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Resumen Nacional

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.323-903

Fecha: Domingo 01-09-2024

 

El preocupante auge de la justicia por mano propia en Bogotá: ¿Una solución o un riesgo legal?




En los últimos meses, Bogotá ha sido testigo de un fenómeno cada vez más preocupante: la justicia por mano propia. Ante la creciente inseguridad y la percepción de ineficacia por parte de las autoridades, muchos ciudadanos han optado por tomar la ley en sus manos, enfrentándose directamente a los delincuentes. Este tipo de acciones, aunque comprensibles desde el punto de vista de la frustración ciudadana, plantean serias interrogantes y desafíos tanto en el ámbito legal como en el psicológico.

Recientemente, un episodio en particular captó la atención pública: un conductor atropelló a dos hombres que acababan de intentar robarlo, lo que resultó en la muerte de uno de ellos. Este hecho no es un caso aislado. Días antes, en el sector de San Andresito de la 38, una multitud enfurecida linchó a una pareja de ladrones, causando la muerte de uno de ellos. En otros sectores de la ciudad, como Kennedy y Antonio Nariño, se han registrado situaciones similares en las que la comunidad ha desnudado, golpeado y humillado a presuntos delincuentes, dejando a muchos preguntándose si esta es la única manera de combatir la delincuencia en la capital.

Estos casos, ampliamente difundidos y celebrados en redes sociales, revelan un patrón de comportamiento que, aunque alimentado por la desesperación y el miedo, tiene graves implicaciones legales. Según Francisco Bernate, presidente del Colegio de Abogados Penalistas de Colombia, la justicia por mano propia no está justificada en ninguna circunstancia. Cuando la violencia ejercida por la comunidad supera el peligro que representa el delincuente, la acción podría ser catalogada como tortura, un delito con consecuencias severas.

Alejandro Benavides, secretario general de la Universidad Manuela Beltrán y doctor en Derecho, Ciencia Política y Criminología, refuerza esta postura al recordar que el ordenamiento jurídico colombiano no contempla la justicia por mano propia. Al contrario, este tipo de actos son considerados delitos, ya que es el Estado el único responsable de administrar justicia y ejercer la violencia legítima. Aunque la ley reconoce la legítima defensa y el estado de necesidad, estas justificaciones solo son válidas si se cumplen ciertos requisitos. En el caso de la legítima defensa, por ejemplo, la respuesta debe ser proporcional al riesgo enfrentado; de lo contrario, los ciudadanos podrían ser procesados por delitos como lesiones personales, intento de homicidio u homicidio.

Sin embargo, el impacto de la justicia por mano propia no se limita al ámbito legal. La psicóloga clínica y forense Luz Cristina Jiménez, del Instituto de Medicina Legal, advierte que la inseguridad constante ha llevado a los bogotanos a desarrollar conductas paranoides, caracterizadas por una constante sensación de peligro y una tendencia a reaccionar de manera impulsiva y violenta. Este fenómeno no solo afecta la salud mental de quienes participan en estos actos, sino que también contamina todas las esferas de la vida cotidiana, desde la vida familiar hasta el entorno laboral.

La normalización de estos comportamientos violentos es un síntoma alarmante del deterioro de la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de su protección. Ante la falta de respuesta efectiva por parte del Estado, muchos sienten que no tienen otra opción que tomar la justicia en sus manos, ignorando las consecuencias legales y psicológicas que esto puede acarrear.

En medio de este complejo panorama, es crucial que las autoridades tomen medidas para restaurar la confianza en el sistema de justicia y fortalecer la seguridad en la ciudad. No solo es necesario actuar contra la criminalidad, sino también abordar las raíces del problema: la percepción de inseguridad, la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades y el deterioro de la salud mental
 

   

de la población. Solo así se podrá evitar que la desesperación lleve a los ciudadanos a convertirse en vigilantes, cruzando la línea que separa a las víctimas de los delincuentes.
 

Sellan siete IPS que funcionaban sin permisos en Soledad




En desarrollo de los operativos desarrollados por la Alcaldía de Soledad, a través de la Secretaría de Salud municipal y departamental, para revisar el cumplimiento de los requisitos de habilitación legal de las IPS que operan en el municipio; se ha presentado el sellamiento de siete IPS, que no cumplen con los parámetros necesarios para prestar un servicio de salud eficiente.

La Secretaría de Salud de Soledad, en ejercicio de sus funciones de Inspección, Vigilancia y demás facultades conferidas por las Leyes 100 de 1993, 715 de 2001, 1122 de 2007, 1438 de 2011 y el Decreto 780 de 2016, ha venido realizando, de manera permanente, la búsqueda activa de los prestadores de servicios de salud que operan en la jurisdicción, atendiendo lo anterior, en el transcurso del presente año, han sido selladas 31 IPS, de las cuales hasta la fecha, 12 han sido legalizadas, 9 estaban atendiendo con el sello y 10 deben tener nuevamente la verificación de su proceso.

