarnación y el karma.
• Jainismo: Surgido casi al mismo tiempo que el budhismo, el jainismo compartía
con este la idea de la no violencia (ahimsa) y la renuncia a los placeres
materiales. Sin embargo, el jainismo tendía a ser más ascético y ritualista que
el budhismo, que enfatizaba la importancia de la sabiduría y la compasión.
• Lokayata (Materialismo): Esta escuela filosófica india se enfocaba en el mundo
material y rechazaba cualquier forma de espiritualidad. Los Lokayata negaban la
existencia del alma y el karma, y sostenían que la felicidad se encontraba en
los placeres sensoriales. El budhismo, por su parte, aunque reconocía la
realidad del mundo material, también exploraba las dimensiones más profundas de
la conciencia humana.
¿En qué se diferenciaba el budhismo?
• Énfasis en la experiencia personal: A diferencia de muchas otras filosofías
indias que se basaban en textos sagrados y tradiciones orales, el budhismo
invitaba a sus seguidores a verificar las enseñanzas a través de su propia
experiencia. La meditación y la atención plena eran herramientas fundamentales
para alcanzar la iluminación.
• Rechazo del ritualismo: El budhismo simplificó los rituales religiosos y
enfatizó la importancia de la práctica ética y la sabiduría.
• Noción de un "yo" impermanente: El budhismo enseñaba que el "yo" o el ego eran
ilusiones, y que la realidad última era la naturaleza impermanente de todas las
cosas.
• Camino Medio: El budhismo proponía un camino medio entre el ascetismo extremo
y la indulgencia sensorial, buscando un equilibrio entre la disciplina y la
compasión.
El Legado de Budha
Las enseñanzas de Budha ofrecían una alternativa atractiva a las complejidades y
los ritualismos de las otras filosofías indias. Su enfoque en la liberación del
sufrimiento y en la búsqueda de la felicidad interior resonó profundamente con
muchas personas, y el budhismo se expandió rápidamente por toda Asia y más allá.
Conclusión
En el panorama filosófico de la antigua
India, el budhismo se destacó
por su enfoque pragmático, su énfasis en la experiencia personal y su rechazo a
posiciones dogmáticas rígidas. Al ofrecer un camino claro y accesible hacia la
iluminación, el budhismo atrajo a un gran número de seguidores y se convirtió en
una de las religiones más influyentes del mundo.
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DE AQUÍ Y DE ALLÁ
Por: Otoniel Parra Arias
alfanoticias.opar@gmail.com
RETAZOS DE LA HISTORIA
DE COLOMBIA EN EL CORAZÓN DE LAS GUERRAS CIVILES DEL SIGLO XIX, “LA ESPONSIÓN DE
MANIZALES” Y LO QUE IDEÓ LA MALICIA ANTIOQUEÑA PARA VENCER A LOS CAUCANOS
Este instrumento, conocido con
el curioso nombre de “esponsión” (del latín sponsio, promesa solemne), fue
suscrito en Manizales el 29 de agosto de 1860 por los representantes de las
fuerzas conservadoras del Estado Federado Antioqueño y el ejército caucano al
mando del general Mosquera para dirimir pacíficamente un delicado encuentro
bélico en las laderas de Manizales.
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En esas calendas de un país fragmentado
políticamente, muchos conflictos pasaron de las palabras y los discursos de
factura greco romana a los físicos enfrentamientos militares de resultados
catastróficos.
El general Tomás Cipriano de Mosquera, quien comandaba las huestes del Estado
Federado del Cauca, se hallaba muy molesto por las últimas decisiones del
gobierno nacional que en su opinión y la de otros dirigentes llevaría al país a
una hegemonía conservadora al dividirlo en 8 secciones con amplia mayoría goda
dejando de lado a la poderosa región occidental.
Uno de los últimos capítulos
de este descontento, cuando perdieron poder las palabras bajo el sonido
discordante de los cañones, se escenificó en los límites de Manizales, ciudad de
vital importancia
para los intereses
conservadores, y neurálgico significado estratégico en la parte sur del estado
antioqueño límites del en ese entonces extenso Cauca.
Allí el general Mosquera, quien aparte de estadista en uso de sus funciones, era
a la vez militar de terreno, ante el fragor de las desavenencias con el gobierno
nacional y ante la inminencia de una confrontación armada, había situado sus
tropas en sitios aledaños a Cartago y Obando en espera de la orden de
zafarrancho de combate,
convencido mi general que en
pocas horas precipitaría el poder de sus fuerzas a la toma de Manizales para
continuar hacia el interior del territorio paisa y así enfrentar al gobierno
conservador.
Por eso había situado entre
territorios de La María y el puente de Chinchiná a “3.500 hombres de infantería,
500 de caballería, cinco cañones, banda de música y abundante parque”.
Pero ante el peligro de fieros combates en la actual capital de Caldas, los
notables de esa ciudad amenazada por un caos bélico, habían empezado a proponer
una “esponsión” figura de origen latino que serviría de marco a un armisticio
final para evitar más pérdida de vidas humanas.
Pero las cosas desde el
principio de esta pacifista propuesta no funcionaron y Mosquera siempre decidido
en sus convicciones se preparó para lanzar sus tropas al ataque por la empinada
cuesta manizalita.
Pero los antioqueños no se habían quedado dormidos y por el contrario en lo que
hoy es la Avenida Cervantes, único espacio ideal para el ingreso del enemigo,
como estratagema parecida a la que el esclavo Espartaco utilizó para engañar a
las tropas romanas que lo tenían sitiado, optaron por haber uso de la malicia
indígena y sin perder tiempo, día y noche abrieron huecos grandes que cubrieron
con hojas de plátano y tierra que simulaba espacio sólido.
