Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.346-926

Fecha: Sábado 12-10-2024

 

EDITORIAL

 Los acuerdos como condición natural


La palabra resulta ser engañosa en su propia naturaleza. Todas las palabras que nuestra voz logra producir, siempre llevan consigo un enigma, enigma que ataca ferozmente toda respuesta, para organizar de esta manera la forma aristotélica del animal político, es decir, lo que nos distingue del resto de seres humanos es la posibilidad de generar acuerdos a partir de la discordia que se genera en el lenguaje. Es decir, la necesidad de generar acuerdos hace parte del ser humano por naturaleza, no es una elección sino una obligación natural, esto, a partir de la concepción sobre lo limitado que resulta ser la vida del ser humano.

En efecto, antes de la revolución industrial y durante la misma por muchísimos más años, lo seres humanos teníamos una tasa de mortalidad bastante alta, morir a los cuarenta o cincuenta era totalmente normal dadas las condiciones en la que se vivía en estos tiempos, en este orden de ideas, la necesidad de tomar decisiones rápidas, llegar a acuerdos de forma clara y precisa era totalmente fundamental para poder vivir.

Cuando se comenzaron a llegar a acuerdos, justos o no tan justos, las vida comenzó a vibrar de otras maneras, el ser humano, pudo por primera vez darse cuenta de lo errados que estuvieron los acuerdos pasados, esto porque ya no se trataba de sobrevivir sino de vivir mejor, y con ello los acuerdos que no se direccionan hacia ese propósito fueron cayendo, comenzaron a percibirse de forma irracional, naciendo así la posibilidad de decidir entre una o más posibilidades, después de todo las coyunturas dejaron de aparecer siempre en el límite. Sin embargo, esta constante de posibilidad de pensarlo todo con tiempo parece haberse vuelto el germen de la actualidad, ahora lo llaman burocracia. La regulación organizada y racional, parece haberse separado del mundo sobre el cual toma decisiones, en la actualidad discuten durante meses sobre posiciones que necesitan respuestas directas, esto porque al separarse del mundo no logran comprender que mientras ellos piensan la mejor opción cierta población que necesita soluciones se hunden en sus problemas, sólo dando respuesta cuando esta misma resulta de anticuada para el nivel que el problema se ha vuelto.

En este orden, los acuerdos que son intrínsecos a nuestra naturaleza pasan de ser una condición de esencia, para volverse una imposición, negando así nuestras habilidades naturales. Entonces cuando la burocracia se toma el poder de llevar a cabo acuerdos, el sujeto de la cotidianidad parece caer en un ensueño, siempre esperando órdenes de aquellos que toman decisiones, aun cuando estas no den solución a los problemas, entonces el lenguaje deja de crear la necesidad de acuerdo, sino que comienza a ocultar y a reproducir palabras de acuerdos de otros, generando así que el pensamiento crítico entre en un estado de somnolencia dejando de producir incógnitas, y así volviendo al ser humano en una máquina inerte.
 

 

 

 

Se están robando a la ciudad y el gobierno no se da por enterado


Por Zahur Klemath Zapata


Las tapas de alcantarillado, el alambre de cobre de las líneas eléctricas más todo el metal que esté a la vista desaparece a los ojos de quienes se suponen son los que protegen a la ciudad. En el centro de la ciudad y en cualquier sitio no se puede dejar nada a la vista porque desaparece.

La ciudad está enferma y hablamos de clases sociales como si esto fuera orgulloso de pertenecer a uno de estos estratos.

¿Estrato de qué?


Si los unos y los otros se cuidan para que el vecino no lo robe o el ladronzuelo no se robe la ropa tendida al sol. Todo es un concierto de delincuentes que están de fiesta pregonando que los otros son unos ladrones y hay que cuidarnos, aunque haya que sonreír para no perder la amistad.