La realización de las visitas a las 51 IPS que presentaban ciertas irregularidades en la atención y oferta del servicio, será desarrollada próximamente, para constatar si ya se encuentran dentro del marco de legalidad que deben tener. La alcaldesa Alcira Sandoval Ibáñez y el secretario de Salud, Edison Barrera, reafirman la importancia de priorizar la calidad de la salud que merece el pueblo soledeño, por lo cual, deben garantizar las leyes y normas estipuladas para esta finalidad.


Terpel lleva 3 meses recibiendo un 26,3% menos de combustible




La Organización Terpel S.A. anunció que en los últimos tres meses ha recibido un 26,3% menos del combustible de aviación JET A1 que había solicitado a Ecopetrol. Este déficit se ha producido durante los meses de junio, julio y lo que va de agosto, afectando significativamente la capacidad de la compañía para satisfacer la demanda del sector aeronáutico.

De acuerdo con el comunicado emitido por la empresa, Terpel solicitó un total de 2.286.807 barriles de JET A1 en el periodo mencionado. Sin embargo, Ecopetrol solo asignó 1.792.779 barriles y entregó 1.685.389 barriles. Para hacer frente a la falta, Terpel se vio obligada a utilizar inventarios de seguridad y tomar medidas adicionales como la importación de 100.000 barriles y la redistribución de inventarios entre plantas de almacenamiento.

La situación se agravó tras las fallas en las instalaciones de Reficar el 16 de agosto, lo que llevó a Ecopetrol a declarar fuerza mayor y anunciar afectaciones en todos sus productos. Posteriormente, el 20 de agosto, Terpel fue informada de que solo recibiría el 80% del volumen asignado para el mes, exacerbando la escasez de combustible.

En respuesta a esta crisis, Terpel ha mantenido una comunicación constante con sus clientes del sector aeronáutico, recomendando la racionalización de los consumos para mitigar el impacto. La empresa también informa que ha trabajado en coordinación con las autoridades competentes y otros actores de la cadena para enfrentar la situación.
 

 

 

La Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) informa que, tras la instalación del Puesto de Mando Unificado (PMU) el 25 de agosto, la distribución de combustible ha comenzado a normalizarse. No obstante, Terpel señala que el déficit de combustible para aviación es un problema estructural que requiere medidas urgentes debido al aumento en el tráfico aéreo y la limitada capacidad de refinación en el país.

Terpel reafirma su compromiso de colaborar con todos los actores involucrados para resolver esta situación, manteniéndose fiel a sus valores de integridad, respeto y confianza.


Colombia muestra bajos niveles de productividad, según estudio




Colombia muestra bajos niveles de productividad ha venido disminuyendo en las últimas décadas. Así lo concluye un informe del Laboratorio Empresarial de Productividad y Competitividad (LabE) de la Universidad del Rosario, Lift Growth & innovation y la Universidad EIA.

Según este análisis, factores externos a las
empresas pueden influir en este comportamiento, pero los datos muestran diversidad en productividad entre industrias e inclusive entre empresas de la misma industria. En general las empresas grandes tienden a ser más productivas que las medianas, pero no todas las empresas medianas son menos productivas que las grandes.

“La productividad total de los factores de Colombia ha decrecido en un 0,1 % en los últimos 40 años (1990-2019) y en los 12 años previos a la pandemia (2005-2019) también disminuyó un 0,13 %, según cifras oficiales” afirmó Andrés García-Suaza, investigador de LabE y decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario.

La situación de la productividad de la industria no ha cambiado en los últimos años. Esto evidencia la ausencia de cambios importantes a nivel sectorial en Colombia y, en cierta medida, poco dinamismo de políticas sectoriales que cambien esta imagen estática de la productividad industrial, indica el informe Una radiografía de la productividad sectorial en Colombia, que desarrolló el Laboratorio Empresarial de Productividad (LabE).

Según este análisis, la productividad de las industrias en el país es muy persistente en el tiempo. Esto puede estar relacionado con la invariabilidad en la estructura productiva, inflexibles procesos que no se adaptan a los cambios del mercado.

“Sin embargo, coexisten altos niveles de dispersión en la productividad de las empresas. Se observa que no todas las empresas medianas son menos productivas que sus contrapartes grandes. La productividad promedio de las empresas medianas en sectores específicos, como la industria química y farmacéutica, así como en textiles, prendas y cueros, supera de manera significativa la productividad promedio tanto de las empresas grandes como de las medianas en la industria alimentaria”, añadió Fernando Cárdenas, investigador socio de Lift Growth and Innovation y del LabE.

Diana Mena, investigadora de Universidad del Rosario y el LabE, comentó: “En general las industrias presentan una baja variación en los niveles de productividad, pero aun así las ventas han aumentado en los últimos años. Es decir, el crecimiento de las industrias ha estado mediado por otros factores, de tal forma que podría observarse un crecimiento aún mayor si se observase crecimientos significativos en los niveles de productividad".

El informe establece que el nivel de empleo o de gasto de nómina de las empresas no parece influir en sus niveles de productividad. La productividad no parece estar explicada mayores niveles de gasto en nómina o por el número de trabajadores.

 

 

 

 

  

 

 

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