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señales ambiguas de “nubes”,
sin que la comunidad científica llegue a un consenso al respecto.
Una atmósfera de CO2 y CO
Los datos recopilados por el JWST y el trabajo de un equipo internacional de
científicos comandados por Renyu HU, permitieron finalmente determinar la
naturaleza de su atmósfera Inicialmente, se creía que esos gases eran
simplemente roca vaporizada. Sin embargo, una revisión del espectro de emisión
térmica del planeta, obtenido con los instrumentos infrarrojos del telescopio,
reveló que sus nubes probablemente contienen dióxido de carbono o monóxido de
carbono. Aunque su atmósfera podría tener aún más gases, se requerirán estudios
adicionales para confirmarlo.
Los investigadores están particularmente interesados en la atmósfera de este
exoplaneta debido a que la propia Tierra fue, en algún momento, un mundo lleno
de océanos de magma. Analizar el comportamiento de la capa de gases puede ayudar
a comprender las primeras etapas en la formación de cuerpos en el sistema solar.
Los estudios de exoplanetas habitables no buscan señales de vida o nuevos mundos
a los que los seres humanos podrían viajar, sino solo comprender la evolución de
la Tierra a lo largo de sus 4,500 millones de años de historia.
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La NASA ha confirmado 5,573 planetas fuera del sistema solar
distribuidos en 4,151 sistemas externos. De todos los cuerpos
rocosos, solo uno tiene oficialmente atmósfera, aunque está lejos de
ser considerado “habitable”. Observaciones del exoplaneta ‘55 Cancri
e’ realizadas por el Telescopio Espacial James Webb (JWST) han
llevado finalmente a la confirmación de su atmósfera, según un
reciente artículo publicado en la revista Nature.
Un planeta tiene atmósfera cuando posee una capa de gases que lo
rodea. En la Tierra, esa espesa cobertura está compuesta
principalmente de nitrógeno, oxígeno, vapor de agua, dióxido de
carbono y otros gases. Gracias a esta composición, los seres vivos
pueden respirar, se regula la temperatura de la superficie y existe
el clima.
La atmósfera no es sinónimo de vida. Otros planetas dentro del
sistema solar también tienen atmósferas, pero son estériles, como es
el caso de Marte y Venus. Sin embargo, para los astrobiólogos, la
capa de gases que envuelve un cuerpo rocoso es un indicador
fundamental de habitabilidad. El JWST ha estudiado varios
exoplanetas en busca de señales químicas que sugieran la presencia
de una atmósfera. Hasta ahora, solo ‘55 Cancri e’ ha proporcionado
evidencia convincente de tener dicha característica.
'55
Cancri e', el exoplaneta más estudiado
‘55 Cancri e’ es considerado una supertierra debido a que es ocho
veces más masiva que la Tierra, aunque tiene un tamaño
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menor que Neptuno. El cuerpo orbita
muy cerca de una estrella similar al Sol, en un sistema ubicado a 38.78 años luz
de distancia, en dirección a la constelación de Cáncer. Debido a que su estrella
madre es visible desde la Tierra y su facilidad de localización, el exoplaneta
es uno de los más estudiados de su tipo por astrónomos.
Desde su descubrimiento en 2004, ‘55 Cancri e' ha sido objeto de diferentes
interpretaciones sobre su naturaleza. En función del tiempo y la tecnología
disponible, es considerado como un cuerpo gaseoso similar a Júpiter, una roca
con un tercio de su masa formada por diamantes e incluso un mundo oceánico.
Actualmente, la imagen más aceptada de ‘55 Cancri’ es que se trata de una
“supertierra infernal”. Su superficie debería estar cubierta de un océano de
magma, ahogado bajo una capa de gases, sin rastro de una superficie habitable.
La distancia con respecto a su estrella, que equivale a
1/65 de la separación entre la Tierra y el Sol, garantiza una temperatura más
allá de lo habitable.
Sin embargo, durante años, ha mostrado
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