6-El Imparcial

 

JUDICIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.356-936

Fecha: Martes 29-10-2024

 

José Elías Melo obtiene libertad en medio de proceso por caso Odebrecht

 

 

José Elías Melo, expresidente de Corficolombiana, fue puesto en libertad el 26 de octubre, tras cumplir parte de su condena por el escándalo de corrupción relacionado con la constructora brasileña Odebrecht. La orden fue emitida por un juez de la República, y su liberación fue confirmada por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC). Melo, quien estaba recluido en la cárcel La Picota de Bogotá desde 2017, fue condenado a 11 años y nueve meses de prisión por su papel en el esquema de sobornos que facilitó la adjudicación del contrato de la Ruta del Sol II.

Melo fue condenado en abril de 2019 por los delitos de cohecho e interés indebido en la celebración de contratos, sentencia ratificada en 2020 por el Tribunal Superior de Bogotá. La Fiscalía probó que Melo conocía del soborno de 6,5 millones de dólares que Odebrecht entregó al exviceministro de Transporte, Gabriel García Morales, encargado del INCO, hoy conocido como Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Este soborno fue parte de una estrategia para asegurar que la Concesionaria Ruta del Sol, integrada por Odebrecht, Corficolombiana y el grupo Solarte, se adjudicara el proyecto vial en 2009, valorado en más de 2 billones de pesos.

El expediente revela que Melo mantuvo reuniones con Luiz Bueno, entonces presidente de Odebrecht en Colombia, con el propósito específico de asegurar la adjudicación del contrato. Según la Fiscalía, ambos conspiraron para “corromper al adjudicatario de la obra”. El juez de primera instancia indicó que Melo estaba al tanto de los sobornos y, de hecho, permitió que se ejecutaran. La decisión de su libertad, sin embargo, ha generado cuestionamientos, especialmente al no haberse divulgado aún la justificación exacta del fallo judicial que permitió su salida anticipada.

En 2022, el exdirectivo presentó un recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia, su último intento por anular la sentencia. Melo argumenta que no tuvo conocimiento ni participación en la reunión donde se ofreció el soborno al exviceministro García, sosteniendo que la reunión con Bueno se llevó a cabo posteriormente y, por ende, el delito de cohecho no debería aplicarse en su caso. Pese a esto, la Fiscalía ha solicitado a la Corte que mantenga la condena, argumentando que Melo, aunque no estuviera presente en todas las reuniones, desempeñó un papel activo en el esquema corrupto y que su participación fue clave para el éxito del soborno.

Este caso forma parte de un entramado de corrupción que sacudió a Colombia y otros países de América Latina, en el cual Odebrecht, a través de una red de sobornos, aseguraba contratos públicos de gran envergadura. En Colombia, el Grupo Aval, conglomerado al cual pertenece Corficolombiana, fue multado en 2023 con 80 millones de dólares en Estados Unidos tras aceptar su responsabilidad en el escándalo. Melo, por su parte, rechazó públicamente el acuerdo, sosteniendo que este no lo involucra directamente en los sobornos.

La liberación de Melo deja en suspenso su situación judicial mientras se espera la decisión de la Corte Suprema sobre su recurso de casación. Su caso continúa siendo un emblema de la investigación sobre el caso Odebrecht en Colombia, un proceso que busca esclarecer la responsabilidad de funcionarios y ejecutivos en el pago de sobornos que afectaron las finanzas y la transparencia de los contratos públicos del país.

 

Coronel (r) Publio Mejía: a un paso de ser condenado por los ‘falsos positivos’ en la JEP

 

 

El coronel retirado Publio Hernán Mejía se enfrenta a una posible condena de más de 20 años de cárcel en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), donde es el primer exmilitar que transita por el proceso adversarial por no aceptar su responsabilidad en los crímenes que se le imputan. Su juicio se centra en 72 muertes de personas que fueron presentadas como bajas en combate en la jurisdicción del Batallón La Popa, en el departamento de

 

 

 

César, durante su mandato entre 2002 y 2005.

 

Desde el 28 de octubre, Mejía está siendo juzgado en una serie de sesiones que han expuesto testimonios escalofriantes sobre las desapariciones, torturas y homicidios selectivos que conforman el patrón criminal de los conocidos ‘falsos positivos’. En este contexto, la Unidad de Investigación y Acusación (UIA), que actúa como la fiscalía de la JEP, ha presentado pruebas y testigos que sostienen la implicación del coronel en estas ejecuciones extrajudiciales.

