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 Edición Nº 12.447-27 Fecha: 02-3-2013                                                                                                                                                                        El Imparcial 

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INTERNACIONAL

 

Obama vincula la seguridad nacional a lograr un acuerdo sobre el déficit



El presidente de EEUU, Barack Obama, habla en la Casa Blanca sobre el déficit ante representantes de las fuerzas del orden.

BRENDAN SMIALOWSKI (AFP)
Superado el abismo fiscal in extremis el primer día de este año retrasándolo dos meses, el presidente se enfrenta ahora a lo inevitable: su segunda parte. Hoy ha comenzado una cuenta atrás de diez días hasta el próximo 1 de marzo, fecha en la que si no se llega a un acuerdo en el Capitolio sobre cómo financiar el gasto debe de entrar en vigor el mecanismo conocido como sequester y que básicamente consiste en una reducción drástica del gasto en programas sociales y de defensa por valor de 1,2 billones de dólares en los próximos diez años –empezando ya por un tijeretazo de 85.000-.
Hablando desde la Casa Blanca y rodeado por bomberos y personal de las fuerzas del orden y primeros auxilios –grupo que, según la Casa Blanca, se vería muy afectado por el sequeste, Barack Obama ha presionado a los legisladores republicanos para que lleguen a un acuerdo con los demócratas para evitar unos recortes que “no ayudarán a la economía”. “No crearán trabajos, harán lo contrario a lo que queremos”, ha enfatizado el presidente, quien aterrizó en la noche del lunes en Washington tras tres días de descanso en Florida aprovechando el largo fin de semana de President´s Day –con fuertes críticas por parte del cuerpo de prensa por la nula accesibilidad que ha tenido a él en esos días-.
Obama ha comparado la maniobra que el Congreso se dispone a efectuar el próximo día 1 con la imagen gráfica de lo que hace el afilado cuchillo de un carnicero. “Estos recortes no son inteligentes, no son justos”, ha declarado Obama al insistir en que la gente perderá sus puestos de trabajo. La aproximación cuchillo de carnicero supondrá sobre todo el despido de profesores; recortes en el sistema del control aéreo de los aeropuertos; vacaciones forzosas –sin paga- a miembros de agencias de seguridad como el FBI; cierre de casos federales con la puesta en la calle de supuestos criminales; y la puesta en peligro de la seguridad nacional, ya que la mitad de los recortes corresponden a Defensa.
De momento, y según ha dejado saber el presidente, la sóla amenaza de estos recortes ya ha impedido el traslado de un portaaviones al Golfo Pérsico. “Como nuestros líderes militares han dejado claro, cambios como este –que no han sido meditados a fondo- afectan y reducen nuestra capacidad de responder a amezazas”.
La sóla amenaza de estos recortes ya ha impedido el traslado de un portaaviones al Golfo Pérsico
Obama ha propuesto evitar esos salvajes recortes con una reforma del sistema de recaudación impositivo que contribuya a la reducción del déficit sin impedir el desarrollo de programas de financiación pública –como el Medicare y el Medicaid, la ayuda sanitaria a los mayores y a los más desfavorecidos-. El presidente ha insistido en que la solución a la situación actual pasa por la reforma del sistema de recaudación de impuestos, cuyos errores y mal diseño permiten a los más ricos evitar pagar cuotas más altas mientras que es la clase media la que hace una mayor aportación al gasto público.
Así las cosas, es bastante probable que el temido sequester entre en vigor el próximo 1 de marzo. En estos momentos, el Congreso se encuentra de vacaciones y las sesiones no se retoman hasta el próximo lunes. Pero también puede suceder que ambas cámaras lleguen a un acuerdo para retrasarlo, como sucedió el 1 de enero cuando se llegó al acuerdo para evitar el abismo fiscal. Cabe recordar que la actual situación viene heredada del enfrentamiento que sufrió la Casa Blanca y la Cámara de Representantes en agosto del año 2011, cuando el déficit amenazó con bloquear el funcionamiento del país.
Entonces se llegó a un pacto que lo que hizo básicamente fue aplazar un acuerdo definitivo sobre los impuestos y el presupuesto de programas federales hasta después de las elecciones del pasado noviembre esperando que los comicios fueran un refrendo para las políticas demócratas –subida de impuestos a los más ricos- si era reelegido Obama o las republicanas si llegaba a la Casa Blanca el candidato conservador. El sequester forma parte de la Ley de Control Presupuestario que el presidente firmó en 2011 y que establece que, si el Congreso es incapaz de llegar a un acuerdo para reducir el déficit, se aplicará de manera automática y a lo largo de 10 años una serie de recortes del gasto público por un total de 1,2 billones de dólares.


