Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.481-1061

Fecha: Martes 06-05-2025

 

EDITORIAL

 

Voluntad

 

La paz es el gobierno y el gobierno gobierna en paz, en tanto que en la guerra sólo existe el desgobierno y en donde hay guerra no hay gobierno. Por eso, la paz no es un asunto del gobierno solamente, sino que es la propiedad y el dominio de las personas que hacen parte de las comunidades que habitan en los territorios. La paz es el gobierno de las personas siendo el control de los actos de violencia lo que cada uno tiene que tener respecto de sí mismo. Agredir a otros de palabra y obra es una conducta impropia.

La primera línea de las multitudes de la paz se encuentra en los frentes en los que hay guerra. La responsabilidad de neutralizar a los violentos no es solo de las fuerza militares y de policía sino que es, en buena parte, de las multitudes ciudadanas que no se permiten tomar partido por los civiles que en los territorios proponen solucionar las desigualdades sociales, económicas y ambientales invitando a matar, amenazar, torturar y desaparecer a quienes ellos consideran objetivos militares. En tal sentido, la objeción de conciencia, más que la de abstenerse a formar fila en un grupo armado, es la convicción de que por causa alguna no se justifica matar o ser asesinado.

La voluntad de poder es una proposición que invita a las ciudadanías, a cada uno de los sujetos colectivos a que se sientan y se piensen en paz. Han de permanecer imperturbables ante la complejidad y la incertidumbre con la que se manifiestan las personas vestidas de autoridad por el simple hecho de portar un arma con la que tienen el poder de matar a diestra y siniestra, por motivos de la derecha o de la izquierda. Colombia está llamada a ser una nación sin asesinos en armas que la montan de guapos y de matones dedicados a cometer crímenes de lesa humanidad.

La paz es el camino, y quienes no lo entienden están muertos por la causa violenta. Son personas infrahumanas: necios a quienes se les debe modular el impulso de muerte. La guerra de la paz es un juego divertido que consiste en desarmar la voluntad de dominio y el poder matar. La paz es absoluta en cuanto que elimina todos los actos violentos, incluso los estallidos sociales de confrontación entre las fuerzas militares y de policía contra las ciudadanías de las organizaciones civiles, sociales y sindicales.

Las vanguardias guerrilleras de la lucha revolucionaria obstruyen con su proceder las reivindicaciones que las comunidades en los territorios exigen a través de pliegos de negociación con el gobierno local, regional o nacional que representa al Estado. En la práctica, las guerrillas son violadoras de los derechos humanos de las multitudes desarmadas. La polarización no es más que el odio de los unos contra los otros ya que el uno no concibe la existencia del otro. La paz es una responsabilidad colectiva.

El nuevo estallido social va de frente con el desarme, tanto el de la mente como el de las armas. La mente consciente no aprieta el gatillo, no hunde el puñal en cuerpo ajeno ni envenena el agua. Los pacíficos tienen que desarmar a los violentos sin destruir las armas ni matar a los potenciales asesinos. Hay que recordar que no hay revolución sin evolución ni evolución sin revolución. No matar es una utopía en verdad a la re-evolución.

 

 

 

La corrupción, un virus al que hay que vacunar

Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com

 

Hay una sola clase que se mueve por el planeta y que está representada por el ser humano. La diferencia entre unos y otros es su quehacer diario y sus ambiciones futuras. Desde principio a fin todos tenemos un comienzo y un final donde los dos extremos vienen sin nada material. Solo su intelecto que los hace distintos los unos de los otros.

Si una sociedad es primitiva, ella se mueve al ritmo de sus necesidades y sobreviven según la fuerza de su naturaleza individual. Aquí no hay un dios salvador o una vida eterna después del final. Todos somos iguales al final del ciclo vital.

En la estela de la evolución unos están adelante, otros en el mismo lugar, otros en proceso de aprendizaje y acumulación de experiencias y los más avanzados viviendo de ese conocimiento y observando al resto del mundo en su lucha por alcanzar lo que creen que carecen para llenar ese vacío interior y vivir cómodamente.

