6-El Imparcial

 

JUDICIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.330-910

Fecha: Sábado 14-09-2024

 

Joven Embera Chamí acusado de tentativa de feminicidio es enviado a prisión en Risaralda




En un lamentable suceso que ha sacudido a la comunidad indígena Embera Chamí en Risaralda, un joven de 23 años ha sido detenido y enviado a prisión tras ser señalado de intentar asesinar a su hermana. El incidente ocurrió el 7 de septiembre en la vereda Bajo San Juan, corregimiento de Santa Cecilia, en el municipio de Pueblo Rico.

De acuerdo con las autoridades, el acusado habría agredido a su hermana con un arma cortopunzante en la vivienda de su madre, tras una discusión que escaló violentamente. El ataque se produjo cuando la víctima, al intentar intervenir para proteger a su madre de una golpiza, fue brutalmente herida. La agresión le provocó la pérdida de varios dedos.

La intervención rápida de la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía permitió reunir pruebas contundentes que llevaron a un juez de control de garantías a imponer una medida de aseguramiento carcelaria al joven. El acusado enfrenta cargos por tentativa de feminicidio agravado, a los cuales se ha declarado no culpable.

La comunidad Embera Chamí, cuya población se encuentra mayormente en los municipios de Pueblo Rico y Mistrató, en Risaralda, ha sido afectada por este incidente. Según datos del DANE, en 2005 había 29.094 personas de esta comunidad en Colombia, con Risaralda albergando el 55,1% de la población total de los Embera Chamí.

Este evento ocurre en un contexto en el que Risaralda ha experimentado una disminución en los índices de criminalidad. La Secretaría de Gobierno del departamento reportó que hasta mayo de 2024, la mayoría de sus municipios no han registrado homicidios, destacando un descenso en delitos que afectan la seguridad pública y ciudadana.

El secretario de Gobierno de Risaralda, Israel Londoño, ha resaltado estos datos positivos, aunque el reciente caso de violencia intrafamiliar resalta la necesidad de continuar fortaleciendo las medidas de protección y justicia para todos los ciudadanos.

 

Procuraduría revoca archivo del caso contra exalcalde por asesinato de lideresa social María del Pilar Hurtado




En una sorprendente vuelta de tuerca en el ámbito judicial colombiano, la Procuraduría General ha decidido revocar su decisión de archivar el caso contra el exalcalde de Tierralta, Fabio Otero, relacionado con el asesinato de la lideresa social María del Pilar Hurtado. La decisión inicial, que había sido tomada el 22 de agosto por la Procuraduría Delegada de Juzgamiento 3 bajo la dirección
de Lina María Vega Sarmiento, fue anulada el 11 de septiembre por el procurador general encargado, Silvano Gómez Strauch, tras una revisión crítica del expediente.

El caso de Fabio Otero había sido uno de los primeros en la Procuraduría en recibir un pliego de cargos por la muerte de un líder social, un asunto de gran relevancia para el país. Hurtado, quien fue asesinada a tiros el 21 de junio de 2019 en Tierralta, Córdoba, había sido una activa defensora de los derechos en su comunidad y su asesinato generó una ola de repudio a nivel nacional, incluyendo manifestaciones de rechazo por parte del actual presidente Gustavo Petro.

La Procuraduría inicialmente decidió archivar el caso al considerar que no había suficiente evidencia para sostener los cargos contra Otero. La procuradora Vega argumentó que, tras revisar los testimonios, no se había demostrado que Otero hubiese omitido sus

 

 

 

responsabilidades para proteger a Hurtado ni que hubiese un conflicto de intereses significativo relacionado con el asesinato.

 

Sin embargo, esta decisión fue revertida debido a nuevas observaciones realizadas por la Procuraduría General. El documento de revocatoria señala que tanto la investigación inicial como la decisión de archivo no habían tomado en cuenta adecuadamente la gravedad de la violación a los derechos humanos sufrida por Hurtado y su familia. El procurador general encargado destacó que el análisis del caso debía considerar el contexto completo y las implicaciones graves de la violencia sufrida por la víctima, además de los posibles intereses personales del exalcalde.

El informe de revocatoria de 16 páginas argumenta que la decisión de archivo no reflejaba correctamente la magnitud de la situación ni el impacto sobre los derechos fundamentales de Hurtado y su familia. Se cuestionó el hecho de que la amenaza de muerte recibida por Hurtado, que había sido atribuida a un grupo ilegal conocido como el 'clan del Golfo', no se había valorado adecuadamente en el contexto de las posibles motivaciones personales de Otero, relacionadas con la ocupación de tierras por parte de la lideresa.

La Procuraduría General también subrayó que la omisión de la valoración completa del caso había resultado en una vulneración de la ley disciplinaria y un desconocimiento del derecho fundamental al debido proceso. En consecuencia, se ordenó que el expediente regresara al estado procesal en el que estaba antes del archivo, con la obligación de la Procuraduría Delegada de Juzgamiento 3 de revisar las nuevas observaciones y tomar una decisión revisada.
 

Publio Hernán Mejía, primer oficial en ir a juicio en la JEP por falsos positivos




La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha dado inicio al juicio adversarial transicional contra el coronel retirado Publio Hernán Mejía Gutiérrez, en el marco del caso emblemático sobre los denominados ‘falsos positivos’. Este juicio marca un hito en la historia de la justicia transicional en Colombia, siendo el primero en que un oficial de alto rango enfrenta un proceso en la JEP por crímenes de guerra y lesa humanidad relacionados con ejecuciones extrajudiciales.

