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         Año 76 - OPF™ "Online Periodical Format ©" Edición: 13.482-1062- Pereira, Colombia / Miércoles 07 de Mayo de 2025

Sommer detiene el sueño culé en una noche que rozó lo épico

en el cierre del Campeonato Mundial Juvenil de Levantamiento de Pesas disputado en Lima, Perú. La delegación nacional completó una destacada actuación que reafirma su lugar entre las grandes potencias juveniles de este deporte. El equipo masculino se coronó subcampeón en la clasificación general, en una competencia que reunió a los talentos emergentes más prometedores del mundo.

La jornada final estuvo marcada por el brillo de Yairan Sofía Tysforod Rivas, quien subió a lo más alto del podio en la categoría de más de 87 kilogramos. La pesista antioqueña logró el oro en arranque al levantar 111 kg, y además se colgó la plata en el total, con 242 kg. Su actuación fue la guinda para una cosecha que cerró con once medallas: dos de oro, ocho de plata y una de bronce.

En esa misma jornada, los colombianos John Martínez y José Urrego compitieron en +109 kg. Aunque no lograron medallas, sumaron puntos importantes para el balance final del equipo. Martínez fue octavo en arranque y décimo en envión, mientras que Urrego terminó 14° y 13°, respectivamente.

“Nuestro objetivo era llevar al equipo masculino al podio y se cumplió”, aseguró el entrenador nacional Luis Carlos Arrieta. El técnico también expresó su pesar por no haber contado con equipo femenino completo, lo cual limitó la defensa del título alcanzado el año anterior.
 

Con garra, paciencia y un tenis cada vez másmaduro, Emiliana Arango selló el martes su clasificación al cuadro principal del WTA 1000 de Roma, uno de los torneos más prestigiosos de la gira europea sobre polvo de ladrillo. La tenista antioqueña venció en la ronda final de la qualy a la francesa Leolia Jeanjean, en un duelo que tuvo de todo: altibajos, lucha mental y un desenlace inesperado por retiro de su rival cuando el marcador era 4-6, 7-5 y 3-0 a favor de la colombiana.

Con este triunfo, Arango suma 40 valiosos puntos en el ranking de la WTA y se convierte en la segunda representante del país en el cuadro principal del torneo romano, acompañando a Camila Osorio. La cucuteña, actualmente en el puesto 55 del mundo, se medirá ante Victoria Azarenka, en un choque con historia: ya se habían cruzado en Roma en 2021, con victoria para la ex-número uno del mundo.
 

Para Emiliana, esta será su quinta experiencia en cuadros principales de torneos WTA 1000, lo que refleja su crecimiento sostenido en el circuito. Después de una racha complicada —cinco derrotas consecutivas en debuts—, el triunfo en Italia llega como un envión anímico clave. Su rival en primera ronda será la polaca Magdalena Frech, ubicada en el puesto 25 del mundo, y que parte como favorita en el papel.

Arango, actual número 97 del ranking, sigue consolidando su nombre entre la nueva generación del tenis colombiano femenino. Su presencia en Roma es una señal clara de que está lista para grandes escenarios, con hambre de competir y la capacidad de incomodar a rivales con más experiencia. El polvo de ladrillo romano ya tiene sabor colombiano.

En una noche que quedará grabada en la memoria del fútbol europeo, el FC Barcelona se despidió de la Champions League con la frente en alto tras caer 4-3 en el global frente al Inter de Milán. El conjunto dirigido por Hansi Flick tocó el cielo durante unos minutos, pero Yann Sommer —con una actuación monumental— se convirtió en el muro que impidió la gesta final. Un gol de Frattesi en la prórroga fue el punto final de una eliminatoria que ya se instala entre las más emocionantes del siglo.

El San Siro Stadium vibró como pocas veces. El Inter salió decidido a imponer condiciones y lo logró durante gran parte del primer tiempo. Con Lautaro como estandarte —anotando y forzando un penalti—, y con la brújula de Çalhanoglu manejando los tiempos, los italianos parecían tener el billete a Múnich sellado desde el minuto 45. El 2-0 parcial ponía a los de Simone Inzaghi en ventaja, mientras que el Barcelona se veía obligado a remontar un Everest.

Pero este Barcelona, joven y osado, no se rinde. Lo que mostró el equipo catalán en la segunda parte fue una lección de carácter, de ambición y de fútbol. Pese a los errores del primer tiempo —como la pérdida de balón de Dani Olmo que desencadenó el primer gol interista—, Flick no movió sus fichas. Apostó por los mismos y encontró respuesta. El joven Gerard Martín, una revelación que hace apenas dos años jugaba en el Cornellà, firmó un partido soberbio. Cubarsí, a pesar del penal cometido, se rehízo como un veterano. Y lo de Yamal ya es otro nivel.

El niño maravilla fue una pesadilla constante para la zaga italiana. Ni Dimarco ni Carlos Augusto pudieron con su habilidad, ni con su desparpajo. El extremo español fue el motor de una remontada que se fraguó con goles de Eric García, Dani Olmo —quien se reivindicó tras un inicio flojo— y finalmente Raphinha, quien aprovechó un rebote de Sommer para marcar el 2-3 a falta de dos minutos para el final. El Barcelona, con el alma, se había levantado. El Siro enmudecía. El Inter temblaba.

Pero el fútbol, como tantas veces, tiene sus propios caprichos. En el 93’, cuando la hazaña culé parecía completarse, Acerbi apareció para igualar el global y forzar la prórroga. Fue un mazazo, pero no un entierro. El Barça lo siguió intentando, y Lamine tuvo el cuarto en sus pies con un disparo que se estrelló en el poste. Era la jugada del partido. El destino no quiso.

Y en la prórroga, otra vez, apareció el factor diferencial: Yann Sommer. El suizo fue un muro inexpugnable. Detuvo disparos de todos los colores, mantuvo a flote a un Inter que resistía con lo justo, y cuando Frattesi encontró espacio para batir a Szczesny, todo cambió. El gol silenció al Barça, que, aún así, no dejó de empujar.

Con más corazón que piernas, el equipo de Flick buscó la igualada hasta el último suspiro. Pero el tiempo se acabó. El árbitro Marciniak, que dejó más de una decisión polémica en el camino —como un posible penalti a Yamal que el VAR ubicó fuera del área—, señaló el final. El Inter celebró. El Barça se desplomó, no por falta de entrega, sino por la brutal exigencia del encuentro.

“No hay nada que reprochar”, dirían muchos. Y tienen razón. El Barcelona cayó de pie, siendo fiel a un estilo que no negoció ni en la adversidad. Apostó por su juventud, por su  ADN, por un fútbol valiente. Y aunque el resultado no fue el deseado, la actuación dejó claro que este equipo tiene mucho futuro. Si se sigue creyendo, pronto volverá a estar en una final.