 

La ambición de unos, estos que no tienen capacidad de entender lo que es la vida, se lanzan al encuentro con otros como ellos a fastidiar al resto de la humanidad en la adquisición de bienes que creen que los harán felices. Pero así no funciona la naturaleza humana.

 

Las grandes riquezas existentes en estos días en el mundo se han logrado por golpes de suerte y el manejo de la tecnología. Ahora ellos no saben qué hacer con esas fortunas y tratan de repartirlas dentro de sociedades en desigualdad de calidad de vida.

Con la corrupción no se hacen grandes fortunas, ella hace más daño a su alrededor y afecta la vida de cientos de personas. La ignorancia promueve estos actos corruptivos y por eso las cárceles están ocupadas por estos criminales sociales.

La corrupción en los Estados nace por el mal manejo de las leyes sobre la cotidianidad de la vida. La gente no quiere pagar por algo que consideran que debe estar exenta de impuestos o que el precio es elevado. Las aduanas son los mayores generadores de corrupción, Además los impuestos establecidos son otro dolor de cabeza para los usuarios y dueños de empresas. Siempre están evadiendo el pago de ellos y recibiendo en efectivo los pagos.

 

Otra de las modalidades es el porcentaje que cobren los políticos por sus servicios y el pago a quienes financiaron sus campañas políticas. Todo esto es un círculo vicioso que jamás va a parar.

 

Al final del día, todos somos corruptos sin haberlo pensado dos veces.

 

 

 

Hay que revisar nuestra agenda de sobrevivencia y madurar intelectualmente para poder hacer los correctivos necesarios que permitan que nuestra vida esté un poco limpia de tanta suciedad que nos rodea.

Hay sociedades que han logrado avanzar lentamente en su integración hacia una calidad de vida libre de sobresaltos, desconfianzas entre unos y otros y vivir con las puertas abiertas porque no hay temor de ser asaltados por un desubicado social.

 

EMPUÑANDO LA ESPADA
Crónica #1117

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Audio: https://youtu.be/bSFAIPlEhgU

 

El gesto del presidente Petro, vestido de suéter rojo y guantes blancos empuñando la espada de Bolívar, tiene tanto de largo como de ancho.

Si dentro de la nutrida lista de símbolos que ha querido usar durante su mandato y en los aposentos de la Casa de Nariño, este gesto tan rotundo es uno de ellos, resulta desfasado, provocador y demasiado contradictorio como actitud violenta para alguien que insiste en predicar y ejecutar la paz total.

Pero si a más de simbólico, el gesto pretendía enviar un mensaje a distintos estamentos, corre el riesgo de ser muy mal recibido por la mayoría de a quiénes está dirigido y se convierte más bien en una voz de alarma para el resto de ciudadanos que vimos elegir a un exguerrillero presidente y ahora contemplamos a un presidente guerrillero que, espada en mano abandona su rol de primer mandatario responsable para librar, al menos en su imaginario desbocado, una guerra de guerrillas contra el Congreso, contra las Cortes y quizás hasta contra sus propios ministros y contra los votantes que no lo apoyen.

Y si acaso ese gesto, más dramático que comediante, de empuñar una espada polémica pretende recordarnos que su modelo como gobernante es el del leninista de Chávez, que hizo lo mismo en Venezuela con la otra espada de Bolívar, el efecto de esta actitud del primero de mayo se torna en asustador para quienes siempre dijeron, y siguen cacareando, que Petro dizque va a convertir a Colombia en otra Venezuela, navegando entre la escasez de comida, medicamentos y combustibles.

 

En palabras más concretas, ese gesto de Petro en la plaza de Bolívar, por donde se le mire ha terminado siendo mucho más estruendoso que lo buscado por el presidente y sus asesores de imagen y ha renovado peligrosamente el pánico nacional, espantando la serenidad muy lejos de la ruta por donde debe conducirnos un gobernante en tiempos de crisis.

El Porce, mayo 6 del 2025

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
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Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

Rubén Darío Varela Hurtado

 

 
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Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

Agustin Perozo

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