Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.460-1040

Fecha: Viernes 11-04-2025

 

EDITORIAL

 

Un juego de expectativas ajenas

 

La juventud, en su esencia, es una etapa de exploración, atrevimiento y cuestionamiento. Es un período en el que las certezas se mezclan con las dudas, donde los ideales se chocan con la realidad, y el individuo, en su impulso por encontrar su lugar en el mundo, no tiene miedo de equivocarse. Sin embargo, lo que alguna vez fue una etapa de descubrimiento auténtico parece haberse transformado en un juego de expectativas ajenas, donde los jóvenes ya no fallan por sus propios errores, sino por las reglas impuestas desde afuera.

La juventud de hoy se encuentra atrapada en una dicotomía peligrosa: el anhelo de autenticidad versus la presión de conformarse a un molde preconcebido. Las redes sociales, como espejo distorsionado de la sociedad, han impuesto una imagen casi inalcanzable de lo que significa ser joven. No solo se exige éxito, sino también la proyección de un "éxito" que no pertenece al sujeto, sino a la imagen que los demás esperan ver. De esta manera, muchos jóvenes han comenzado a adoptar identidades prestadas, construidas a partir de lo que se supone que deben ser, no de lo que realmente son. La paradoja es que, en lugar de aprender a conocerse a sí mismos, muchos se ven atrapados en la espiral de querer cumplir con expectativas externas, dejando de lado el proceso natural de exploración personal.

 

En este contexto, el "fallar" pierde su valor como herramienta de aprendizaje. Los jóvenes ya no fallan porque intentan algo nuevo, sino porque las estructuras sociales y digitales los condicionan a comportamientos que no les pertenecen. La experiencia personal, rica en matices y aprendizajes, es reemplazada por una realidad fabricada que se adapta a los estándares de lo "políticamente correcto" o lo "socialmente esperado". La consecuencia de esta dinámica es la creación de una generación que se ve reflejada más en lo que otros quieren que en lo que realmente son, y, como resultado, sus aspiraciones y deseos se convierten en ecos de voces ajenas.

¿Qué mundo nos espera cuando los constructores de ese futuro son jóvenes que han olvidado cómo construir su propia identidad? El peligro radica en que una generación que no sabe cómo verse a sí misma, ni cómo aprender de sus propios errores, podría ser incapaz de aportar soluciones auténticas y constructivas. La autonomía individual, la capacidad de soñar con metas propias y la posibilidad de equivocarse como parte del crecimiento, parecen estar cada vez más en peligro. La juventud prestada es una ilusión que debemos desmantelar para permitir a las nuevas generaciones abrazar su verdadera esencia, sin los filtros de lo que se supone que deben ser.

 

 

 

 

 

 

 

Como hacer las cosas bien

Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com

 

En un principio todo estaba en orden y las cosas estaban en su lugar. Todo funciona bajo un orden natural siguiendo normas y leyes nacidas de la experiencia en la evolución de las cosas. Pero llegamos un día y todo cambió.

Un municipio, una región o un Estado se administran bajo ciertos principios que la misma sociedad va imponiendo. Y bajo ese orden de acciones el conjunto social establece sus necesidades y prioridades.

En un Estado primitivo las cosas funcionan sin altibajos y todos sobreviven bajo su propio entorno, pero cuando la sociedad evoluciona y aparece todo tipo de encantadores de culebras y crean mitos estableciendo un orden que no corresponde a la parte humana. Nace todo tipo de enfermedades sociales que maltratan a quienes vivan en esas sociedades.

Estamos en una era donde la desigualdad es trascendental y todos creen entender que las cosas van bien, aceptando las indicaciones de unos pocos que se llaman gobernantes y que solo establecen leyes para beneficio del establecimiento.

El desamparo y el abandono es el conjunto de principios que siempre están como un fantasma que reclama en nombre de todos los desprotegidos. Y quienes están empoderados no ven las raíces de donde nacen todos los crímenes que el Estado crea convirtiéndolo en el creador del crimen organizado.

