¡A LA VISTA LAS ESTAFAS DE LA REFORMA AGRARIA!

Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es

Gerardo Vega, ex director de la Agencia Nacional de Tierras, afirmó con total desparpajo que allí se podían desarrollar “actividades anfibias”, léase agricultura en verano y pesca en invierno.

Ese tipo salió a hacer ese estúpido comentario cuando los campesinos que recibieron con bombos y platillos las 570 hectáreas en una finca cerca a Majagual Sucre, descubrieron que la finca es un pantano, totalmente inservible.

Sencillamente no sirve para ningún tipo de agricultura; ni siquiera la de arroz, que se hace con agua.

Se trata de 570 hectáreas que la Agencia Nacional de Tierras, compró y les entregó a esas 130 familias de Majagual Sucre, y que no sirven para nada.

¡Para un negociado!

Hoy los campesinos andan reclamando en Bogotá, “¡no nos pueden dar otra tierra por que ya nos dieron esta, que es un pantano!”

Tierras que pasan inundadas casi todo el año, sin valor económico y apostaría que la ANT, las compró por los lados de $10 millones la hectárea.

Solo sirvió para llenar los bolsillos de comisionistas y funcionarios corruptos.

¿Me equivoco Dr. Vega?

¿Qué tal lo de “actividades anfibias?”

Esas son las tierras fértiles que Petro anunció en su discurso del 7 de agosto, le ha entregado su gobierno a los campesinos.

¡Una estafa!

Sigamos

En Bosconia César, unos propietarios le iban a vender una tierra de 500 hectáreas al gobierno Petro, para su Reforma Agraria.

Fueron tantos los comisionistas e intermediarios, además de los funcionarios corruptos que exigían su mordida, que esa tierra cuyo valor comercial es de $ 6millones por hectárea, quedó tasada en casi $20 millones por hectárea, para el gobierno.

Una sobrevaloración tan descarada era la única manera de atender los pedidos de intermediarios, comisionistas y funcionarios corruptos.

¡Pero imagínense!

Los dueños de la tierra tenían que hacer la escritura y pagar los impuestos de ganancia ocasional sobre $20 millones la hectárea que es el valor por el cual el Estado iba a adquirir las tierras.

Los dueños de la tierra iban a recibir los $6 millones por hectárea.

Y solo por impuestos tendrían que pagar $7 millones por hectárea.

Dicho de otra manera, iban a regalar la tierra y a pagar por ello, $1 millón por hectárea.

Iban a perder la tierra (500 hectáreas) y además $500 millones.
 

Solo para llenarle los bolsillos a intermediarios y funcionarios corruptos, que exigían recibir lo suyo en efectivo.

Ha fallado el primero Puigdemont, con el temor que los mossos de squadra le capturen a pesar de creerse a pies juntillas esto de la amnistía para todos y para toda ilegalidad.

Demostrando la malicia de farsantes los de alto turmequé se presentó brevemente en Barcelona para un discurso de batalla para luego perderse de curiosos y periodistas, que como en los mejores seriados de crónicas livianas, son tan del gusto de los españoles y luego de nuevo al mejor estilo de Houdini cobijado por una cortina de humo de esas que están de moda: desapareció de nuevo..... y continuará.

S.O.S. en la Frontera de San Antonio del Táchira, Venezuela: Un Grito de Auxilio en Medio del Silencio

Por: Gabriel Barrera Rojas

En medio del silencio y el miedo palpable, un grito de auxilio emerge desde la frontera de San Antonio del Táchira, Venezuela. Don Felipe Chacón, quien viajó desde Pereira hasta su tierra natal, ha compartido con nosotros unas impactantes fotografías y su

relato sobre la desoladora situación en esta región.

San Antonio del Táchira, que en el pasado fue un próspero emporio comercial, no solo para Venezuela, sino para toda Sudamérica, es hoy un pueblo fantasma. Las imágenes capturadas a las nueve de la mañana reflejan una soledad inquietante, donde la actividad económica ha sido reemplazada por el abandono y la desolación. La frontera, que alguna vez fue un puente de progreso, se ha convertido en un símbolo de la decadencia que ha marcado la última década en Venezuela.

Don Felipe lamenta profundamente lo que ve. Recuerda cómo Venezuela, un país que no solo era rico en petróleo y agricultura, sino también en oportunidades, ha sido reducido a un estado de desesperanza bajo la llamada Revolución Bolivariana. “Ojalá el señor presidente de Colombia, Gustavo Petro, pudiera venir y ver con sus propios ojos lo que está ocurriendo. Esta revolución no solo ha devastado la frontera, sino a toda una nación que alguna vez fue próspera”, comenta con tristeza.

Para muchos colombianos, Venezuela fue un destino de esperanza donde sus familiares encontraron prosperidad, compraron viviendas y educaron a sus hijos. Hoy, la situación es completamente diferente. La nación hermana clama por la intervención de los derechos humanos, mientras el pueblo venezolano grita con fuerza: "S.O.S. para Venezuela, libertad". Es un llamado urgente para detener el hambre y la miseria en la que se encuentran sumidos, producto de una mal llamada revolución que ha traído más sufrimiento que bienestar.

La situación en la frontera de San Antonio del Táchira es un reflejo del profundo dolor de un país que, a pesar de sus riquezas, enfrenta una crisis sin precedentes. El grito de auxilio desde la frontera es un eco del clamor de toda una nación que busca liberarse de las cadenas de la miseria y recuperar la dignidad perdida.