El proceso judicial comenzó formalmente tras la decisión del coronel Mejía de no aceptar su responsabilidad en los crímenes que se le imputan. La Unidad de Investigación y Acusación (UIA) ha presentado cargos contra él por su presunta participación en 35 casos de asesinatos y desapariciones forzadas, que resultaron en 72 víctimas. Estos hechos ocurrieron en el norte de César y sur de La Guajira entre el 9 de enero de 2002 y el 9 de julio de 2005, periodo en el cual Mejía Gutiérrez se desempeñaba como comandante del Batallón La Popa.

El juicio se llevará a cabo en varias etapas, comenzando en Valledupar del 18 al 20 de septiembre, y continuará en fechas establecidas para los meses de octubre, noviembre y diciembre. Durante estas sesiones, la UIA deberá demostrar la responsabilidad de Mejía en estos crímenes, que se enmarcan en un patrón sistemático de violaciones a los derechos humanos perpetradas bajo su mando.

La JEP ha subrayado que el juicio será público, y la decisión de iniciar las diligencias en Valledupar responde a la necesidad de abordar de manera directa las afectaciones que estos hechos tuvieron en las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas de la región. Durante la audiencia preparatoria del 16 de julio, la magistratura de la JEP anunció que se revisaron más de 1.153 documentos y se solicitaron 82 testimonios para el juicio oral.

Los abogados de Mejía Gutiérrez han solicitado que se tomen en cuenta diversas pruebas en su defensa, incluyendo el testimonio de expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana. Además, se ha solicitado al Ministerio de Defensa la remisión de documentos clave como los planes de guerra “Plan Colombia” y “Plan Patriota”, así como informes sobre presuntas violaciones a los derechos humanos durante el periodo

 

 

 

en cuestión.

El proceso también garantizará la participación activa de las víctimas, quienes podrán formular preguntas durante las diligencias. La JEP ha indicado que si surgen nuevos testimonios, estos podrán ser considerados para la sentencia final.

 

El Atlántico enfrenta una nueva ola de violencia: una crisis reminiscentes de los años 2000
 



El departamento del Atlántico está reviviendo una ola de violencia que recuerda a los tumultuosos años 2000, cuando la región vivió una crisis social a causa del poder desmedido de las autodefensas y el narcotráfico. La reciente muerte de Roberto Carlos Vega Daza en febrero de 2024, cabeza del influyente clan criminal de los Vega, ha desencadenado una feroz disputa territorial entre las principales estructuras criminales de la región, elevando nuevamente la inseguridad en Barranquilla y sus alrededores.

El informe de Voragine revela que, siete meses después de la muerte de Vega, la violencia en el Atlántico se ha intensificado. La lucha por el control del territorio se ha polarizado entre dos grandes facciones: Los Pepes, liderados por Digno Palomino, y Los Costeños, bajo el mando de Jorge Díaz, alias Castor. Además, se menciona que el Clan del Golfo, uno de los grupos criminales más poderosos de Colombia, ha establecido una alianza estratégica con Castor, complicando aún más el panorama de seguridad.

Los barrios tradicionalmente peligrosos como La Chinita, La Luz, Las Nieves y Rebolo, han visto un resurgimiento de la violencia. Esta situación ha extendido el conflicto a áreas metropolitanas de Barranquilla, generando una sensación de inseguridad similar a la experimentada al inicio de los 2000, cuando se registraron más de 7.400 homicidios en la ciudad durante el auge de las autodefensas y la posterior consolidación de bandas criminales tras el proceso de paz con las AUC.

Aunque las cifras de homicidios han fluctuado, con más de 700 asesinatos anuales en 2021, 2022 y 2023, la percepción de peligro ha aumentado. Hoy, las estructuras criminales luchan no solo por el dominio territorial, sino también por el control de un punto estratégico para el tráfico de drogas hacia el exterior. Los carteles mexicanos también han mostrado interés en la región, complicando aún más el conflicto.

El informe destaca que la violencia ha alcanzado niveles alarmantes, incluso superando el impacto de la época paramilitar. La presencia de camionetas blindadas no estatales y fiestas con artistas locales contrastan con un panorama de masacres y violencia en los barrios más empobrecidos. Un incidente reciente, el hallazgo de la cabeza de un joven con un mensaje intimidatorio, subraya la brutalidad y la amenaza constante que enfrentan los residentes.

Las alianzas entre estructuras criminales como Los Costeños y el Clan del Golfo, que anteriormente eran rivales, han transformado el conflicto en una guerra de múltiples frentes. Mientras tanto, Digno Palomino y el encarcelado “El negro Ober” están buscando apoyo en grupos como las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada. Este posible apoyo podría expandir el conflicto a nuevas áreas del Atlántico, complicando aún más el panorama de seguridad.

El papel del Gobierno nacional y la fiscalía también está bajo escrutinio. Se han planteado preocupaciones sobre la corrupción y la ineficacia en la administración de justicia, con acusaciones de que algunos jueces están liberando a miembros de Los Costeños, exacerbando la crisis de seguridad en la región.

El Atlántico enfrenta nuevamente un periodo de alta tensión y violencia, reflejo de una lucha criminal que parece haber regresado a los oscuros días del pasado. La situación demanda una respuesta contundente y coordinada para restaurar la seguridad y la estabilidad en la región.

 

 

 

 

  

 

 

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