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Pereira, Colombia - Edición: 13.364-944 Fecha: Martes 12-11-2024 |
TECNOLOGÍA |
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Genes denisovanos: el legado que fortalece la resistencia humana al frío y a la altura
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sapiens, permitiendo su expansión hacia regiones geográficas extremas.
El futuro de la
investigación sobre los denisovanos
La historia de los
denisovanos demuestra que la evolución humana es un proceso de interacciones
complejas y mestizaje entre diversas especies. Lejos de ser una línea recta, la
evolución de los Homo sapiens ha estado marcada por la combinación de múltiples
linajes genéticos, cada uno aportando características y adaptaciones que aún hoy
desempeñan un papel crucial en la supervivencia y adaptación del ser humano en
un mundo cambiante.
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Un nuevo
estudio de la Universidad de Dublín revela que ciertos rasgos
genéticos presentes en algunas poblaciones humanas modernas pueden
atribuirse a los denisovanos, un enigmático homínido extinto. Esta
herencia genética no solo permitió a estas poblaciones adaptarse a
condiciones extremas como el frío y la baja disponibilidad de
oxígeno, sino que también sigue beneficiando a quienes viven en
lugares inhóspitos, como el Himalaya y las regiones árticas.
El misterioso linaje de los denisovanos
Los
denisovanos, cuyo nombre proviene de la cueva de Denisova en Siberia
donde se encontraron sus restos por primera vez, son una especie que
comparte ancestros con los neandertales y los Homo sapiens. Sin
embargo, sus características genéticas y morfológicas presentan
diferencias sustanciales. Hasta ahora, los únicos restos denisovanos
descubiertos incluyen un hueso de dedo, una mandíbula y varios
dientes, lo que ha limitado la comprensión de su apariencia y
cultura. A pesar de este escaso registro fósil, el análisis del ADN
ha sido fundamental para reconstruir su influencia en la genética
humana moderna. La
adaptación denisovana al frío y la altura
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confiere una mayor tolerancia a la hipoxia, o bajos niveles de oxígeno, lo cual es particularmente beneficioso en altitudes elevadas como las del Tíbet. En estas condiciones, donde el oxígeno escasea y la presión atmosférica es baja, las personas que poseen genes denisovanos presentan una mayor capacidad para realizar actividades físicas sin comprometer la función respiratoria o cardiovascular.
Además, el genoma
denisovano contiene variantes que influyen en el metabolismo de los lípidos, una
adaptación que proporciona calor corporal adicional en condiciones frías. Esta
característica es evidente en las poblaciones inuit del Ártico, quienes
presentan adaptaciones genéticas que optimizan la producción de calor en
respuesta a temperaturas extremas, una ventaja evolutiva heredada del linaje
denisovano. La combinación de estos rasgos ilustra cómo los genes de un homínido
extinto se han perpetuado en grupos humanos actuales, brindando una ventaja
significativa para sobrevivir en entornos hostiles.
“Es fascinante cómo estos genes, originados en una especie homínida tan antigua, siguen siendo cruciales para la salud y la resistencia de las personas en la actualidad”, destacó Ongaro en una declaración. Esta adaptabilidad genética es un recordatorio de cómo el mestizaje y las interacciones entre especies distintas han influido en el éxito evolutivo de los Homo
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