Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.343-923

Fecha: Domingo 06-10-2024

 

EDITORIAL

 

Lenguaje sin órganos


Los políticos expresan, vociferan y alardean de un inagotable léxico vacío. Constantemente nos movemos entre una serie de discursos que llegan a nuestros oídos, siempre intentando mostrarse de forma clara y precisa. Pero, creer que en muchos casos las palabras transmiten lo que se “quiere decir” sería un gran engaño. En ocasiones sólo se debe a la imposibilidad del locutor, en otros al desconocimiento, es decir, manejamos un lenguaje supremamente amplio pero poco profundo.

Tenemos un cuerpo específico para cada palabra. Sabemos distinguir la palabra paz de guerra, de libertad y esclavitud, no obstante, no conocemos los significantes que recorren cada uno de estos significados, en ese desconocimiento el sentido parece perderse, cae bajo el control del sentido comun y con eso crea una extraña comprensión normalizada de cualquier concepto que se exprese, llegando al punto de ser confundida con un significado casí natural.

Sin embargo, si existe algo que sea completamente natural, de seguro no es el lenguaje, el lenguaje no se da sin más, el lenguaje en una construcción social de significantes que se logran agrupar en un significado. Más, que se haya olvidado este proceso de la creación de los significados y con ello de los conceptos, crea un total caos produciendo de tal forma un discurso que no logra distinguirse con simples graznidos de animales o cualquier tipo de contaminación auditiva, de hecho, es más clara la bocina de un auto que el discurso de un político.

El lenguaje del ser humano contemporáneo parece ser tan sólo una corporalidad, inerte, sin órganos, sin significantes, nuestros contratos orales se mueven por presuntos, nunca por exactitudes, de tal manera es cómo nuestro siglo sólo se inmiscuye más y más en una sociedad, sin lenguaje, sin palabra, puesto que nadie ha podido pensarse en los significantes, en muy pocas ocasiones nos preocupamos para que nuestras palabras sean totalmente entendidas, sólo rellenamos vacíos en el ambiente, nunca se puede pensar en la profundidad de las palabras.

De lo anterior no se nos hace extraño la facilidad con la que los políticos cambian sus discursos, propuestas y demás, después de todo se ha normalizado no entender al otro, pues para entender al otro, se supone un pensamiento crítico y antes de eso una escucha crítica, pero, a que se le puede imponer una crítica racionalista, si no hay nada que escuchar, si desde un principio el locutor no está produciendo ningún tipo de sentido que se direccione a la mente, es decir, no se puede pensar aquello que no tiene la intención de crear un fenómeno de reflexión ¿entonces, qué nos queda? Sólo nos queda exigir que las palabras de nuestros líderes o compañeros ciudadanos posean tal lenguaje, un lenguaje cargado de significantes, de profundidades, de sentidos: Claros que nos lleven a otorgarle un alma a este cuerpo que luego agrupe una serie de órganos de la comprensión. De ser esta tarea muy aburrida para nuestro quehacer día a día; sólo nos queda adentrarnos en una sociedad sin vida y llena de frustraciones, individualismos y miseria, es decir, de manipulación y engaños.

 

 

Los años dorados no sirven para políticos ignorantes

 

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

La nueva camada de políticos se aleja de la realidad existente y no ve que la acumulación de tiempo en un ser humano conlleva experiencia vivida y reparación de daños cometidos en el pasado.

En el reino animal los de mayor sabiduría son los viejos y son los que guían el grupo por los caminos seguros y con menos esfuerzos para alcanzar las metas. Los jóvenes van atrás observando los movimientos y aprendiendo de esa nueva experiencia.

Los imperios nunca han estado gobernados por adolescentes, han estado ahí bajo el cuidado de hombres mayores que vigilan los pasos de este nuevo cachorro hasta que alcanza la sabiduría de poder manejar el trono.

