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establecer medidas preventivas
en ciudades y regiones especialmente vulnerables a fenómenos climáticos severos.
La DANA en la historia de España: Un fenómeno recurrente con consecuencias
catastróficas
El fenómeno de la DANA ha sido un desafío para España desde hace décadas, con
eventos de gran magnitud que han dejado profundas huellas. En octubre de 1973,
un episodio similar afectó las provincias de Almería, Granada, Alicante y
Murcia, dejando al menos 150 personas fallecidas y cuantiosos daños materiales.
Las autoridades españolas y expertos en meteorología han clasificado al actual
episodio de DANA como uno de los más adversos del último siglo en la Comunidad
Valenciana, superando incluso al registrado en septiembre de 2019.
Aunque el término DANA comenzó a utilizarse a principios de los 2000, el
concepto de una "gota fría" se remonta a finales del siglo XIX, cuando
meteorólogos alemanes acuñaron el término “kaltlufttropfen” o “gota de aire
frío” para describir estas perturbaciones en niveles altos de la atmósfera. Con
el tiempo, el avance de la ciencia meteorológica permitió identificar con mayor
precisión las causas y consecuencias de este fenómeno, aunque el riesgo que
representa ha aumentado debido a las variaciones climáticas globales.
Prepararse para el futuro: Adaptarse a un clima cambiante
El aumento en la frecuencia y gravedad de los episodios de DANA ha puesto de
relieve la importancia de la preparación y la adaptación frente a eventos
climáticos extremos. Las autoridades españolas están evaluando actualmente cómo
reforzar sus infraestructuras y sistemas de alerta temprana para enfrentar estas
emergencias. Mientras tanto, los expertos en cambio climático insisten en que
los gobiernos deben trabajar en conjunto para reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero, con el fin de mitigar el calentamiento global y, con él, la
magnitud de fenómenos como la DANA.
El caso de la DANA en España refleja una problemática global: el aumento de
desastres naturales a consecuencia del cambio climático. A medida que los
océanos y la atmósfera continúan calentándose, se espera que los fenómenos
meteorológicos extremos como la DANA se vuelvan más intensos y frecuentes,
afectando a regiones no solo en España, sino en todo el mundo. La DANA se ha
convertido, así, en un símbolo de la urgencia de tomar medidas frente al cambio
climático, y de la necesidad de fortalecer tanto la infraestructura como la
capacidad de respuesta de las ciudades para reducir el impacto de desastres
naturales en la población.
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España enfrenta una emergencia climática que ha dejado a la región
de Valencia sumida en una catástrofe sin precedentes. Un episodio de
DANA —siglas de "Depresión Aislada en Niveles Altos"— está
provocando lluvias torrenciales e inundaciones que, en algunos
puntos, han alcanzado el equivalente a un año completo de
precipitaciones en solo unas pocas horas. Las consecuencias han sido
devastadoras, con más de 150 muertes confirmadas y decenas de
personas desaparecidas. Este fenómeno meteorológico, que no es nuevo
para España, está cobrando cada vez más intensidad y frecuencia, y
expertos señalan al cambio climático como un factor clave en su
agravamiento.
La formación de la DANA: Un fenómeno singular
La DANA es una perturbación atmosférica que se origina cuando una
masa de aire frío se desprende de una corriente en chorro —como el
chorro polar o subtropical— y se aísla en niveles altos de la
atmósfera. Esto genera una depresión atmosférica que no responde a
los patrones habituales de las corrientes en chorro, lo que hace que
este fenómeno sea más impredecible. Al caer sobre regiones
cálidas y húmedas, como el mar Mediterráneo, este
aire frío genera un fuerte contraste térmico que desata intensas
lluvias y tormentas eléctricas.
A diferencia de las tormentas tradicionales, que se ven influidas y
dirigidas por las corrientes en chorro, la DANA se forma
independientemente de ellas. Esto le permite moverse de manera
errática y, en ocasiones, permanecer estática sobre una región
durante horas o días, lo que multiplica el impacto de las lluvias y
aumenta el riesgo de inundaciones. Según Rubén del Campo, portavoz
de la Agencia Española de Meteorología (AEMET), el episodio de DANA
que afecta actualmente a la Comunidad Valenciana ha dejado lluvias
de hasta 300 litros por metro cuadrado, superando así el umbral de
lo que se considera una tormenta extrema.
¿Por qué España es especialmente vulnerable a la DANA?
España, particularmente su costa este, se encuentra en una posición
geográfica que la hace vulnerable a la DANA.
Ubicada entre el océano
Atlántico y el mar Mediterráneo, esta región tiene acceso constante
a masas de aire cálido y húmedo que provienen del Mediterráneo, lo
que potencia la energía de las tormentas cuando el aire frío de la
DANA se mezcla con el ambiente local. Además, la presencia de
sistemas montañosos en el este y sur de la
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península favorece la acumulación de
humedad, que se traduce en nubosidad y precipitaciones continuas.
La AEMET ha explicado que estos
factores geográficos y meteorológicos hacen que el este y el sur de España
experimenten episodios de DANA con mayor frecuencia que otras regiones de
Europa. Este fenómeno, que suele registrarse entre el final del verano y el
otoño, se ha vuelto tan recurrente que en años recientes ha dejado una estela de
destrucción en la península. En 2019, otra DANA afectó gravemente a la Comunidad
Valenciana y Murcia, con lluvias que también alcanzaron niveles históricos.
La influencia del cambio climático: Más frecuencia e intensidad en las
tormentas
El calentamiento global y el aumento de la temperatura del mar Mediterráneo
están intensificando los efectos de la DANA en España y en otras zonas del
mundo. Estudios recientes, como los realizados por el World Weather
Attribution (WWA) y la Sociedad Meteorológica Estadounidense, han identificado
un incremento global de episodios de DANA desde los años 60. Este incremento no
solo responde a un mayor número de eventos, sino también a la mayor cantidad de
energía y humedad disponible en el mar Mediterráneo, lo cual hace que las
lluvias sean más intensas y las inundaciones más probables.
El WWA estima que las lluvias intensas relacionadas con fenómenos como la DANA
son actualmente un 12% más severas y al menos el doble de frecuentes en
comparación con los registros previos a la era industrial. Esto significa que,
en un planeta 1.3°C más cálido, los eventos de precipitaciones torrenciales
están alcanzando niveles extremos y, en consecuencia, dejando a las poblaciones
vulnerables ante inundaciones que resultan mortales.
Según Friederike Otto, experta del Centro de Política Medioambiental del
Imperial College de Londres y líder del WWA, los fenómenos extremos como la DANA
son un recordatorio de la necesidad de adaptación climática. La especialista
sugiere que las tragedias vividas en España este año demuestran cómo el cambio
climático ya está afectando las condiciones meteorológicas
y la urgencia de
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