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NACIONAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.458-1038

Fecha: Miércoles 09-04-2025

 

Ecopetrol y la importación de gas: ¿Un conflicto de infraestructura y políticas?




En medio de la creciente preocupación por el aumento de tarifas del gas en Colombia, el presidente Gustavo Petro ha arremetido contra Ecopetrol, cuestionando por qué la empresa estatal no ha comenzado a importar gas natural para paliar la crisis. Durante una reciente reunión del consejo de ministros, Petro expresó su desconcierto, alegando que, si Ecopetrol ya importa gasolina, no hay razón para que no haga lo mismo con el gas. La propuesta se enmarca en un contexto donde las tarifas del gas han aumentado significativamente, afectando tanto a hogares como a empresas en varias regiones del país.

El presidente incluso mencionó la planta de regasificación de Cartagena como una posible solución a corto plazo, sugiriendo que Ecopetrol debería estar aprovechando esa infraestructura para importar el gas. "Importe el gas, aunque tenga que pagar por el único barco que existe", dijo Petro, sugiriendo que hay intereses privados detrás de la negativa de la petrolera para realizar esta operación.

Aunque Colombia comenzó a importar gas natural en 2016, estas importaciones se destinaron principalmente a plantas térmicas para respaldar la generación de electricidad en épocas de sequía. Desde diciembre de 2024, la situación ha cambiado, ya que la producción nacional ha caído, lo que ha llevado a utilizar los excedentes de gas importado para cubrir la demanda de otros sectores como los hogares y la industria. Este cambio ha impactado directamente en las tarifas, que han aumentado considerablemente debido a los altos costos del gas importado.

El proceso de importación de gas no es sencillo. El gas natural licuado (GNL) debe ser regasificado, es decir, devuelto a su estado gaseoso para ser transportado a través de gasoductos. Sin embargo, en Colombia solo existe una planta operativa capaz de realizar esta tarea: SPEC, ubicada en Cartagena. Esta situación ha limitado la capacidad de Ecopetrol para importar y procesar gas licuado, lo que ha dejado a otras empresas privadas como las principales responsables de las importaciones.

Ecopetrol, por su parte, ha reconocido la falta de infraestructura para realizar importaciones a gran escala. Según expertos, la petrolera aún no podrá iniciar este proceso de forma independiente en el corto plazo. De acuerdo con Julio César Vera, presidente de Xua Energy, la empresa estatal necesitaría entre uno y dos años para estar lista para importar gas, y su plan contempla la construcción de una planta en Buenaventura que podría comenzar a operar en 2026.

A pesar de estos desafíos, el presidente Petro ha sugerido la posibilidad de importar gas desde Catar, aunque los expertos advierten que esta opción podría resultar más costosa debido a la competencia por el suministro de economías desarrolladas y los elevados costos logísticos involucrados.

Lo cierto es que Colombia, que históricamente fue autosuficiente en gas, enfrenta ahora un futuro incierto en cuanto a sus reservas, las cuales, según la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), solo serían suficientes para cubrir la demanda del país durante los próximos seis años. La cuestión está en si las inversiones en infraestructura y la diversificación de las fuentes de gas podrán evitar una crisis mayor en el futuro cercano.


Comunidades energéticas: El nuevo paso hacia la autogeneración y la energía sostenible en Colombia


La Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) aprobó esta semana una resolución

 

 

 

que marca un hito en la transición energética de Colombia. Con el nuevo marco regulatorio, las comunidades energéticas serán una realidad, permitiendo a grupos de usuarios generar su propia electricidad mediante fuentes renovables como los paneles solares, y vender el excedente al sistema eléctrico nacional.

Esta medida está dirigida a facilitar el acceso a la energía en zonas vulnerables, donde los costos de electricidad son elevados y la cobertura del servicio es limitada. Se espera que la iniciativa beneficie inicialmente a más de 500.000 familias, especialmente en áreas rurales y barrios informales, como los de la región Caribe. El objetivo es promover la autogeneración colectiva, lo que no solo ayuda a reducir los gastos en las facturas, sino que también contribuye a la meta de transición hacia fuentes renovables.
 


Las comunidades energéticas permiten a varios usuarios asociarse para producir y consumir energía de manera compartida, sin necesidad de estar conectados físicamente. Pueden estar ubicadas tanto en el Sistema Interconectado Nacional (SIN) como en Zonas No Interconectadas (ZNI), ampliando así su alcance. Además, los miembros podrán acceder a subsidios del Gobierno para instalar tecnología como paneles solares, facilitando la adopción de energías limpias.

El Ministerio de Minas y Energía destaca que esta medida no solo tiene un impacto económico positivo, sino que también busca democratizar el acceso a la energía. Sin embargo, la implementación de este modelo dependerá del compromiso de las alcaldías y de la capacidad organizativa de las comunidades para poner en marcha estos proyectos. La expectativa es que, con el tiempo, Colombia avance hacia un modelo más justo y sostenible en la distribución de energía.

