Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.363-943

Fecha: Domingo 10-11-2024

 

EDITORIAL

 

Mientras duermes: sobre el libertinaje


Grandes fachadas, energéticas personalidades, grandes personas… En el día. Pero, en la noche, cuando decidimos abandonar, los celulares, las conversaciones, apagar nuestra televisión o simplemente nos quedamos dormidos mientras el televisor sigue encendido; La Pereira que conocemos, cambia, muta, se coloca su máscara para quedar así irreconocible.

Cuando el sueño REM llega, todo nuestro cuerpo se detiene, sólo es nuestro cerebro que produce diferentes sueños o como mínimo nuestro cuerpo comienza a recuperar la energía que necesita para el siguiente. Pero, mientras esto sucede, otros se liberan de los sueños, los límites culturales, morales, religiosos y demás cambian, ahora no es la ciudad hermosa. En las noches la ciudad se transforma en una película de terror, bastante fuerte - seguro la noche tiene una clasificación para mayores de 20- o eso nos gustaría pensar, pero en las calles de la ciudad nocturna se ven jóvenes que deambulan de un lugar a otro, sin rumbo, sin vida. Más, no es extraño ver un menor de edad a altas horas de la noche, consumiendo diferentes sustancias, de hecho, es extraño no verlos…

No obstante, fuera de preguntarnos ¿Qué hace un joven a tan altas horas de la noche en la calle? Sólo quedar impresionado por quien tiene el control de las calles, los indigentes abandonan sus lugares de trabajo y comienzan a recorrer las calles, las esquinas se transforman en burdeles vigilados por sus proxenetas. De entre tanto la noche avanza se escuchan gritos ensordecedores, que, en condiciones normales del día, alarmarían a toda la población, pero en la noche estos gritos sólo caen en el vació de la imposibilidad de sentir empatía, de hecho lo mejor es disimular y dejar pensar que nadie escuchó nada permitiendo así que la noche siga avanzando.

Mientras la noche avanza, más indigentes se ven, las calles se llenan de estos, llegando a encontrarse con el amanecer, en donde ya no se distingue entre indigentes o borrachos. Los gritos comienzan a tomar formas ya sea en susurros de los transeúntes nocturnos que cuentan las fantasiosas historias de lo que pasa en nuestra ciudad, tan increíbles que parecen historias sacadas de los cuentos de terror más agobiantes, dignos de cualquier premio de literatura, más, cuando no son los susurros los que te transportan y te hacen reflexionar en la falsedad de realidad en donde vivimos, es cuando las imágenes se hacen presentes, hombres con diferente tipos de cortes en su piel, personas desmayadas, dobladas por los efectos de una larga noche, todas siempre marcando una sola dirección: el hospital más cercano.

La noche definitivamente no le pertenece a la sociedad de la vida, le pertenece a la forma thanática más desmesurada de ser humano, una forma, que inhibe cualquier tipo de moralidad, que rompe con cualquier tipo de imagen que tengamos del mundo, la noche es el trago amargo que nos recuerda que todavía nos falta muchísimo para crecer como sociedad; una sociedad que proteja la vida.

Pero ¿Qué hacen nuestros “ líderes” para trabajar con la máscara oculta de nuestras ciudades o debemos suponer que su labor de líderes sólo corresponde a los habitantes del día y no a los de la noche? Entonces, quien o que lidera a estas personas.

 

 

 

Regresamos a la mesa online de comunicación

 

 

 

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

Por lo general estoy viajando a diferentes lugares, siempre observando lo que pasa en cada uno de ellos. Son culturas un poco parecidas a las de América y completamente opuestas a las de Pakistán. Pero he aprendido un poco a entenderme con su gente.

Colombia es una sociedad muy polifacética y dispersa por todas partes del mundo y esto hace un poco difícil entenderlos por las decisiones que toman.

El país está en una etapa de añejamiento para luego pasar al alambique para destilar esa experiencia que se está viviendo en esta época de cambio. Los resultados solo se verán en los próximos 5 años cuando el revolcón de las instituciones haya decantado.

