Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.462-1042

Fecha: Domingo 13-04-2025

 

EDITORIAL

 

Opiniones, adoctrinamiento y una montaña rusa

 

Opiniones y más opiniones, unas tras otra siempre afirmando una superioridad moral histórica etc. Este es el día a día colombiano, un día a día en el que se la pasan diciendo a la sociedad que debemos hacer y pensar. Sin embargo ¿Sirve de algo este modo de actuar? En efecto sería lógico que una sociedad con una estructura clara y bien educada podría diariamente crecer a partir del compartir de pensamientos, pero en Colombia claramente no es el caso.

Colombia no es un país ideal, eso lo sabemos y lo tenemos claro desde las clases de sociales del colegio básico, Colombia siempre ha estado sumido en el intento de adoctrinación constante, siempre alguien cree tener la razón, nunca se ha pretendido darle la razón a la sociedad, y nuestros líderes actuales no son muy diferente, en la medida que llevan acciones que idealmente serían las más evidentes, pero al igual que nuestra cultura, el deber ser; fluctúa según la locación geográfica, las ideas generales no funcionan para un sólo lugar siempre tienen que ser divididas y poner la justa medida para cada locación o cultura, ya que de no ser así se corre el peligro de separar muchísimo más lo ya separado llamado Colombia.

En este juego de adoctrinar, generalizar, separar, Colombia se encuentra en un lugar en donde no necesita un líder que le diga que tiene que hacer, sino que le de potencia a su voz, a sus necesidades y claramente, a sus soluciones. Pero el temor es tanto que quien ya tiene el poder no permite que el pueblo hable, de hecho, sólo lo permite si es otro el que les ha dicho que decir, dado que se debe participar de este juego de adoctrinación para tener voz.

Este último caso le sucedió a Petro, que gracias a los estallidos sociales de hace ya unos años ganó gran poder, para luego de lograr sus lograr se desligó por completo de la voz y empezó a mostrar lo que él creía que tenía que ser Colombia, sin importar cuánto daño cause esto, reafirmado de esta manera que el título de presidente, se representa para cumplir los sueños de los candidatos y no para mejorar el país, somos la montaña rusa que sube al pedestal a los presidentes para luego al igual que está volver al lugar de inicio, mostrar que sólo nos movimos circularmente sobre el mismo eje.

 

 

 

 

 

 La riqueza de un país está afincada en el espíritu emprendedor de sus ciudadanos

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

Los imperios en el pasado se solidificaban por el espíritu guerrero y emprendedor del líder y de su habilidad para organizar sus ejércitos y todo su entorno administrativo. La fuerza bruta, la habilidad en el manejo de las armas y su capacidad de estratega llevaban al líder a conquistar extensos territorios y su riqueza. Todo funcionó bien de esta manera hasta la segunda guerra mundial.

Pero con el nacimiento el 4 de julio de 1776 de los Estados Unidos se abrió una nueva era en el desarrollo de la economía, tecnología y bienestar humano. Pero todo no se quedó ahí. La gente huía de Europa a norte América en la búsqueda de tener una oportunidad de poder realizarse y vivir una vida fuera del manoseo de los reyes y principados que absorbían toda la productividad del ser humano.

Norte América abrió caminos y puertas para que la mente pudiera expresar y crear todo lo que se anidaba en el intelecto de esta nueva sociedad. Aquí todo era posible, pero a la vez también había desmanes que no se podían controlar por la libertad que en la constitución acuñaba.

Lo que hoy vemos en el concierto mundial tiene raíces en estas tierras que aman y odian al mismo tiempo.


Una bancada de seres humanos ha evolucionado y se han alejado de la gran multitud que aún permanece suspendida en el tiempo y lo único que ha pasado en ellos es que han se añejado por razones de naturaleza. Estos son los que mantienen el establecimiento y continúan creyendo en la superioridad de fuerzas intangibles que mueven el universo.