Hasta el momento, se han llevado a cabo tres sesiones, en las que han comparecido siete de los 82 testigos convocados por la UIA. Estos han narrado con crudeza los procedimientos utilizados para llevar a cabo los homicidios, muchos de ellos bajo la supuesta dirección del coronel Mejía. Uno de los testigos, el militar (r) Carlos Andrés Lora Cabrales, declaró: "Yo di la orden... Ahí asesinamos a esa persona y fingí un combate". Esta declaración fue respaldada por el sargento (r) Efraín Andrade Perea, quien describió cómo, en muchas ocasiones, la rigidez de los cuerpos que presentaban como ‘bajas’ del enemigo indicaba que llevaban horas muertos antes de ser supuestamente abatidos en combate.

Los testimonios también revelaron la existencia de reuniones entre el coronel Mejía y paramilitares, donde se discutieron "entregas de positivos" que luego eran presentados como resultados de operaciones militares. Estas revelaciones han llevado a la magistrada Reinere Jaramillo, junto a los magistrados Raúl Sánchez y Gustavo Salazar, a seguir de cerca el desarrollo del juicio.

La primera sesión del juicio se llevó a cabo en Valledupar, lugar donde ocurrieron los hechos, los días 18, 19 y 20 de septiembre, y la segunda se realizó en Bogotá el 17 y 18 de octubre. En esta última, se escucharon los testimonios del sargento (r) Efraín Andrade y el teniente (r) Carlos Andrés Lora Cabrales. Durante la próxima sesión, que se llevará a cabo del 28 al 30 de octubre, la UIA continuará presentando su caso y, de ser hallado culpable, se espera que soliciten la pena máxima de 20 años de prisión.

Según Giovanni Álvarez Santoyo, director de la UIA, existen "evidencias serias" que vinculan al coronel (r) Mejía con el diseño de un plan criminal que consistía en asesinar a personas de la población civil para engrosar las cifras de éxito del batallón que comandaba. A pesar de las pruebas, la defensa del coronel ha utilizado diversos recursos legales, incluyendo el contrainterrogatorio, en un intento de demostrar su inocencia.

El papel de las víctimas ha sido fundamental durante el juicio. Aunque no han podido presentar simbólicamente sus demandas en la sala, los representantes de las víctimas han realizado interrogatorios complementarios a los testigos, asegurando que sus voces sean escuchadas. Una de las víctimas, Ángela Beltrán, hermana de un falso positivo del Batallón La Popa, expresó: "Espero de este juicio saber la verdad, que se aclaren tantas dudas que los familiares tenemos y poder dignificar su memoria y limpiar su nombre".

Franklin Flores Hernández, hermano de otra víctima de ejecución extrajudicial, también manifestó su frustración con el proceso, indicando que la verdad parece dilatarse y que hay incertidumbre entre las víctimas sobre si finalmente se esclarecerán los hechos. "Estuve en tres espacios con ellos, pero en todos dijeron cosas diferentes. La verdad se está dilatando", comentó.

El juicio contra el coronel (r) Mejía continúa y, si se halla culpable, podría marcar un precedente significativo en la búsqueda de justicia por los crímenes cometidos durante el conflicto armado en Colombia. Con sesiones adicionales programadas hasta diciembre, se espera que la sentencia se emita en el primer trimestre de 2025, cerrando un capítulo oscuro de la historia militar del país que ha dejado profundas cicatrices en las comunidades afectadas.

 

Nuevo ataque en Tibú deja un soldado muerto

 

 

Un nuevo ataque en el municipio de Tibú, Norte de Santander, ha dejado como resultado la muerte de un soldado, lo que reaviva las preocupaciones sobre la creciente violencia en la región del Catatumbo, conocida por ser un bastión de grupos armados organizados. Este incidente se suma a una serie de enfrentamientos recientes entre la Fuerza Pública y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

El ataque ocurrió en horas de la tarde, cuando las autoridades militares informaron sobre un enfrentamiento con miembros del ELN que resultó en un soldado herido. Este incidente se produjo tras un primer ataque en la madrugada del 27 de octubre, donde se activó un artefacto explosivo contra un
 

 

 

vehículo blindado del Ejército, aunque no se registraron heridos en ese evento.

