Pereira, Colombia - Edición: 13.335-915

Fecha: Domingo-22-2024

 

 TECNOLOGÍA

 

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China y EE.UU. en la nueva carrera espacial: Exploración del lado oculto de la Luna

 



La carrera espacial entre China y Estados Unidos ha entrado en una nueva fase con el protagonismo que ha adquirido el satélite natural de la Tierra. Mientras China avanza a pasos agigantados en la exploración lunar, Estados Unidos se esfuerza por igualar el ritmo. En esta dinámica, el lado oculto de la Luna se ha convertido en un objetivo estratégico para las misiones espaciales del gigante asiático.

Yutu-2 y el lado oculto de la Luna

El rover chino Yutu-2, parte de la misión Chang’e-4, ha sido el protagonista de la exploración de esta región lunar desde su alunizaje en enero de 2019. Ubicado en el cráter Von Karman, en la Cuenca Aitken, una de las zonas más antiguas y profundas de la Luna, el rover ha recorrido 1.613 metros en cinco años y medio de operación. Cabe destacar que su misión original contemplaba solo tres meses de actividad, lo que convierte este logro en un éxito notable para la tecnología espacial china.

El lado oculto de la Luna, a menudo denominado incorrectamente como el "lado oscuro", no es completamente oscuro. Aunque nunca es visible desde la Tierra debido a la sincronización de su rotación con su órbita, esta cara también recibe luz solar. Sin embargo, presenta características muy distintas a la parte visible. Su terreno es más accidentado y está cubierto por una mayor cantidad de cráteres, lo que lo convierte en un lugar particularmente interesante para la investigación científica.



Uno de los aspectos más atractivos de esta región es la posibilidad de utilizarla como emplazamiento para radiotelescopios, ya que
      su localización proporciona una barrera natural contra las interferencias electromagnéticas provenientes de la Tierra. Esto podría permitir observaciones del universo más claras y precisas.  

 

 

 

No obstante, el simple hecho de lograr que una nave aterrice en esta zona es, en sí mismo, una demostración del dominio técnico que China ha desarrollado en la exploración espacial.

Muestras lunares inéditas

Una de las mayores contribuciones de las misiones lunares chinas ha sido la recolección y análisis de muestras del lado oculto de la Luna. En mayo de 2024, la misión Chang’e-6 logró recuperar 1.9 kilogramos de material lunar que nunca antes había sido estudiado en laboratorios terrestres. Estos análisis, publicados recientemente en la revista National Science Review, ofrecen una visión sin precedentes sobre la composición del regolito, o capa superficial de polvo lunar, en esta región del satélite.

Según el estudio, el regolito del lado oculto presenta una densidad considerablemente menor en comparación con las muestras tomadas del lado visible de la Luna por las misiones Apolo de la NASA. Este descubrimiento sugiere que el terreno en esta parte de la Luna es más poroso y menos estructurado, lo que puede tener implicaciones importantes para futuras misiones de exploración, incluida la construcción de bases lunares.

Los análisis también han revelado que las rocas traídas de vuelta están compuestas principalmente de basalto, brecha, aglutinado, vidrio y leucratos. Esta combinación de materiales refleja la historia volcánica y de impacto de la región. Además, las concentraciones de elementos como uranio y potasio en estas muestras difieren significativamente de las encontradas en las misiones Apolo, lo que podría indicar diferencias en la evolución geológica entre ambas caras de la Luna.

Un aspecto particularmente interesante es el hallazgo de fragmentos que, según los científicos, probablemente provienen de la corteza y el manto profundo de la Luna. Este descubrimiento es crucial, ya que puede proporcionar pistas sobre los orígenes y la formación del satélite, así como sobre los procesos geológicos que han dado forma a su evolución a lo largo de miles de millones de años.



Implicaciones científicas y futuras misiones

Los hallazgos obtenidos hasta ahora son solo
el comienzo de un ambicioso plan de China para explorar y, eventualmente, habitar la Luna. La presencia de material volcánico en las muestras del lado oculto

 

 

 

 

ofrece una oportunidad única para estudiar la historia térmica de la Luna y cómo ha influido en la formación de su superficie. Además, la posible presencia de fragmentos del manto profundo podría ayudar a los científicos a comprender mejor la estructura interna del satélite.

Uno de los descubrimientos más emocionantes relacionados con las misiones recientes es la presencia de agua en la superficie lunar. Según los análisis, el agua parece estar atrapada en cristales y minerales hidratados, lo que podría tener implicaciones importantes para las futuras misiones tripuladas y el establecimiento de bases lunares permanentes. La capacidad de extraer agua de la superficie de la Luna sería un factor clave para la sostenibilidad de cualquier presencia humana a largo plazo en el satélite.

A medida que China continúa avanzando en sus planes para enviar taikonautas a la Luna antes de 2030, el país está invirtiendo en el desarrollo de tecnologías clave que le permitan no solo explorar la superficie lunar, sino también establecer una presencia duradera. Entre los planes a largo plazo de China se encuentra la construcción de una estación de investigación lunar que podría servir como base para misiones más ambiciosas, incluidas las que apunten a Marte.

La respuesta de Estados Unidos

Por su parte, Estados Unidos no se queda atrás en esta nueva carrera espacial. Aunque las misiones Apolo de la NASA fueron las primeras en llevar humanos a la Luna, el país ha estado centrando recientemente sus esfuerzos en la misión Artemis, cuyo objetivo es llevar nuevamente astronautas a la superficie lunar, esta vez con un enfoque en la exploración del polo sur, una región rica en hielo de agua.

La competencia entre China y Estados Unidos en la exploración lunar es vista por muchos como una reedición de la carrera espacial de la Guerra Fría, aunque con nuevas implicaciones geopolíticas. Ambos países no solo buscan demostrar su supremacía tecnológica, sino también asegurarse recursos estratégicos y zonas de influencia en la Luna, que podría convertirse en un trampolín para misiones a Marte y más allá.



A medida que se acelera la carrera por la exploración del espacio, la Luna sigue siendo un punto clave de interés tanto para China como para Estados Unidos. Si bien ambos países tienen metas ambiciosas y diferentes enfoques, está claro que el satélite natural de la Tierra desempeñará un papel central en el futuro de la exploración humana del espacio.

 

 

  

 

 

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