EDITORIAL
¿Quién ha capturado nuestra
verdad?
¿Qué significa la verdad? Desde hace años la verdad ha perdido su valor,
contradictorio resulta a nuestro parecer, cuando la razón de que la verdad haya
perdido valor, es porque se descubrió que el la gran mayoría de los casos la
verdad resulta ser circunstancial, o netamente una condición subjetiva. Sin
embargo, que se le haya descubierto este factor humano, ese factor variable a la
verdad ¿no la vuelve más sana? por supuesto es un tanto caprichosa esto que
llamamos verdad, pero, algo como la verdad no debió ser caprichosa desde un
principio, siempre esquivando a aquellos que intentan dominarla, controlarla,
volviéndola inerte y lineal. Pero, la mismísima parte de la verdad que la vuelve
totalmente maravillosa y real, su parte humana es quien se encarga de ocultarla,
engañándole para así mostrar todo menos lo que es realidad.
De entre todos estos engaños nos hemos agrupado en unos cuantos que hemos
comenzado a confundir como la verdad, tanta confusión ha generado estas nuevas
verdades que el ser humano ha olvidado por completo que la verdad no le
pertenece a ninguno de quien afirma poseerla.
Es así como los conceptos de bien o mal, gusto y disgusto, bello o feo, se han
aferrado al ser humano desde un punto uniforme, siempre del mismo tinte nunca,
desde la pluralidad que se manifiesta la misma realidad humana. Sin embargo,
estos conceptos no sólo afectan la percepción, sino también nuestras decisiones,
nuestras formas de actuar y elegir… Por consecuencia debemos comenzar a
preguntar ¿desde qué perspectiva hemos estado eligiendo el futuro de nuestro
país? ¿A quién le pertenece la verdad que estamos siguiendo? ¿ esta verdad
recoge la pluralidad que tiene que tener una cosa como la verdad de un país? o
¿la verdad que buscamos ha sido capturada por otras fuerzas, y torturada hasta
el punto de quedar irreconocible para cualquiera? por ende, deberíamos
preguntarnos, de ser cierta esta captura de la verdad ¿como deberíamos liberar a
la verdad para que muestre su más hermosa forma, la forma en que representa la
pluralidad de la realidad.
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La mafia que
controla el establecimiento

Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
La gran mayoría de los
ciudadanos se acostumbraron a vivir bajo la dominación de una casta
que decide sobre los intereses del resto de los ciudadanos. Siempre
fue así y se ha considerado como una cosa normal en el diario vivir.
Hemos evolucionado intelectualmente y físicamente, ya no somos
primates que carecemos de la capacidad de raciocinio kantiano y
mucho menos ahora de la razonabilidad que planteó filosóficamente.
El poder que ejercen ciertos individuos sobre los demás seres no
nace de un derecho divino sino de una actuación humana montada en
una creencia religiosa para poder manipular a quienes carecen de la
habilidad de razonar y rechazar las pretensiones de quien se cree
con los derechos sobre los demás.
La palabra mafia nace en los albores del siglo 20 en Sicilia Italia
en medio de una guerra entre Estados y luego se transforma en una
organización privada de interés económico paralela al poder del
gobierno. Este concepto ha perdurado hasta nuestros días porque es
una simbiosis que es difícil eliminar por los miles de intereses
individuales que están en juego económico en ambas partes.
Hemos evolucionado biológicamente y somos más fuertes y resistentes
a las epidemias y a los ataques que entre ambos bandos se propinan.
Pero en el campo intelectual carecemos de decisiones ágiles que nos
permitan contrarrestar el manoseo que a diario nos hacen quienes
elegirnos y nos arrebatan bajo coerción nuestros derechos y
plusvalía que todos tenemos de nuestro trabajo.
Quienes manejan el establecimiento a nuestro nombre es una
organización interna, estilo magia, para poder quitarnos toda
nuestra productividad para que ellos puedan vivir a expensas de
nuestro trabajo.
Nadie se da por enterado de lo que está sucediendo, calla la gran
mayoría y los que tienen el poder de rebelarse se sienten
intimidados por el poder de coerción que ejercen quienes legislan y
administran la cosa pública
La sociedad tiene el poder porque ella es el gobierno, el
establecimiento, y quien vota y el que al final decide cual es el
verdadero camino a seguir. Pero el temor como sucede cuando la mafia
entre a cobrar por protección, todos pagan para no ser heridos,
encarcelados o multados por los cobradores del erario.
Si se continúa bajo este terror y la gente no
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asume su responsabilidad, es como si
el rebaño de ovejas fueran cuidadas por lobos feroces
que no dejan escapar ningún nacimiento del que no puedan sacar provecho.
EL NOBOA COLOMBIANO
Crónica 1098

Gustavo Alvarez Gardeazabal
Audio:
https://youtu.be/kwiiSBTXwaw
En este país, otrora consagrado al Corazón de Jesús, existe la tendencia de
enfrentar los problemas empleando la fórmula contraria que los propició.
Como nos fue mal con el gobierno de izquierda y un presidente pobretón, ya andan
buscando imitar al Ecuador y encontrar un candidato de familia burguesa
adinerada y que tienda a la derecha para que sea algo así como el Noboa
colombiano.
Lamentablemente la cosecha de ese producto es muy escasa en el país. La
posibilidad empero estaría en escoger entre Alex Char, Alejandro Eder o Gabriel
Gillinsky, pertenecientes a lo que Gaitán llamaba oligarquía.
Eder y Char tienen experiencia política gubernamental y aun cuando el actual
alcalde de Cali goza de muy mala aceptación en su ciudad, en el imaginario
nacional está alto y tiene reconocida esposa samaria.
Char, va sobrado en Barranquilla y la Costa y goza de un reconocimiento nacional
como muy buen gobernante aunque poco se asoma a Bogotá.
Gillinsky no es reconocible aún para el colombiano común, pero ha sostenido la
revista Semana y con su esquema digital ya patrocinó el lanzamiento de Vicky
Dávila, su antigua empleada por lo que puede pedirle que se haga a un costado
para él ser la opción.
Eder y Char tienen plazo de decidir y renunciar como alcaldes para ir a la
contienda hasta el 31 de mayo, cuando comenzaría a regir la inhabilidad, un año
antes de la primera vuelta del 2026.
Cada uno de los tres tiene sus pro y sus contra. Sus imágenes públicas son
diversas y combinan hábitos regionales con pretensiones internacionales. Aunque
los tres hacen parte de familias adineradas, tal vez a Gillinsky le sería más
fácil invertir en una campaña pero Char tiene a Olímpica.
Todos son jóvenes y actúan como tales por lo que pueden resultar atractivos como
Eder, hábiles como Char o negociantes como Gillinsky.
Cualquiera de ellos coparía el molde Noboa. Faltaría ver qué tanto proponen y
que tan atrevidos resultan ser para captar votantes.
El Porce, abril 22 del 2025
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