6-El Imparcial

 

JUDICIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.465-1045

Fecha: Jueves 17-04-2025

 

Cae en Dosquebradas presunto proveedor de droga de la banda Cordillera

 

 

José Alcides Restrepo Restrepo, de 34 años, fue capturado en una operación conjunta entre el CTI de la Fiscalía y la Policía Nacional en Dosquebradas, Risaralda. El hombre, natural de Viterbo (Caldas) y residente en el barrio La Pradera, es señalado de ser uno de los principales surtidores de droga para la temida banda criminal Cordillera, con operaciones en todo el Eje Cafetero.

La captura se llevó a cabo en plena vía pública, sobre la avenida Simón Bolívar con calle 48. Restrepo compartía con varios amigos en un establecimiento comercial cuando, al salir y justo antes de abordar su vehículo, fue interceptado por los agentes. La información fue entregada por una fuente humana, y la orden de captura estaba vigente desde el 16 de marzo de este año, emitida por la Fiscalía Seccional de Manizales.

Según la investigación, Restrepo tenía una conexión directa con redes de tráfico provenientes del Cauca, y manejaba centros de acopio en Pereira y Dosquebradas. Además, sería una ficha clave dentro de la estructura logística de Cordillera, con nexos directos con alias Lulú, cabecilla en Pereira, y alias el Negro Harold, actual jefe en Dosquebradas tras el asesinato de alias el Chemo en Santa Rosa de Cabal.

El Negro Harold, con quien también habría trabajado, ejerce control en zonas críticas como Venus, Camilo Torres y Pueblo Sol, donde la organización delinque mediante el tráfico de estupefacientes y la extorsión.

Restrepo fue presentado ante un juez, quien legalizó la captura, le imputó cargos por tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, y dictó medida de aseguramiento en centro carcelario. Con su captura, las autoridades esperan debilitar una de las rutas clave del microtráfico en la región.

 

Cinco empresarios irán a juicio por millonaria estafa con criptomoneda Daily Cop

 

 

Una trama de engaño y lavado de activos que comenzó en el sur del país con promesas de rentabilidad diaria está a punto de llegar a los estrados judiciales. Cinco empresarios enfrentarán juicio por su presunta participación en la creación y operación de Daily Cop, una supuesta criptomoneda que habría sido utilizada para lavar dineros del narcotráfico y estafar a cerca de 200.000 personas.

 

La Fiscalía General de la Nación acusó formalmente a Carolina Granada Hernández, Gloria Izquierdo López, Luis Fernando Adams Suárez, Cristian Camilo

 

 

 

Giraldo López y John Emerson Esquivel Castrillón. De acuerdo con la Dirección Especializada contra el Lavado de Activos, estos empresarios habrían dado apariencia de legalidad a recursos ilícitos, valiéndose de una fachada tecnológica y discursos de libertad financiera para captar miles de inversionistas.

El negocio comenzó a gestarse en septiembre de 2020 entre Valle del Cauca y Nariño, donde un grupo de supuestos empresarios contrató a ingenieros de sistemas para desarrollar la criptomoneda. Lo que los desarrolladores no sabían, según las investigaciones, es que el verdadero objetivo era lavar dinero proveniente del narcotráfico hacia Estados Unidos y Europa.

Adams Suárez habría fungido como contador y revisor fiscal de varias de las 14 empresas creadas para mover los recursos. Por su parte, Giraldo López habría sido pieza clave en la promoción del esquema, difundiendo información en redes sociales e incluso recurriendo a influencers para atraer inversionistas con promesas de retornos diarios del 0.5 % y hasta un 12 % mensual.

Cuando Daily Cop comenzó a operar en 2021, lo hizo sin contar con permisos ni regulación. Los inversionistas nunca recibieron los rendimientos prometidos y, en cambio, se descubrió que los fondos fueron usados para comprar bienes de lujo y enriquecer a los implicados.

Ahora, los cinco acusados enfrentarán la justicia por lavado de activos, concierto para delinquir y enriquecimiento ilícito.

 

Hallan sin vida al soldado Julio Vásquez, secuestrado en Cauca hace una semana

 

 

La esperanza de encontrar con vida al soldado profesional Julio César Vásquez se apagó el lunes 15 de abril, cuando su cuerpo fue hallado sin vida en zona rural de Jamundí, Valle del Cauca. Vásquez había sido secuestrado el pasado 7 de abril en Santander de Quilichao, Cauca, y desde entonces se desconocía su paradero.

