6-El Imparcial

JUDICIAL

Fecha: Sábado 26-04-2025

Nueva ola de violencia deja al menos cuatro policías muertos en los últimos días

En una semana especialmente violenta para la fuerza pública, Colombia enfrenta una preocupante escalada de ataques sicariales que ya ha cobrado la vida de diez uniformados, cuatro de ellos solo en los últimos días (al cierre de esta edición). Las autoridades atribuyen estos hechos a un plan pistola articulado por el Clan del Golfo y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), como respuesta a las recientes operaciones de las fuerzas armadas en sus zonas de influencia.
 

La mañana del viernes 25 de abril, el patrullero Lenin Rafael Suárez Osorio, de 26 años, fue asesinado en Tarazá, Antioquia. El joven uniformado realizaba controles a motociclistas cuando fue atacado por cuatro hombres armados que se movilizaban en dos motocicletas. Aunque fue trasladado a un centro médico, no logró sobrevivir a las heridas.

Horas antes, en la madrugada del mismo día, el municipio de Simití, Bolívar, fue escenario de otro ataque. Tres policías fueron emboscados mientras regresaban a la estación local. En el lugar murió el patrullero Edwin Agustín Feria Mercado, y su compañera, la patrullera Belén Karina Durán Ortiz, falleció en el hospital tras ser gravemente herida. El patrullero Imanol Javier Escorcia Torres resultó herido y se recupera bajo vigilancia médica.

“Toda nuestra solidaridad hacia sus familias. Hemos ordenado un equipo especial de investigación y ofrecemos hasta 200 millones de pesos por información que nos permita capturar a los responsables”, expresó el general Carlos Fernando Triana, director de la Policía Nacional.

La tarde anterior, en Ciénaga de Oro (Córdoba), también fue asesinado el patrullero Juan Pablo Urango. Aunque se encontraba de permiso y vestido de civil, fue alcanzado por dos sicarios en moto que le dispararon por la espalda mientras llegaba a su casa.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, afirmó que los ataques son retaliaciones de grupos ilegales “acorralados” por las operaciones conjuntas entre Policía y Ejército. Reiteró el compromiso del Gobierno de no retroceder ante las amenazas y continuar el despliegue de inteligencia en las regiones más afectadas.

Mientras las autoridades insisten en que ya hay líneas de investigación abiertas, el país sigue sumando nombres a la larga lista de uniformados caídos en cumplimiento del deber, muchos de ellos jóvenes que apenas comenzaban sus carreras.

Días antes, el sábado 19 de abril, otra agresión se registró en el sector de La Popa, donde dos agentes fueron atacados a empujones por varios ciudadanos cuando intentaban inmovilizar una motocicleta sin documentos. La intervención policial evitó que el caso pasara a mayores, pero dejó un claro mensaje de advertencia sobre los riesgos que enfrentan los agentes en su labor diaria.

El capturado en el caso más reciente fue puesto a disposición de las autoridades por el delito de violencia contra servidor público. Desde la administración municipal se ha reiterado que las acciones de control no buscan generar conflicto, sino garantizar la seguridad vial. Las autoridades pidieron a la ciudadanía actuar con responsabilidad y denunciar cualquier caso de agresión.

Ejército colombiano activa nuevas Fuerzas de Despliegue Rápido para enfrentar al crimen organizado

Así lo confirmó el general Luis Emilio Cardozo Santamaría, comandante del Ejército, en una reciente intervención ante la Cámara de Representantes. Allí explicó que, bajo el denominado Plan 11.000, la institución busca incorporar a miles de soldados profesionales con el objetivo de fortalecer el pie de fuerza y extender la cobertura operativa en todo el territorio nacional. De hecho, ya se ha solicitado una ampliación de 10.000 hombres más al Ministerio de Defensa.

Hasta ahora existían cuatro Fudra, pero con la nueva estrategia se sumarán al menos dos más. Cada una estará integrada por 2.800 hombres divididos en tres Batallones de Despliegue Rápido y uno de Acción Directa y Reconocimiento. Estas unidades tendrán presencia permanente en zonas críticas como Bajo Cauca, Nariño, Cauca, Catatumbo y Arauca, donde los conflictos con grupos armados ilegales se han intensificado.

Lo novedoso de estas fuerzas radica en su carácter móvil. No estarán atadas a un solo territorio, sino que podrán desplazarse rápidamente para enfrentar a las estructuras más peligrosas, conocidas como “pivotes”, responsables del reclutamiento de menores, el tráfico de armas y drogas, y el control de la minería ilegal.

“Estas Fudras están diseñadas para atacar directamente a las estructuras criminales que verdaderamente sostienen el poder del narcotráfico y otras economías ilícitas”, afirmó el general Cardozo. También señaló que, en otras regiones menos conflictivas, se implementarán batallones mixtos de alrededor de 1.000 soldados con capacidad de respuesta inmediata.

Desde inicios de abril ya están activas las Fudra N.° 5, en el Eje Cafetero y departamentos vecinos; la N.° 7, en el noroccidente del país; y la N.° 8, encargada de operaciones en zonas estratégicas del oriente colombiano.

Con esta reorganización, el Ejército apuesta por un modelo más dinámico, enfocado en inteligencia y acción directa, en respuesta al crecimiento y sofisticación de los grupos armados ilegales que afectan gravemente la seguridad nacional.