Estados Unidos y China, ante la primera ciberguerra fría


La Casa Blanca describió este martes los reiterados ataques cibernéticos, que una investigación reciente vincula directamente con una unidad secreta del Ejército chino, como “un serio desafío para la seguridad y la economía de Estados Unidos”, lo que es la señal de que una nueva guerra fría, en el desconocido e incontrolable espacio de Internet, ha comenzado entre las dos grandes potencias que se disputan la supremacía en el siglo XXI.
Sin acusar directamente a China, por el miedo a la reacción de ese país, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, aseguró que el presidente Barack Obama “tomará todas las medidas que sean necesarias” para atajar ese peligro, al tiempo que pidió al Congreso la aprobación de legislación más eficaz para hacer frente a esta ciberguerra, ya inevitable. La semana pasada, Obama firmó, como se hace ante cualquier amenaza exterior, un decreto que le da poderes especiales para responder a los ciberataques y, como añadió Carney, asistir a las empresas privadas que están siendo el blanco de esta ofensiva.
Para EE.UU. este es un asunto de importancia estratégica decisiva porque, no solo se enfrenta al riesgo tradicional de que sus secretos de seguridad caigan en mano de una potencia extranjera, sino al peligro nuevo de que, con la intrusión en la red de Internet, China pueda sabotear la actividad económica del país o inhabilitar servicios públicos básicos, como los de agua potable o energía eléctrica. Sin contar con el robo de tecnología que, además de costarle miles de millones de dólares a este país, aumenta extraordinariamente las capacidades de China y su competencia de cara al futuro.
El hecho de que sea China el origen de la casi totalidad de los ataques detectados hace este desafío mucho más peligroso y difícil de tratar. Aunque Carney aseguró ayer que el Gobierno norteamericano trata de abordar este problema en cada reunión bilateral, lo cierto es que las autoridades de Pekín han negado siempre cualquier responsabilidad en los ciberataques y suelen responder a las preocupaciones norteamericanas con promesas de investigaciones que nunca concluyen en medidas prácticas.
No podemos permitirnos que dentro de unos años nos preguntemos por qué no hicimos nada”
EE.UU., por su parte, trata de desarrollar una política de cooperación con China, a la que necesita por su fortaleza económica y por su influencia en regiones clave del mundo, y prefiere abordar la penetración a través de Internet con prudencia para no desencadenar una crisis de graves consecuencias potenciales para ambos lados.
Esa prudencia se hace, sin embargo, cada vez más difícil ante la acumulación de pruebas sobre la responsabilidad directa del régimen de Pekín en los ataques. La última y la más evidente es el informe de la compañía de seguridad Mandiant, situada en las afueras de Washington, que asegura que en los últimos seis años más de 140 empresas y organizaciones, casi todas de EE UU, han sido invadidas desde Internet por la Unidad 61398 del Ejército de Liberación Popular chino.
La Casa Blanca no ha querido calificar los datos obtenidos por una firma privada, pero es obvio que la presión sobre Obama para actuar contundentemente ha crecido considerablemente. Como afirma el congresista Mike Rogers, miembro del comité de Asuntos de Espionaje de la Cámara de Representantes, “esto confirma la actividad que nuestro comité ha venido detectando desde hace tiempo”.
El propio Obama, en su discurso sobre el estado de la Unión, la pasada semana, confirmó que “sabemos que países extranjeros están atacando nuestro secretos industriales”. “Nuestros enemigos”, dijo, “están ahora también desarrollando la capacidad para sabotear nuestra red eléctrica, nuestras instituciones financieras, nuestro tráfico aéreo. No podemos permitirnos que dentro de unos años nos preguntemos por qué no hicimos nada”.
Un análisis reciente suscrito por las 16 agencias de espionaje de EE.UU. citado por The New York Times, el primer diario que reveló el informe de Mandiant, mencionaba ya a la Unidad 61398 como la responsable de los ataques sufridos en los últimos años. Ese diario ha sido una de las víctimas de esas incursiones, que incluyen compañías tan diversas como Lockheed Martin, el mayor proveedor de las fuerzas armadas norteamericanas, hospitales o universidades.
La diversidad de los objetivos de esta ciberguerra es una de las principales razones de la alarma actual. Internet es, por definición, una red abierta y de comunicación inmediata. A estas alturas, es casi imposible protegerla por completo manteniendo las cualidades que la hacen imprescindible en el mundo actual. EE.UU. estudia mayores medidas de seguridad, pero cada de esas medidas puede encontrar en su día un hacker que la deje obsoleta.
Solo una negociación política con Pekín puede resolver eficazmente este problema. Es posible que Washington tendrá que recurrir a algunas medidas de presión con el fin de conseguir mayor colaboración de parte china. Pero, sobre todo, será necesario una evolución del régimen chino hacia el uso de prácticas compatibles con la legalidad internacional. Una de las excusas chinas es que también EE.UU. recurre a la ciberguerra, como ocurrió en el ataque al programa nuclear de Irán con el virus Stuxnet.
Dentro de la lógica de la rivalidad entre superpotencias, EE.UU. parece aceptar que tendrá que proteger sus secretos nucleares. Para lo que este país no está hoy preparado es para extender esas medidas seguridad al secreto de la Coca Cola, uno de los objetivos chinos.