Por ello cuando ingresó con
toda su furia la caballería, uno de los orgullos del ejército caucano, las
primeras jacas se precipitaron a estos huecos, muriendo unas y quedaron
inhabilitadas otras.
Este sorpresivo inconveniente
causó desconcierto y desbandada en la infantería que se sintió atacada y en
desventaja por lo que a la final decidieron huir perdiendo así el factor
sorpresa que pensaban aprovechar.
Lo simpático de este fragmento histórico es que como lo reveló uno de los
militares enemigos de Mosquera ya en momentos más de diálogo posteriores al
incidente, firmada al fin la esponsión mediante la cual el general se retiraría
con sus tropas, los manizalitas se comprometían a restar escándalos sobre este
capítulo ridículo para los caucanos para así evitar el descrédito y el burlesco
de su contraparte.
Para el general y sus oficiales fue verdaderamente impactante comprobar entonces
que los defensores de Manizales que prácticamente le habían vendido la propuesta
de “arreglar por las buenas”, no pasaban de 1.300, ante la superioridad numérica
de los caucanos. Por ello este comandante acostumbrado a deslumbrantes victorias
reconoció que habría podido invadir a Manizales con relativa facilidad, pues
como lo expresó en voz alta, poseído por su mal temperamento, aparte de sus
soldados regulares, contaba con 4.000 negros para atacar sin importar si ellos
hubieran caído en ese intento por interesarle poco esta parte de su ejército
invasor, según apunta el escritor Víctor Paz Otero en su libro, El Demente
Exquisito.
Este retiro sin disparar un tiro, fue entonces una victoria pírrica para el
general Mosquera quien lamentaría luego haber aceptado esta fórmula de esponsión
pacífica cuando tuvo
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en sus manos todas las armas para haber dado el
salto bélico liberal hacia el corazón del estado antioqueño lo que habría tenido
muchos significados en el futuro del país.
De todas maneras Tomás Cipriano de Mosquera era un transgresor poco amigo de
soluciones a medias y ni mucho menos individuo que se extasiara en la
rememoración de sus derrotas, por lo que después de muchas refriegas volvió a
ser presidente de la Nueva Granada e impulsor de una nueva figura: Los Estados
Unidos de Colombia. Pero la historia no se detendría ahí.
¡LOS PEAJES VIALES!
Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
Me llama poderosamente la atención, el desenfoque que hay en tantos
dirigentes de este país respecto a los peajes en las vías.
Lo primero que proponen los mamertos es retirar los peajes.
Y muchos dirigentes no mamertos, también proponiendo pendejadas
impagables.
Como si las vías se hicieran solas.
Está estupidez, es tan imposible como que están contratados y pignorado
su ingreso a unos bancos internacionales, por un periodo muy largo de tiempo.
Eso se llama seguridad jurídica.
Pero vamos más atrás.
Le escuché también a unos periodistas que los concesionarios eran muy
ricos.
¡Otra bestialidad!
Miremos.
Después de que se define la construcción o ampliación de una carretera, y
se superan los problemas ambientales y de las comunidades vecinas, está lista
para ser concesionada.
Esto se hace por licitación pública internacional.
El concesionario que se gane la obra tiene necesariamente que acudir a un
grupo de bancos (crédito sindicado), que son los que le aprueban el crédito para
construir la vía, y cuyos desembolsos los harán en el tiempo y de acuerdo al
avance de la obra según un programa de construcción.
Para aprobar y desembolsar ese crédito, los bancos exigen como garantía,
unas pólizas de cumplimiento y de pago, que a su vez ponen a unas compañías de
seguros a conseguir la firma del gobierno, entregando al concesionario la vía
por un periodo largo (20-30 años) y, asimismo, los ingresos que generen todos
esos peajes durante la duración del contrato y del crédito.
Los concesionarios son pues apenas unos gestores y manejadores de la
obra, de su mantenimiento posterior y de la recolección de los recursos de los
peajes y el pago del millonario crédito que financió la obra.
Ese es el papel de un concesionario.
No financian nada, pero coordinan todas las variables de una obra.
En países muy ricos como los Emiratos Árabes, China, Arabia, Saudita y
Kuwait por ejemplo, las vías se construyen y se financian sin peajes.
El dinero sobra y la corrupción se castiga con la pena de muerte.
Pero en el resto del planeta, esas vías se financian con los peajes.
Los encontramos en todo Europa y los Estados Unidos.
Ahora, cuando la autopista se paga en su totalidad, se puede retirar el
peaje, si hay un fondo público que se encargue de su mantenimiento.
Imagínense Ustedes las autopistas colombianas, en manos de INVIAS.
¡Un desastre!
Pero hay una línea intermedia que puede ayudar a resolver esta situación.
Si la vía está hecha y pagada, se puede dejar el peaje con una tarifa
muchísimo menor que cubra solamente su mantenimiento.
Para terminar con este tema, debe quedar bien claro, que todas las
autopistas 5G, que tiene que construir o ampliar Colombia, se tienen que hacer
por concesión y con un crédito sindicado de bancos internacionales a largo
plazo, que pagaremos en el largo plazo con los peajes.
Es como la adquisición de vivienda por una familia pobre.
Tiene que ser no solo con un subsidio estatal, sino con un crédito
hipotecario a largo plazo.
Colombia es una familia pobre.
Y no tiene recursos disponibles para estas abultadas inversiones.
¡Y menos en este gobierno, en el que se están robando todo!
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