Nada será posible que ellos cambien, porque no hay nada que cambiar y hay que aprender a vivir con ellos como las mascotas del sistema. Aquí no es de hablar de estratos sociales como sucede en muchos países, ni de clases sociales como se plantea en ciertos movimientos políticos. La realidad es que somos una sola clase humana con diferentes matices que nos mueven nuestros propios instintos y pasiones en la búsqueda de la felicidad. Felicidad que solo existe en nuestra imaginación.

Cuando una sociedad se integra y comienza a funcionar como un equipo que quiere ganar su propio espacio es cuando todas las fuerzas humanas se van integrando como las moléculas del cuerpo humano. Y es aquí cuando la prosperidad se comienza a ver en todos los sentidos. Ya esto está demostrado en el pasado y sigue siendo demostrable.

Hoy en día es la sociedad que hace grande a las ciudades y los países porque ellas son las que van imponiendo su ritmo a lo que ellas quieren llegar y ser. Los políticos retrasan la prosperidad con su voracidad

 

 

 

económica.

 

Los grandes edificios, los centros comerciales, toda la infraestructura de embellecimiento de una ciudad están hechas por personas que ponen su empeño en colocar esos monumentos. Pero los políticos son los que al final son los que destruyen todo en la búsqueda de impuestos y bienestar para ellos.

 

QUÉ LEE GARDEAZÁBAL

Por: Gustavo Álvarez Gardeazabal
El loco de Dios en el fin del mundo
De Javier Cercas
Editado por Random House

Audio: https://www.youtube.com/watch?v=3RjHOj7CvoI


Cercas es un escritor sesentón, serio en sus planteamientos y muy hábil en la narración. Algunas de sus obras como Los soldados de Salamina o Anatomía de un instante las he comentado elogiosamente antaño.

Ahora, nos sale con un mamotreto de 485 páginas para disque narrarnos el viaje del Papa Francisco a Mongolia, donde fue invitado por el Vaticano para que hiciera parte de la comitiva hace dos años.

No es un libro de viajes, aunque tiene descripciones hasta paisajísticas de ese olvidado país de estepas frígidas, tampoco es una novela, si bien posee estructura de tal y hasta asomos de thriller.

A la larga, montado siempre en una narrativa alucinante, aunque estratificadamente repetida, el libro termina siendo una confesión de fe de un ateo que hace hasta malabarismos filosóficos para interpretar el pensamiento del Papa Francisco y su casi siempre contradictoria actitud.

Está construida sobre la necesidad de satisfacer el deseo de su madre, una viejecita de 92 años, picada de las brumas del alzhéimer, que desea saber si al morir se va a encontrar nuevamente con su marido muerto un cuarto de siglo antes.

Aunque en verdad lo que trata de ocultar es la necesidad de resolvernos el enigma de si el núcleo de la religión católica, la eternidad y la resurrección de la carne, son explicables para sus lectores y de pronto, hasta para el mismo incrédulo autor.

De ese esfuerzo surge empero una tomografía en 4D del Papa argentino, destacando su bonhomía de cura de parroquia, detallando su enfrentamiento durante casi dos décadas con los jesuitas de los cuales había sido provincial en la Argentina, y concluyendo que estamos ante un Papa tan transformador como Juan XXIII.

Pero como a la batalla narrativa la convierte en definición ideológica, alcanza a esbozar la posibilidad de que creamos que las creencias en la resurrección y en la vida eterna son la máxima forma de insurgencia que está al alcance de los hombres.

Tal vez por todo ello y como sacada de un bombín de mago, llega a la afirmación de que la victoria suprema de Cristo es haber postulado que no estamos aquí para aceptar la muerte, sino para sublevarnos contra la muerte.

Empero, como ni el autor cree en lo que ha descubierto, prefiere con insistencia, hasta cerrar el libro, la frase de su madre: "¡Qué cosa! ¿Verdad?, ¿Y si lo imposible es cierto?"

El Porce, abril 13 de 2025

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
Aurooj Ali Khan

Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

Rubén Darío Varela Hurtado

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

Agustin Perozo

Otoniel Parra Arias
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Tel. (57) 606-347 7079
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