El alcalde y todo su séquito andan protegidos por temor a un secuestro o que un rapero se les quede con el reloj o quizás con la cadena de oro que pende en su cuello. Todos se protegen, pero quienes tienen el poder de poner orden en casa se resguardan tras su guardia pretoriana.

El centro de la ciudad es cuna de bandidos y Ali Baba tiene sus oficinas donde controla a sus esbirros para que traigan la mercancía robada y como buen reducidor paga miserablemente lo mal habido porque todos al final ganan.

¿Para qué el pueblo los elegidos?

Todos sabemos que ese cargo es de mucha responsabilidad y deberes que hay que cumplir, si no se pone orden en la casa hasta el ratón se viene el queso y juega con la trampa. En las manos del burgomaestre, el concejo municipal, la policía y la fiscalía están el buen manejo del bienestar de la ciudad y la tranquilidad de los ciudadanos.

Todos pagamos impuestos como cuota de manejo del bienestar de la ciudad. Lo menos que pedimos es que se sienta que estamos en una ciudad que esté administrada por gente que sí sabe hacer su trabajo profesionalmente y que en las próximas elecciones si puedan dar la cara y no salir a refugiarse donde el diablo se perdió en la maraña.

Al pasar por el frente de la alcaldía da la sensación de que la ciudad está en guerra no declarada. Todo parece que estuviera en acuartelamiento de segundo grado llegando a primero. La alcaldía es el símbolo de la libertad y que todo está en orden, pero cuando la vemos enrejada y con
barreras y guardas por todos lados

 

 

 

 la percepción cambia. Desde allí se puede  ver el temor que tienen los que están adentro.

¿Y los de afuera como se sienten?

Que algo raro está pasando en una ciudad que antes era la ciudad de las puertas abiertas.

 

PROHIBIDO DESTETARLOS
Crónica 984

Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:

 https://www.youtube.com/watch?v=U1IvzWzFrDI


La tendencia prohibicionista conque la Iglesia Católica construyó moral y políticamente al Estado colombiano y sus habitantes está volviendo a renacer como arma del gobernante. A la exageración de declarar contrabando toda botella de aguardiente Amarillo de Caldas que se expenda en Valle, Antioquia y Cundinamarca, los gobernantes han unido la prohibición a los menores de edad de viajar solos en buses intermunicipales o interdepartamentales, o en su defecto con un documento certificado ante Notario donde sus padres le autoricen a hacer el viaje.

La medida, que busca en el fondo que los hijos no se desteten de los hogares hasta que no cumplan la edad ficcional de la mayoría de edad a los 18 años, puede terminar generando una protesta juvenil de marca mayor, que seguramente pagarán los buses o busetas que hagan esas rutas o las Terminales de Transporte en donde, para no contrariar a los divinos inteligentes del gobierno Petro, les exigirán al subirse al bus que muestren con la debida autenticación el documento de permiso.

¿Cuántos jóvenes de la provincia colombiana tienen que viajar diariamente en buses y busetas intermunicipales para poder ir a la escuela, al colegio o a la universidad?

Sacar la disculpa moralista a ultranza de que al impedir el viaje de los menores sin la presencia o la venia de sus padres evitan el tráfico sexual, suena a regreso a la época de las cavernas conventuales.

Los muchachos de ahora se saben defender solos. Ya no se pierden porque tienen celular y buscan googlemaps para hallar el destino. Y, aunque les duela a los moralistas del gobierno izquierdista de Petro y a los ministros y superintendentes monjiles que expiden esas circulares prohibitivas, los muchachos de ahora, crecen, aprenden y viven muchos años antes de lo que lo hicieron nuestros padres.

Dejemos las huevonadas y las estulticias anticuadas y ridículas. Muchas gracias. Nos vemos después del puente.

El Porce, octubre 12 del 2024

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
Aurooj Ali Khan

Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

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Iván Pulido

Teresa Pardo

Agustin Perozo

Jose Gabriel Barrera Rojas
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Tel. (57) 606-347 7079
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