La riqueza de este planeta no está en manos de jóvenes a pesar que hay mucho ahora por razones tecnológicas, pero no son ellos los que realmente manejan las industrias. Ellos son inversionistas de sus propias empresas.

Warren Buffett. 92 años, Larry Ellison, 78 años. Carlos Slim, 83 años y la lista sigue de quienes manejan este planeta en todas sus formas. Nadie protesta porque ellos son unos ancianos en el poder económico y político en el mundo.

Los políticos son los que buscan aumentar la edad de jubilación porque de esta forma pueden esquilmar más a la sociedad alargando su bienestar económico y no la de los contribuyentes.

Colombia es de esos países que vive al revés tanto económicamente como en sentido común. Existe porque hay una sociedad que persiste en mantenerse al pie de lo que ha construido y quiere seguir adelante.

Los políticos jóvenes no aceptan que los adultos mayores pueden desempeñarse mejor que ellos y que experiencia contribuya acortar el camino para llegar a crear una gran nación.

El kínder de Gaviria no dejo que el país prospera y todo lo grande que estaba establecido desapareció dejando al país con una precaria infraestructura. Se perdió tanta tecnología y avances que hoy se la tenemos que comprar a los españoles y al mexicano.

La lucha de poderes siempre ha estado entre los jóvenes porque ellos han tenido el vigor y ambición para alcanzar ese poder que soñaban. La historia de la humanidad está hecha de dos partes, los que han estado entronizados por décadas y por los nuevos.

Hoy no es diferente, quienes dirigen el 

 

 

 

planeta es un conjunto de edades que hacen que todo florezca y los viejos no rechazan a los jóvenes por inexpertos y los jóvenes apoyan a los viejos porque el saber está ahí y sin él nos quedamos estancados.

 

QUÉ LEE GARDEAZABAL

Reseña de La rubia de Hamburgo
Relatos de Arturo Prada Lima
Editado por Caza de Libros
 


Gustavo Alvarez Gardeazábal

El Porce, octubre 5 del 2024

Audio: https://www.youtube.com/watch?v=zp5uldSeues

 

No soy amigo de los relatos breves y mucho menos cuando pretenden, y hasta logran, alcanzar profundidad psicológica utilizando la ironía.

Lo que si soy es un admirador de la tenacidad de los expatriados, que constituyen la cada vez más crecida diáspora colombiana, por no perder el hilo con su Colombia.

Arturo Prada Lima es un escritor nariñense que hace 25 años vive en España y unos más estuvo dando vueltas por Alemania. Defensor premiado como periodista de los derechos humanos, en especial de los inmigrantes en la Europa continental, acaba de publicar en la inquieta editorial ibaguereña Caza de Libros este pequeño compendio de relatos, dividido en dos grandes bloques, los del otro lado y los de este lado que al mismo tiempo que sorprende por la calidad y habilidad en el manejo del trecho de los exiliados, desilusiona en la lectura del bloque de los recuerdos de esta patria lejana.

Las breves narraciones de los inmigrantes son de maravilla. La explotación literaria del antagonismo y el absurdo, construyen la imagen que las palabras no alcanzan a darle. El relato que le da título al libro, la de Hamburgo, es un dechado de ironía tejida como croché de abuelita de las tierras frías nariñenses.

Son 33 esfuerzos metafóricos punzantes y muy satisfactorios para tanta parquedad acumulada. Los otros 30, los del recuerdo de esta patria lejana, no lo son por ninguna parte por donde se los mire.

Resultan a veces tímidas memorias del antiguo guerrillero o del militante expulsado o del colombiano arrepentido, pero no cuajan, por lo que es mejor no profundizar en ellos y hacer de cuenta que el libro solo llega hasta la página 45 porque son tan bien estructurados, tan eslabonados en la remembranza lejana y la acción intrépida del inmigrante latino que salta obstáculos y construye esperanzas, que con llegar hasta allí lo hace un librito inolvidable.

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
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Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
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Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

Agustin Perozo
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