EDITORIAL
Es
momento de pluralizar a Colombia
¡Bogotá no es Colombia! Bogotá, ni ninguna de las otras capitales
son en sí más importantes que los municipios, ciudades o veredas.
Desde el imparcial hemos podido evidenciar la absurda
desarticulación entre los departamentos y con ello de municipios,
llevando incluso a nuestra nacionalidad a padecer una extraña
metamorfosis, una en donde se es imposible reconocer como un
colombiano, en la medida que desconocemos toda la mayoría de sucesos
que se dan fuera de nuestra ciudad de residencia, llevándonos a
identificar como un bogotano, antioqueño, barranquillero etc…
Siempre sólo una identidad, nunca varias, siempre desconociendo,
sólo suponiendo el resto. Es por esta razón que, como periódico, El
Periódico El Imparcial ha decidido funcionar como un puente, que
informe, identifique, expanda y manifieste la pluralidad que tiene
nuestro país tanto en Política, cultura, tecnología, las muchas
problemáticas y sucesos que pueden llegar a tener nuestro país.
Sin embargo, intentar exponer la pluralidad de nuestro país desde la
perspectiva de un capitalino, nos resulta totalmente hilarante, se
nos es imposible lograr llegar hasta cada región por nosotros mismos,
es por esto que el Periódico El Imparcial decide abrir sus puertas
hacia todos los reporteros, columnistas, etc… que busquen mostrar
sus perspectivas, o los sucesos de sus ciudades donde residen. De
esta manera nuestro periódico se convertirá en el periódico de las
regiones, un periódico que busque mostrar las múltiples perspectivas,
acciones, obras y noticias que suceden en nuestro país a diario. De
esta manera, El Periódico El Imparcial podrá mostrar la forma más
clara del periodismo: mantener informados a sus lectores, en nuestro
caso informar sobre Colombia haciendo hincapié en cada una de sus
regiones, para así reconocernos, no por regiones, sino como
colombianos.
Para aquellos que encuentren de esta editorial un motivador para
mostrar su quehacer periodístico pueden informarse con mayor
claridad escribiendo al correo electrónico: noticiaselimparcial@gmail.com
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New York
una ciudad que se transforma al ritmo de la migración
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Cuando llegué a New York en el 60 la ciudad era una locura para el
que venía de afuera. Era un chaval y completamente inocente que
apenas entendía las cosas más comunes de la vida. Las primeras
semanas fueron una tortura, hablaba inglés y los sonidos del idioma
eran como una cascada de agua y piedras que se deslizaban en mis
oídos.
Al
ingresar al High School fue una experiencia muy traumática, solo
habían tres estudiantes que hablaban español y eran puertorriqueños,
tratábamos de andar juntos pero los blanquitos nos miraban con
simpatía, pero no los negros, ellos siempre nos decían cosas
desagradables, hasta que uno de nosotros se enfrentó y se dio de
puños y ahí quedó marcado el terreno.
Todo fue cambiando y al final nos integramos, porque los deportes
hacen esa magia. Estos años fueron una de las mejores experiencias
de mi vida. Después de la graduación comenzó mi vida en el mundo de
las artes y la literatura. Tenía que prepararme y ser constante si
quería lograr ese espacio que lo veía casi imposible. En el barrio
en que vivían las cosas no eran fáciles, eran los finales del 60 y
la generación hippie estaba llegando a su final. En cierta forma
hacía parte de ella, pero no era hippie.
Cerca de mi casa en la Ave C y 5th St. estaba el Cino Caffe, por la
noche llegaban soñadores que escribían sus propios libretos y
actuaban su obra allí en el caffé. Comencé a conocer a los que hoy
son los grandes del cine, Al Pacino, Robert De Niro y pare de
contar. Todos estábamos en los comienzos de los veinte años.
De
allí pasamos al St Adrian en Broadway y la 4 St. después del
suicidio Shinos. Esto duró otros años, Ellen Stewart ya había
comenzado con su teatro experimental La Mama en 4 St entre 2 Ave y
Bowery Street. Una tarde iba para la Mamá y vi que estaban abriendo
un bar en la esquina con Bowery y me llamó la atención. Al otro día
entré a explorar el lugar y apenas lo estaban organizando. Fui a la
barra y me tomé un vaso de vino, allí comenzaron a llegar días
después todos los actores y actrices que hacían obras de teatro en
la Mama. Años después se convertiría en el epicentro en New York
del mundo del Of Theatre. De la Mamá salieron obras que fueron a dar
Broadway.
Fueron tiempos de mucha agitación creativa y trabajo. Por la mañana
estudiaba
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en
Brooklyn College, por las
tardes manejaba un taxi para pagar mis gastos y los sábados dictaba un taller
de literatura en St Mark's Church on the Bowery.
Esto fue el comienzo de toda una historia que se fue extendiendo por años y que
continúa.
NO SE PELEA CON LA CUCHARA
Crónica 979 de Gardeazábal
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=IumAgUkXWpI
La intempestiva salida de Luis Carlos Vélez de la dirección de las
noticias de RCN la habíamos previsto quienes conocemos y hemos escrito sobre las
entrañas de la burguesía feudal vallecaucana.
No solo sabíamos de la magnitud del poder que este grupo social y
económico ejerce en la comarca, sino su influencia sobre otros hilos del poder
nacional. Pero, en especial, porque RCN es propiedad del mismo grupo familiar
dueño del Ingenio Cauca, el más grande de los productores de azúcar que hay en
Colombia. Y ese conglomerado, y la gran mayoría de vallecaucanos nos hemos
sentido orgullosos de la realización de la COP 16 en Cali dentro de 15 días.
Pero el señor Vélez en su prepotencia no solo se equivocó menospreciando
a la COP 16. Se le olvidó que el Ingenio Cauca surgió de una desmembración hace
40 años del Ingenio Manuelita, propiedad de la familia Eder. Y, muy
especialmente, el defenestrado señor Vélez pareció hacer evidente su repulsa
malintencionada contra la cabeza de ese evento, el alcalde Alejandro Eder.
Y como resulta más que evidente que quien aparece ante los ojos de las
personalidades y estructuras que permitieron y apoyaron que la COP se realizara
en Cali, tanto en Washington y en Londres como en New York y ante Colombia
entera, es el alcalde caleño, el ataque desconsiderado y burletero del director
de Noticias de RCN, le iba a resultar muy caro con Cali, con el Valle, con Eder
y con el poderoso grupo de terratenientes feudales que saben para qué y cómo se
ejerce el poder tras bambalinas.
Fue un craso error del hasta ayer director de la cadena radial. Y muy
seguramente una falta de sensibilidad patriotera mayúscula porque olvidó que a
los colombianos nos han enseñado que nadie puede pelear con la cuchara.
El Porce, octubre 5 del 2024 |