EL IMPARCIAL | Página 15


Pereira, Colombia - Edición: 13.501-1081 Fecha: Jueves 29-05-2025	TECNOLOGÍA		-14
Aura, la humanoide que llega para revolucionar la ciencia y la educación en Colombia
		debates críticos y construir pensamiento. Su arquitectura abierta, que permite integrar sensores personalizados y modificar comportamientos a través de software, la convierte en un espacio de experimentación en el que estudiantes y profesores podrán explorar tanto las posibilidades como los límites de la inteligencia artificial encarnada. Desde el punto de vista técnico, Aura puede ser configurada con entre 23 y 43 grados de libertad, según la complejidad de sus extremidades. Las versiones más avanzadas incluyen manos hábiles con sensores táctiles, que le permiten manipular objetos con una precisión que recuerda a la destreza humana. Gracias a la plataforma UnifoLM, desarrollada por la empresa china Unitree Robotics, puede también aprender tareas por observación y mejorar con la práctica. En un mundo donde la IA se ha vuelto omnipresente —desde algoritmos que nos recomiendan series hasta asistentes virtuales que responden preguntas básicas—, Aura propone una experiencia diferente. Se trata de un cuerpo en movimiento, un agente con presencia física que comparte espacio con nosotros, que nos observa y que puede, con el tiempo, aprender a conocernos. Esta interacción física y emocional con una máquina consciente de su entorno redefine lo que entendemos por convivencia entre humanos y sistemas inteligentes. Aura no solo asiste: participa, incide, desafía. En un aula, no es una simple extensión de una pantalla, sino una presencia que puede mirar a los ojos, responder preguntas y hasta replicar gestos humanos. En definitiva, la llegada de Aura a la Universidad de los Andes marca un antes y un después en la educación superior en Colombia y la región. Representa un símbolo de lo que la ciencia, cuando se combina con el pensamiento crítico y la voluntad de explorar lo desconocido, puede llegar a construir. No es solo una humanoide. Es un llamado a pensar el futuro desde el presente, con inteligencia, sensibilidad y visión de conjunto.
La Universidad de los Andes dio un paso firme hacia el futuro con la llegada de Aura, el primer robot humanoide integrado por una universidad en toda Latinoamérica. Aunque en principio parece una pieza más de tecnología avanzada, su presencia encierra una ambición mucho mayor: transformar profundamente la forma en que se investiga, se enseña y se aprende en Colombia. Aura no es simplemente una máquina sofisticada con forma humana. Es, ante todo, un proyecto colectivo. Su nombre no fue elegido al azar, sino fruto de un concurso abierto convocado por la Facultad de Ingeniería, en el que participaron estudiantes, docentes y personal administrativo. "Aura" fue la propuesta ganadora por su resonancia con lo etéreo, lo humano, lo inteligente: una entidad que, aunque hecha de metal, cables y algoritmos, busca conectarse con la experiencia humana desde una dimensión simbólica. Detrás de su diseño elegante y su tamaño compacto —1.32 metros de altura y 35 kilogramos de peso— se esconde una sofisticación técnica que la hace capaz de caminar, correr, sentarse y levantarse con sorprendente agilidad. Alcanza velocidades de hasta 7 km/h, y cuenta con una batería de carga rápida, un procesador de ocho núcleos y conectividad de última generación. Pero lo que realmente distingue a Aura no es su potencia, sino su versatilidad. Está equipada con sensores avanzados como un sistema LiDAR 3D, una cámara de profundidad Intel RealSense y micrófonos con cancelación de ruido. Estos elementos le permiten interactuar con el entorno de forma autónoma y adaptativa. Aura no es una simple ejecutora de órdenes preprogramadas, sino una plataforma abierta que permite la personalización, el aprendizaje por imitación y la expansión constante de sus capacidades. En palabras de Rubby Casallas, decana de la Facultad de Ingeniería, Aura será un catalizador de cambios profundos dentro del ecosistema universitario. “Su presencia es una oportunidad única para fomentar la investigación interdisciplinaria y reflexionar sobre el papel que tendrán los robots en nuestra vida cotidiana”, afirmó. Y es que	Aura no solo servirá a ingenieros o programadores: su utilidad abarcará campos como la ética, la filosofía, el diseño, la sociología y la educación. Ya hay estudiantes que han visualizado cómo Aura puede potenciar sus proyectos. Juan Felipe Ruiz y Nicolás Correal, de Ingeniería Electrónica, que han representado a Colombia en competencias internacionales de robótica, están convencidos de que este humanoide abrirá nuevas fronteras en el desarrollo de software, inteligencia artificial y sistemas de percepción. “Aura nos permite hacer realidad cosas que antes solo podíamos imaginar o simular”, comentan con entusiasmo. Pero con todo avance tecnológico de esta magnitud también surgen preguntas esenciales. Carlos Francisco Rodríguez, vicedecano académico de la Facultad, subraya que la llegada de Aura plantea retos que van más allá de lo técnico. “Estamos ante una oportunidad, pero también ante una responsabilidad. El avance de los humanoides puede transformar sectores como la salud, la agricultura o la industria, pero también nos obliga a pensar en nuevas normas, marcos legales y criterios de responsabilidad”, advirtió. En ese sentido, Aura también representa una invitación a pensar. ¿Cuál será el rol de los humanoides en una sociedad marcada por la desigualdad? ¿Cómo se garantiza que la automatización no profundice brechas ya existentes? ¿Qué significa enseñar y aprender con un ser artificial que puede hablar, observar y decidir por sí mismo? La Universidad de los Andes no quiere que Aura sea vista solo como una proeza técnica, sino como una herramienta para promover

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