La falta de razonabilidad de quienes manejan la cosa política, se ven obligados a buscar recursos de quienes laboran para poder sostener el andamiaje estatal y creando infraestructuras que absorben más capital del que recaudan de los impuestos y sobre tasas impuestas.

Una nación manejada por estacionarios mentales es difícil que prospere o establezca rutas que permitan que la sociedad madure o crezca. Estas sociedades vivirán dependiendo de otras como mascotas, sobreviven de lo que las ya establecidas paguen por la compra de materias primas y que revenden al vendedor original.

Quienes han gobernado a Colombia desde su nacimiento, no han sido gobernantes, han sido individuos que han pretendido asumir unos cargos sin el conocimiento del manejo de una nación. Marco Fidel Suarez es un ejemplo y seguido de él no hay con quien contar. Colombia ha sido un país de individuos en el poder que la han llevado de guerra tras guerra sin poder establecer una nación unida.

En las regiones los gobernantes han mamado del Estado porque no saben cómo convertir estas regiones en autónomas y prósperas, porque prefieren vivir del presupuesto nacional. La falta de capacidad mantiene en vilo la economía y sobreviven por la recolección de impuestos que los ciudadanos pagan bajo amenazas y extorsión de los políticos.

La incapacidad ciudadana impide hacer cambios en las estructuras nacionales porque unos pocos gobiernan a la gran mayoría. Y los que medio piensan se abstienen de ir a votar o protestar para

 

 

 

impedir la elección de corruptos personajes ya reconocidos en el ambiente político.

 

Los ignorantes culpan a otras naciones por sus negocios bien hechos, olvidando que los propios no actúan honestamente y dejan que tomen ventajas a las cuales un buen juicio impediría que eso pasara. Todas estas actuaciones son las causantes de las desgracias de los pueblos. Cada sociedad es dueña de su destino. Quienes gobiernan son el espejo de lo que es su sociedad, porque para que ellos lleguen a ocupar estos puestos tienen que ser elegidos por gente del mismo estatus moral.

 

LE BESARON EL CULO Y NO PARÓ
Crónica #1094

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Audio: https://www.youtube.com/watch?v=kwjMrsPw1oM


El presidente Trump al hablar vestido de smoking ante el comité republicano se burló de los países que según él, están desesperados por negociar los aranceles impuestos por su administración, afirmando que: "le estaban besando el culo y se mueren por llegar a un acuerdo".

El estupor fue mayúsculo, sin embargo, después de esa grotesca afirmación, digna del lumpen de barriada, no del presidente de la primer potencia del mundo, anunció con bombos y timbales, que sigue en el guerra contra China, y le sube a 125 % los aranceles, pero que suspende los cobros de las otras tasas, dejándolos a todos por 90 días con el solo 10 %, mientras negocia país por país.

El estupor se modificó entonces en el mundo entero y la afirmación universal fue unánime: 'a Trump por lo menos le falta un tornillo y tiene desajustado los ensambles de su cerebro'.

No puede ser posible que un ciudadano norteamericano que ya ejerció 4 años la presidencia vuelva al cargo y juguetee con las finanzas de los 8.000 millones de habitantes de la Tierra como un niño que apenas está largando la teta de su madre. Y si lo es y en ese país no existe un código mínimo de comportamiento para un presidente, por lo menos, la suprema corte, o aún, los subyugados congresistas del capitolio de Washington, deben considerar al señor Trump como indigno de ejercer el cargo.

Hasta ahora no se oyen voces en ese sentido, pero muchos de quienes nacimos después de 1940 estamos recordando las afirmaciones y análisis que hicieron sobre el estado mental de Hitler, que llevó a la hecatombe de la Segunda Guerra.

Lo grave es que en aquellos momentos de hace más de 80 años los alemanes nazis que le acompañaban a gobernar a su país se dejaron contagiar de esa demencia, y llevaron a Alemania y al mundo al oprobio.

¿Podría pasar lo mismo con los gringos que siguen aplaudiendo las barrabasadas de Trump?

El Porce, abril 11 de 2025

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
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Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

Rubén Darío Varela Hurtado

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

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