Pereira, Colombia - Edición: 13.319-899

Fecha: Domingo 25-08-2024

 

 TECNOLOGÍA

 

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La Luna y su océano de magma: Revelaciones de la misión Chandrayaan-3




La misión Chandrayaan-3, lanzada por la India en agosto de 2023, ha arrojado luz sobre un aspecto fascinante del pasado lunar. Esta misión ha sido pionera al explorar las latitudes del polo sur de la Luna, un territorio hasta ahora inexplorado, revelando pruebas cruciales que respaldan la teoría de que la Luna una vez albergó océanos de magma. Esta investigación marca un hito en nuestra comprensión de la formación y evolución del satélite natural de la Tierra.

Hasta la llegada de Chandrayaan-3, la hipótesis de los océanos de magma en la Luna se basaba principalmente en muestras limitadas de regolito, el material suelto y fragmentado que cubre la superficie lunar, recogidas en las regiones ecuatoriales del satélite. Estas muestras, extraídas durante las misiones Apolo y otras, habían permitido a los científicos postular que la superficie lunar se formó a partir del enfriamiento y cristalización de vastas zonas de roca fundida. Sin embargo, las pruebas hasta ese momento se limitaban a una pequeña región central e iluminada de la Luna, dejando la hipótesis incompleta y abierta a debate.

La misión Chandrayaan-3, con su sonda y su rover Pragyan, aterrizó suavemente en una región al sur de la Luna, marcando un logro significativo en la exploración espacial. Esta área, nunca antes explorada por instrumentos humanos, ofreció una oportunidad única para recoger y analizar muestras de regolito lunar de una región completamente nueva. La importancia de estas muestras radica en su potencial para proporcionar pruebas adicionales sobre la existencia de
      océanos de magma que dieron forma a la superficie lunar en sus primeras etapas de formación.

El rover Pragyan, equipado con un

 

 

 

espectrómetro de rayos X de partículas alfa (APXS), realizó un minucioso análisis del suelo lunar en las inmediaciones de la zona de aterrizaje. Durante su misión, el rover logró realizar 23 mediciones antes de que su batería se agotara, enviando la valiosa información de regreso a la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO). Los datos obtenidos revelaron una composición mayoritariamente uniforme del regolito en el polo sur de la Luna, compuesto principalmente de anortosita ferrosa, un mineral clave que respalda la teoría de los océanos de magma.

La presencia de anortosita ferrosa en esta región del polo sur se suma a la creciente evidencia de que la Luna, en su pasado más remoto, estuvo cubierta por océanos de magma. Este mineral se forma a partir de la cristalización de roca fundida y su presencia en una zona tan alejada de las regiones previamente exploradas refuerza la idea de que el enfriamiento y la cristalización de estos océanos de magma fueron procesos globales, que afectaron a toda la superficie lunar. Esta nueva “prueba fósil” del océano de magma sureño es un avance significativo en la comprensión del origen y evolución de la Luna.
 


La teoría del Gran Impacto, que es actualmente la explicación más aceptada sobre el origen de la Luna, está intrínsecamente ligada a la existencia de estos océanos de magma. Según esta teoría, la Luna no se formó de manera gradual a partir de un protoplaneta, sino como resultado de un violento evento cósmico. Hace aproximadamente 4.500 millones de años, un cuerpo del tamaño de Marte, conocido como Theia, colisionó
con la proto-Tierra. Los escombros resultantes de este cataclismo se agruparon y dieron origen a la Luna.

Este proceso de formación no fue un evento pacífico; las colisiones entre fragmentos generaron una cantidad inmensa de energía, suficiente para fundir
la capa exterior del recién formado satélite, dando lugar a los océanos de magma. La existencia de estos mares de lava no solo está vinculada al violento origen de la Luna,

 

 

 

 

sino que también desempeñó un papel crucial en su evolución posterior. A medida que la Luna se enfriaba, estos océanos de magma comenzaron a cristalizar, formando la superficie sólida que observamos hoy.

Los estudios más recientes, basados en la teoría del Gran Impacto, sugieren que este proceso ocurrió alrededor de 70 millones de años después de la formación del sistema solar. La cristalización de la superficie lunar, según estas investigaciones, se completó unos 215 millones de años después, dando como resultado la Luna tal como la conocemos en la actualidad.
 


La misión Chandrayaan-3 no solo ha proporcionado pruebas adicionales para respaldar estas teorías, sino que también ha ampliado nuestro conocimiento sobre las regiones menos exploradas de la Luna. Los descubrimientos realizados en el polo sur no solo fortalecen la hipótesis del océano de magma, sino que también abren nuevas vías de investigación para entender mejor la historia temprana de la Luna y, por ende, del sistema solar en su conjunto.



En definitiva, los hallazgos de Chandrayaan-3 representan un paso crucial en la exploración lunar y en la comprensión de los procesos que dieron forma a nuestro satélite natural. La misión ha demostrado que incluso en regiones tan remotas y desconocidas como el polo sur lunar, la Luna aún tiene muchos secretos por revelar, secretos que nos acercan un poco más a desentrañar los misterios del universo.

 

 

  

 

 

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