Estamos en una etapa donde los jolgorios de las personas simples celebran porque no tienen experiencia y preparación para enfrentar una realidad que no hace parte de sus vidas. Cuando se está en medio del túnel no se puede ver la entrada ni la salida y esa parte social solo se ven a sí mismos y como ella navega en la misma condición no ven la diferencia que existe entre una parte que maneja el estado y la que invierte en él.

Colombia esta polarizado en la actualidad, tiene demasiados enemigos que intrigan en diferentes direcciones y no hay una unidad de criterios que permita alejar esos torbellinos que le está haciendo daño a todas las estructuras nacionales.

La sociedad que realmente está interesada en que el país prospere y se monte en los rieles de la prosperidad tiene que aglutinarse, eliminar los líderes de su entorno y conformar grupos para trabajar por la construcción de un país equitativo, libre, industrial y tecnológico para que las presentes y futuras generaciones tengan donde desarrollarse como ciudadanos progresistas.

El odio que se está manejando por parte de sectores resentidos solo lleva a que nada prospere y el país nunca llegue a una estabilidad social. Esa incapacidad de razonabilidad hace más daños que un terremoto de 8.5 grados.

La sociedad debe unirse bajo una sola 
bandera que es el país y dos puntos de equilibrio donde unos vigilan a los otros y los otros trabajan en la construcción de la nación. Un país no debe ser manejado por un solo partido. Tiene que haber dos criterios que permitan encontrarse.

 

 


QUÉ LEE GARDEAZABAL
Mary English
De Patricia Diaz Daza
Editada por Periscopio

 


Gustavo Alvarez Gardeazábal

Audio:

 https://youtu.be/aT-v8LZkhQg


La leyenda de la inglesa Mary English ha trascendido hasta nuestros días porque fue, desde el comienzo de la Guerra de la Independencia, un chisme bogotano adobado de envidias políticas, resentimientos y frustraciones católicas, pero en especial porque se volvió mito en la pacata sociedad rola, cuando ella no había pensado todavía morirse.

Esta inglesa, que llegó a Colombia como esposa de uno de los coroneles de la Legión Británica que vino a acompañar a Bolívar, y muere en su hacienda cacaotera de Cúcuta donde vivió encerrada los últimos 30 años de su vida, le sirve a Patricia Diaz para montar una novela, probablemente muy desfasada para hoy, pero llena de la gracia infinita de las novelas decimonónicas de la Gran Bretaña, en donde la autora ha vivido.

En otras palabras, la nutrida historia de la viuda de English y amante de uno y otro inglés residenciado a principios de 1820 en Bogotá, está contada con facilidad pero en un molde olvidado, casi victoriano, y con una estructura interna tan caduca que a veces hace naufragar al lector en vericuetos innecesarios.

Como la narración transcurre en dos planos reales, la que cuenta la propia señora English y la que narra desde un convento de Pamplona su ama de llaves, vuelta la novia de Cristo, no una monja cualquiera, la diferencia que establece el contrapeso (muy usado en Inglaterra desde Dickens) en vez de colaborarle al lector, lo arrincona sin consideración.

Mas como la suavidad narrativa es abrumadora, el par de versiones de lo vivido se engrandece nostálgicamente con la leyenda que crece desde Bogotá pero estalla como volcán en Cúcuta, en donde la señora sienta sus reales con su nuevo marido (o con quien posa de tal) y monta la legendaria Hacienda cacaotera de Pescadero que ni él, ni ella ni la ama de llaves saben administrar pero que los vuelve famosos en toda la comarca.

El personaje central de la novela debería ser, tanto en la vida real como en la novela, una mujer despiadada, agresiva y provocadora sexualmente, pero la monja que narra desde el convento se encarga de aminorar la fuerza pecaminosa del personaje y a la señora English no le queda tiempo, en las 367 páginas del libro, de asomarse al espejo y mirarse a sí misma.

El Porce, noviembre 10 del 2024

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
Aurooj Ali Khan

Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

Agustin Perozo
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