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generación es el
campo de visión de 80°,comparado con los escasos 35° de su predecesora. Esta
mejora permite a los sensores "ver" una porción más amplia del entorno, lo que
se traduce en mejores capacidades de detección de objetos, reconocimiento de
texto y mapeo espacial. Y si bien estos detalles son técnicos, tienen
implicaciones prácticas enormes. Imagina unas gafas que no solo te indiquen
dónde estás, sino que te describan en tiempo real qué tienes frente a ti, desde
un cartel publicitario en chino hasta la ruta más eficiente para salir de una
estación de metro.
No obstante, hay que aclarar que todavía no existe una fecha concreta de
lanzamiento, ni un precio estimado. Todo indica que Meta no tiene prisa. El
objetivo principal, por ahora, es seguir refinando el dispositivo junto con
investigadores, ingenieros y potenciales socios industriales, para garantizar
que el salto al mercado de consumo masivo sea realmente disruptivo y no solo una
novedad más.
La visión de Meta con Aria Gen 2 no es sustituir el smartphone ni competir con
otros wearables. Su enfoque es crear un puente real entre el mundo físico y el
digital, permitiendo que la inteligencia artificial no solo reaccione a nuestras
órdenes, sino que proactivo y contextualmente nos acompañe. Un concepto que,
aunque suene futurista, empieza a materializarse en este dispositivo.
También es importante resaltar que todo el ecosistema de desarrollo de Aria está
siendo compartido con la comunidad científica a través de herramientas de código
abierto, lo cual es poco común en una empresa del tamaño de Meta. Esto permite
que laboratorios de investigación, startups tecnológicas e incluso instituciones
gubernamentales puedan experimentar con los datos recolectados por las gafas y
proponer nuevos usos para la plataforma. Algunos ya imaginan un futuro en el que
estas gafas puedan asistir a personas con dificultades visuales, interpretar
señales del entorno para mejorar la movilidad urbana, o servir como asistente
médico en tiempo real. Las posibilidades parecen tan amplias como la imaginación
de quienes las usen.

Si algo queda claro con este prototipo, es que Meta no solo quiere estar
presente en el metaverso, sino que también pretende redibujar la realidad tal
como la conocemos, añadiendo una capa de compresión digital constante, útil y
personalizada. Las gafas Aria Gen 2 son, en efecto, un primer vistazo a ese
futuro. Un futuro que, al ritmo que avanza la tecnología, podría estar mucho más
cerca de lo que pensamos.
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En un
rincón luminoso de las oficinas de Meta en California, un grupo de
investigadores sostiene con delicadeza un prototipo que, de entrada,
podría parecer un simple par de gafas. Pero bastan unos segundos
para entender que lo que tienen en sus manos es mucho más que un
accesorio óptico. Se trata de Aria Gen 2, la segunda generación de
gafas inteligentes desarrolladas por Meta, la gigante tecnológica
dirigida por Mark Zuckerberg, y que promete cambiar la manera en que
las personas interactúan con el mundo físico gracias a la
inteligencia artificial.
Lo que comenzó como un ambicioso experimento de investigación bajo
el nombre de Project Aria, ahora toma forma con una propuesta
tecnológica tan avanzada que ya muchos la consideran el paso previo
a la verdadera computación espacial. El modelo anterior, lanzado en
2020 como Aria Gen 1, había servido como banco de pruebas para que
más de 200 instituciones académicas y socios tecnológicos probarán
cómo podrían convivir los humanos con una interfaz digital
incrustada en la realidad cotidiana. El nuevo modelo es, en cambio,
un salto tecnológico que busca romper la barrera entre lo que vemos
y lo que la tecnología puede interpretar por nosotros.

Aunque el dispositivo aún se encuentra en etapa de prototipo, Meta
ha compartido por primera vez imágenes detalladas y especificaciones
técnicas del Aria Gen 2, revelando no solo su diseño, sino también
sus ambiciones.
Estas gafas no están diseñadas únicamente para mostrar
notificaciones o capturar fotos al estilo de las Ray-Ban Meta, que
han sido bien recibidas por el público por su funcionalidad sencilla
y estética discreta. Aria Gen 2 va más allá:
son verdaderas minicomputadoras portátiles diseñadas para leer tu
entorno en tiempo real. Equipadas con una cámara de 12 megapíxeles,
sensores de seguimiento ocular, reconocimiento espacial,
micrófonos inteligentes,
sensores de luz ambiental, presión atmosférica
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y fotopletismografía (PPG), pueden literalmente observar y
analizar lo que ocurre
frente a ti, incluso en condiciones de baja iluminación. Y todo
eso en un dispositivo que apenas pesa 75 gramos.
A diferencia de otros productos orientados al entretenimiento o la comunicación,
este prototipo de Meta fue pensado desde sus cimientos como una herramienta de
exploración del mundo físico. Por eso, está dirigido especialmente a la
comunidad investigadora y académica, aunque no se descarta que en el futuro una
versión más pulida pueda llegar a manos del consumidor común. Hasta ahora,
empresas como BMW han utilizado el hardware para investigar cómo se podrían
integrar sistemas de realidad aumentada dentro de sus vehículos, por ejemplo
para brindar información contextual al conductor sin distraerlo.

Uno de los elementos más llamativos del Aria Gen 2 es su sistema de sensores
distribuidos por toda la montura, que permiten desde medir la frecuencia
cardíaca del usuario hasta conectarse con satélites o redes inalámbricas para
mejorar la precisión del entorno mapeado. Esta arquitectura convierte las gafas
en un dispositivo de monitoreo y análisis multisensorial, que puede ser usado
tanto en investigaciones médicas como en entornos industriales.
También cuenta con audífonos integrados con cancelación de ruido activa, algo
que sugiere que Meta tiene claro que este dispositivo también puede ser una
puerta a una nueva forma de consumir contenido sonoro o interactuar por comandos
de voz. Los altavoces estéreo ubicados en los laterales son discretos, pero
potentes, y se complementan con micrófonos que, en teoría, pueden distinguir una
conversación incluso en entornos ruidosos.
En cuanto a la experiencia visual, uno de los grandes saltos frente a la primera
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