 

Gobierno y gremios trabajan juntos para afrontar el impacto de los aranceles de Trump
 



El Gobierno Nacional y los gremios colombianos se reunieron recientemente para analizar los efectos de los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump sobre los productos colombianos que llegan a Estados Unidos. La medida estadounidense ha generado inquietud, pues podría afectar gravemente las ventas externas de productos clave para la economía colombiana. Sin embargo, el encuentro sirvió como punto de partida para desarrollar una estrategia conjunta que permita a Colombia mitigar los impactos y diversificar sus mercados.

El evento, que contó con la participación de altos funcionarios de la Cancillería, el Ministerio de Comercio y el Ministerio de Agricultura, permitió identificar y abordar los desafíos que los aranceles podrían presentar. Uno de los acuerdos más relevantes fue la creación de una hoja de ruta en la que el Gobierno y las asociaciones gremiales, como AmCham Colombia, la Asociación Nacional de Industriales (Andi) y Fedegán, trabajarán unidos en una respuesta coordinada. Esta acción tiene como prioridad el diálogo, la diplomacia y, sobre todo, la protección de la industria y el empleo nacional.

María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, subrayó la importancia de este enfoque de colaboración público-privada. Según Lacouture, la posibilidad de crear una alianza estratégica con el sector privado permitirá a Colombia posicionarse de forma efectiva en el contexto internacional. Además, destacó que Colombia forma parte de los países que presentaron acciones de consulta dentro del acuerdo comercial, lo que le otorga una ventaja en las negociaciones.
 

 

 

Otro de los acuerdos fundamentales fue la creación de una mesa de trabajo permanente, que se encargará de analizar de manera continua las barreras arancelarias y fortalecer la diversificación de los mercados para los productos colombianos. La canciller Laura Sarabia explicó que esta mesa contará con una secretaría técnica que monitoreará en tiempo real cómo los productos colombianos se están comportando en los mercados y cómo las nuevas medidas están afectando las exportaciones.

Además, durante el encuentro, se enfatizó que la coyuntura generada por los aranceles de Trump debe ser vista como una oportunidad para ampliar las exportaciones y replantear la política comercial de Colombia. La ministra de Comercio (e), Cielo Rusinque, destacó que uno de los objetivos es diversificar los mercados, lo que reducirá la dependencia de Estados Unidos y permitirá consolidar una estrategia comercial más robusta y sostenible a largo plazo.
 

El Gobierno espera que, con la colaboración de los gremios y una planificación adecuada, Colombia pueda enfrentar estos desafíos y aprovechar los beneficios de una economía más diversificada.

 

El Senado aprueba proyecto de ley para garantizar la protección de los pasajeros aéreos




En una movida histórica para mejorar los derechos de los pasajeros aéreos en Colombia, el Senado aprobó en segundo debate un proyecto de ley que obligará a las aerolíneas a compensar a los usuarios en caso de retrasos, cancelaciones u otros inconvenientes con sus vuelos. Esta normativa tiene como objetivo acabar con los abusos que, según varios sectores, se presentan con frecuencia en los aeropuertos y en el servicio aéreo en general.

El presidente del Senado, Efraín Cepeda, destacó la importancia de este proyecto al señalar que los pasajeros aéreos en el país finalmente recibirán las protecciones que necesitan. "Aprobamos en Plenaria de Senado nuestro proyecto de protección a los pasajeros aéreos. Esta iniciativa, que ahora pasa a la Cámara, trae beneficios para los usuarios. Vamos a acabar con los abusos a los usuarios en los aeropuertos", afirmó durante la transmisión de la plenaria.

Uno de los aspectos más destacados de la propuesta es que las aerolíneas estarán obligadas a compensar a los pasajeros en caso de alteraciones en el servicio, como retrasos o cancelaciones de vuelos. Además, los usuarios tendrán la posibilidad de cambiar sus vuelos sin penalizaciones, corregir errores en los datos de sus tiquetes sin cargos adicionales y presentar reclamos de manera más eficiente.

El senador Antonio Zabaraín, uno de los autores del proyecto, explicó que los pasajeros recibirán bonos redimibles como compensación dependiendo del tiempo de retraso del vuelo. Por ejemplo, si un vuelo se retrasa entre 3 y 5 horas, los pasajeros podrán recibir un bono equivalente al 25% del valor del tiquete. Si el retraso es de entre 5 y 7 horas, el bono se incrementará al 50%, y si el retraso supera las 10 horas, la compensación será del 100%.

"Hay sobreventas y cancelación de vuelos. Todos los que usamos el servicio de transporte aéreo sufrimos y padecemos algunos tipos de abusos", comentó Zabaraín, al referirse a las situaciones que motivaron la creación del proyecto.

La propuesta, que obtuvo 53 votos a favor y uno en contra, ahora deberá pasar a la Cámara de Representantes para su discusión final. Si es aprobada allí, las aerolíneas deberán adaptarse a estas nuevas reglas. La senadora Ana María Castañeda, otra de las ponentes, señaló que esta ley responde a una necesidad real de los pasajeros, quienes muchas veces enfrentan situaciones de cancelaciones y sobreventas sin recibir compensaciones justas.

Con este proyecto, Colombia da un paso importante hacia la transparencia y la equidad en el servicio de transporte aéreo, garantizando que los derechos de los usuarios sean respetados y que las aerolíneas asuman su responsabilidad cuando se presenten inconvenientes con los vuelos.

 

 

 

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