Pereira, Colombia - Edición: 13.465-1045

Fecha: Jueves 17-04-2025

 

 TECNOLOGÍA

 

-14

 

Científicos logran generar electricidad aprovechando la rotación de la Tierra

 

 

 

una prueba de concepto. Todavía queda mucho por investigar, y cualquier aplicación práctica está, en el mejor de los casos, a décadas de distancia. Además, la energía obtenida, aunque provenga de una fuente aparentemente inagotable, no es “gratuita”. Según las leyes de la física, cualquier energía extraída de la rotación terrestre afecta —aunque sea en una medida ínfima— la velocidad de rotación del planeta. A gran escala, un sistema así podría alargar la duración de los días terrestres. No es algo que vaya a ocurrir pronto, pero pone en perspectiva los límites y riesgos de explotar incluso las fuentes de energía más innovadoras.

Este descubrimiento, sin embargo, representa un punto de inflexión. No por la cantidad de energía obtenida, sino por lo que significa: es la primera vez que se demuestra, con resultados experimentales, que es posible obtener electricidad a partir de la rotación de la Tierra. En un mundo donde la transición energética es urgente y los recursos fósiles escasean, abrir nuevas puertas es más necesario que nunca.

 

 

La ciencia suele avanzar a partir de pequeños pasos, muchas veces invisibles para el público general. Este experimento es uno de esos pasos discretos que, con el tiempo, podrían conducir a una transformación profunda. Puede que pasen muchos años antes de que veamos una aplicación práctica de este tipo de energía. Pero lo cierto es que, a partir de ahora, el giro de nuestro planeta ya no solo marcará el paso del tiempo, sino que podría también convertirse en una fuente limpia y constante de electricidad.

En tiempos donde la innovación energética es uno de los grandes desafíos del siglo XXI, este pequeño cilindro de ferrita podría haber encendido una chispa que, algún día, ilumine un nuevo camino hacia el futuro.

 

En el vasto universo de las ideas científicas que parecen demasiado audaces para ser ciertas, hay una que durante décadas se ha mantenido en el terreno de la especulación: ¿es posible extraer energía eléctrica del movimiento rotacional de la Tierra? Una pregunta que muchos expertos han descartado por impráctica, pero que hoy vuelve a cobrar fuerza gracias a un experimento que, aunque modesto en su resultado, promete reabrir el debate con fundamentos sólidos.

 

La Tierra ha girado sobre su eje desde que se formó hace unos 4.500 millones de años. Ese giro constante, que da lugar al día y la noche, contiene una enorme cantidad de energía cinética. Pero transformarla en electricidad siempre ha parecido una fantasía lejana, más propia de la ciencia ficción que de los laboratorios reales. Hasta ahora.

 

 

Un equipo conformado por los científicos Christopher Chyba, Kevin Hand y Thomas Chyba ha dado un paso inesperado y valiente en esa dirección. Su investigación, publicada recientemente en la revista Physical Review Research, detalla un mecanismo que logró generar, por primera vez, electricidad utilizando exclusivamente la rotación del planeta. El valor obtenido fue minúsculo, apenas 17 microvoltios (menos de lo que produce una neurona al activarse), pero el experimento demostró que es posible. Y eso, en ciencia, lo cambia todo.

El principio detrás de este avance se basa en la inducción electromagnética, una ley bien establecida en la física. Según esta, si un conductor se mueve a través de un campo magnético, se genera una corriente eléctrica. La Tierra posee un campo magnético natural, y también gira constantemente. La teoría, entonces, parecía sencilla. Pero durante casi dos siglos, ningún experimento había logrado concretar esta conversión de manera efectiva. El problema, según los investigadores, era que los materiales utilizados hasta ahora anulaban la corriente inducida.

 

El avance fue posible gracias a un material

 

 

poco convencional y una estructura específica. El equipo diseñó un cilindro hueco de 30 centímetros, hecho de ferrita de manganeso y zinc, con propiedades topológicas únicas. Este cilindro no gira por sí mismo, pero, al estar inmóvil en un laboratorio mientras la Tierra se mueve bajo él, experimenta una interacción con el campo magnético del planeta. Esa interacción induce una minúscula corriente eléctrica en el cilindro, que el equipo logró medir en condiciones de aislamiento casi total.

Para verificar que no se trataba de una interferencia local, repitieron el experimento en otro laboratorio a varios kilómetros de distancia. Aunque las condiciones electromagnéticas no eran ideales, los resultados coincidieron en su comportamiento general, lo que refuerza la hipótesis original de que la fuente de energía es, en efecto, la rotación terrestre.

 

La historia de esta investigación no se limita al logro técnico. Detrás hay casi una década de trabajo y una revisión crítica a argumentos científicos que durante años catalogaron la idea como inviable. Fue en 2016 cuando los autores propusieron, teóricamente, que ciertos materiales con características topológicas específicas podrían superar las barreras que impedían esta conversión energética. Nueve años después, su predicción cobra vida.

 

Eso sí, no todo es optimismo. Los propios científicos reconocen que se trata apenas de

 

 

 

 

Submit

 

 © El Imparcial Editores S.A.S  |   Contacto 57 606 347 7079 

    © 1948-2009 - 2025 - El Imparcial - La idea y concepto de este periódico fue hecho en Online Periodical Format (OPF) que es un Copyright de ZahurK.

    Queda prohibido el uso de este formato e idea (OPF) sin previa autorización escrita de ZahurK