 

A pesar de que la vía hacia Cúcuta había sido habilitada nuevamente por la mañana, la tarde trajo consigo una nueva confrontación. En este segundo ataque, los grupos armados detonaron otra carga explosiva al paso de un camión que transportaba alimentos en la vereda La Valera, resultando en tres civiles heridos. Las fotografías publicadas en redes sociales evidencian los daños sufridos por el vehículo.

 

El soldado herido en el enfrentamiento fue identificado como Jeffri Sebastián Rodríguez Gahona. Según un comunicado del Ejército, el militar formaba parte del Grupo de Caballería Mecanizado N.º 5 General Hermógenes Maza. Lamentablemente si informó que aunque fue trasladado de inmediato a un centro asistencial, los médicos no lograron salvarle la vida debido a la gravedad de sus heridas.

El Ejército condenó enérgicamente las acciones del ELN, calificándolas como violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. En su comunicado, expresaron: “Estas acciones criminales buscan sembrar miedo y zozobra en la comunidad”. Asimismo, se solidarizaron con la familia del soldado fallecido y aseguraron que un equipo interdisciplinario de apoyo estaba brindando asistencia a sus seres queridos.

Este ataque en Tibú marca la segunda pérdida de un soldado por un ataque de francotirador en un solo día. En otro incidente, el soldado Ángel Alberto Cerquera García, del Batallón de Infantería de Selva N.º 48, perdió la vida en un ataque atribuido al Frente Luis José Solano Sepúlveda del ELN en la vereda Tierranueva, en el departamento de Bolívar. A pesar de los esfuerzos por salvarlo, su herida resultó fatal.

La jornada violenta del domingo no solo se limitó a estos ataques mortales. También se reportó la desactivación de dos cilindros cargados de explosivos y una granada de mano en el corregimiento de Timba, en el municipio de Jamundí, Valle del Cauca. En esta zona, los militares fueron atacados con ráfagas de fusil, lo que indica un incremento en las hostilidades.

La situación en el Catatumbo y otras regiones del país sigue siendo crítica, con un repunte de la violencia que afecta tanto a la Fuerza Pública como a la población civil. Las autoridades se enfrentan a un desafío constante para mantener la seguridad en áreas donde grupos armados operan con impunidad.

 

Desarticulado grupo delincuencial ‘Los Poporos’ en Quindío y Valle del Cauca

 

 

En un operativo conjunto entre el Ejército, la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación Seccional Quindío, se logró la captura de siete integrantes del grupo delincuencial organizado conocido como ‘Los Poporos’. Este grupo era responsable de la comercialización de alrededor de 3.500 dosis diarias de estupefacientes en el Quindío y el norte del Valle del Cauca.

El coronel Servio Fernando Rosales, comandante de la Octava Brigada del Ejército, destacó la importancia de la colaboración interinstitucional para obtener resultados efectivos en la lucha contra el narcotráfico. ‘Los Poporos’ operaban en varias localidades, incluyendo Armenia, Buenavista y Quimbaya, así como en Alcalá, Valle del Cauca. Rosales subrayó que estos esfuerzos conjuntos han permitido desarticular grupos que amenazan la paz y el bienestar de la región.

La investigación reveló que el grupo no solo se dedicaba al tráfico de estupefacientes, sino que también estaba vinculado a homicidios y hurtos. Utilizaban motocicletas para la distribución de sus productos, lo que facilitaba sus operaciones en las áreas urbanas y rurales. Según el coronel, esta estructura generaba ingresos significativos, estimados en 525 millones de pesos mensuales gracias a la venta de aproximadamente 105.000 dosis al mes.

Jaime Andrés Pérez, secretario del Interior del Quindío, reconoció la efectividad de la colaboración entre las diferentes autoridades y reafirmó el compromiso del gobierno departamental en la lucha contra el narcotráfico. Hasta la fecha, se han incautado seis toneladas de estupefacientes en la región, y se estima que el 50% de las capturas realizadas en el departamento están relacionadas con el tráfico de drogas, mientras que el 70% de los homicidios tienen un vínculo directo con este delito.

Este exitoso operativo representa un golpe significativo contra el microtráfico en el Quindío y el norte del Valle, contribuyendo a la seguridad y el bienestar de la comunidad.

 

 

 

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