El hallazgo fue confirmado por el Comando de la Tercera Brigada del Ejército Nacional, que señaló que el cadáver fue localizado en el corregimiento de Potrerito gracias a labores de búsqueda conjuntas con la Policía Nacional y el CTI de la Fiscalía. El Ejército no dudó en calificar el crimen como una violación grave a los derechos humanos y un ataque directo a la integridad de la Fuerza Pública.

Julio César Vásquez se encontraba vinculado al Programa de Retiro Asistido de la institución y cursaba estudios al momento de su desaparición. Según la información oficial, el militar fue interceptado por hombres armados que lo forzaron a subir a un vehículo, en un hecho ocurrido en zona rural del norte del Cauca. Desde ese momento, sus familiares y compañeros vivieron días de angustia que hoy se transforman en dolor e indignación.

 

Aunque las autoridades aún no han confirmado responsables, una de las principales hipótesis apunta a la estructura Jaime Martínez, una facción de las disidencias de las FARC que opera en esa región. La investigación ahora se concentra en identificar tanto a los autores materiales como a los determinadores del crimen.

 

 

 

“El Ejército Nacional condena categóricamente este acto atroz”, señaló la institución en un comunicado. En medio del duelo, el caso de Julio Vásquez vuelve a poner sobre la mesa la compleja situación de seguridad en el suroccidente del país y los riesgos que enfrentan los uniformados, incluso fuera de servicio.

 

Funcionario del ICA capturado por colaborar con el Clan del Golfo y ordenar crímenes en Antioquia

 

 

Una investigación conjunta de la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional permitió la captura de Hilder Jaramillo Machado, funcionario del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), señalado de colaborar con el Clan del Golfo y de participar en el asesinato del líder social Argemiro Mayo García en Mutatá, Antioquia.

Los hechos ocurrieron el pasado 10 de enero frente a la Casa Juvenil de ese municipio, cuando sicarios de la subestructura Carlos Vásquez del llamado Ejército Gaitanista de Colombia ejecutaron al activista, reconocido por su labor en defensa de los derechos campesinos y la tenencia de tierras. Según la Fiscalía, Jaramillo fue quien orientó a los asesinos hacia el lugar donde se encontraba la víctima.

Pero la implicación del funcionario va más allá. Las autoridades presumen que aprovechaba su posición en el ICA para acceder a información confidencial sobre operativos de seguridad y movimientos de la fuerza pública, datos que luego compartía con el grupo armado. El crimen de Mayo García habría sido motivado por su intención de comercializar un predio rural, acción que incomodaba al Clan del Golfo en sus intereses en la zona.

Durante la audiencia de imputación, la Fiscalía le atribuyó los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir agravado y tráfico de armas. Aunque Jaramillo no aceptó los cargos, un juez le impuso medida de aseguramiento en centro carcelario mientras avanza el proceso judicial.

Este no ha sido el único avance en el caso. Recientemente, también fue judicializado Iván Andrés Méndez Vásquez, alias El Mono, quien habría sido uno de los sicarios que ejecutó el crimen.

El asesinato de líderes sociales en Colombia sigue siendo una de las problemáticas más graves, especialmente en regiones como Urabá, donde el control territorial de grupos armados ilegales pone en riesgo constante a defensores de derechos humanos.

A la par, en el municipio de Urrao, suroccidente de Antioquia, las autoridades capturaron a siete presuntos integrantes del Clan del Golfo, entre ellos dos cabecillas de la subestructura Edwin Román Velásquez Valle, conocidos como alias Nariz y alias Mora. Los detenidos estarían involucrados en homicidios y acciones de presión violenta sobre campesinos y comerciantes.

Las capturas se realizaron en un operativo coordinado entre el Ejército y la Policía, durante el cual también se incautaron armas de fuego. Con estas detenciones, ya son 53 los presuntos integrantes del Clan del Golfo aprehendidos en Antioquia durante 2025, en una ofensiva que busca frenar el accionar de una de las estructuras criminales más peligrosas del país.

 

 

 

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