Yoani hostigada en Brasil. "Ellos querían lincharme, yo conversar"

La disidente cubana, Yoani Sánchez, está en Brasil escoltada por 14 policías militares, según informan los diarios O Estado de São Paulo y O Globo de Rio.
Salió de su Cuba en busca de libertad. Escogió Brasil para su primera escala. Debía venir con el corazón sangrando de felicidad. Finalmente podía respirar los aires de la libertad de expresión a pleno pulmón, en un país democrático.
No fue así. A Yoani Sánchez, nada más poner pie en este país, un grupo de fanáticos pro Cuba le hizo masticar una comida que ella ya conocía y sufría desde hace 15 años en su lucha por la libertad en Cuba: la de la intolerancia.
Fue recibida con silbidos, empujones e insultos y le impidieron presentar en su primer acto de encuentro con los brasileños, en Bahía, el film que había venido a proyectar sobre sus experiencias en Cuba. Preocupadas las autoridades ante otras posibles agresiones han preferido ponerle una fuerte escolta.
Yoani acaba de escribvir en su blog: "Ellos querían lincharme, yo conversar", Y añade: "Gritaban consignas que ya no se escuchan ni en Cuba".
La víspera de su llegada, la revista Veja había destapado que los servicios secretos cubanos habían distribuido en Brasil, con la complicidad de grupos extremistas de izquierdas, informaciones falsas sobre Yoani. Avezada en estas lides de luchar contra la intolerancia fascista, la disidente fue elegante. Se refugió en una sala con sus seguidores y comentó que “ya quisiera para Cuba esa libertad de poder ser contestada”, esa libertad de poder expresar en público la protesta sin que pase nada.

(sigue en la siguiente columna)

 

Chávez recibe tratamiento en un hospital de Caracas convertido en búnker

 


Fachada del hospital caraqueño donde está

ingresado Chávez. JUAN BARRETO (AFP)

 

Alfredo Meza Caracas
El Hospital Militar Carlos Arvelo de Caracas guarda desde el domingo el verdadero alcance de la enfermedad del presidente venezolano, Hugo Chávez. Lo conocen los gobernadores chavistas, que ayer asistieron a una reunión con el vicepresidente, Nicolás Maduro, y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, en la que fueron informados de la evolución del cáncer; lo sabe también el presidente de Bolivia, Evo Morales, que viajó a la capital para tratar de descifrar el secreto mejor guardado del Caribe.
Y lo intentan conocer los partidarios del presidente, que desde el lunes se congregaron cerca del centro de salud para celebrar su regreso. Ayer se retiraron siguiendo órdenes de la alta jerarquía del Partido Socialista Unido de Venezuela, que pidió “respetar el entorno del presidente”. La vigilia se ha trasladado ahora a las plazas Bolívar de Venezuela.
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No es la primera vez que Chávez es internado en el Hospital Militar, inaugurado por el dictador Marcos Pérez Jiménez en 1956. Allí se enfrentó a la tercera fase de su tratamiento entre agosto y septiembre de 2011 y fue operado de la vista en 1993. Esos detalles tal vez no sean ahora del todo importantes. Al margen de la calidad de su plantilla médica, el Hospital Militar Carlos Arvelo reúne todas las condiciones para que se mantenga el misterio: un piso, el noveno, que solo atiende a oficiales de alto rango, custodiado por la Policía Militar, a la que se ha sumado, según medios locales, agentes de inteligencia, camuflados entre un personal que tiene acceso parcialmente restringido al lugar donde está el presidente.
Según los medios locales, agentes secretos se han incorporado al plantel del hospital para reforzar la seguridad
Situado al oeste de Caracas y muy cerca de los enclaves chavistas más radicales, el centro es una estructura que, como casi todas, exhibe en su fachada una imagen enorme del mandatario acompañada de expresiones como “Revolución, independencia, salud o nada”. En los Gobiernos anteriores solo podían ser atendidos militares activos o retirados, junto a sus familiares. Era una taza de plata en medio de la decadencia del sistema de salud público, pero no era —ni es— una institución especializada en el tratamiento del cáncer.
Chávez integró el centro a uno de sus programas sociales, Barrio Adentro, y desde entonces, los signos de deterioro se han acrecentado. “Y al ampliar el número de pacientes tiene que disminuir la calidad”, agrega el exministro de Defensa Fernando Ochoa Antich.
La llegada de Chávez hizo madrugar a la oposición. Las inesperadas noticias sobre el comandante-presidente siempre suceden en la madrugada. A esa hora fue su puesta de largo, el 4 de febrero de 1992, cuando comandó la intentona golpista contra Carlos Andrés Pérez. Tarde en la noche, el 14 de abril de 2002, regresó a Miraflores después de que militares leales lo repusieran en su cargo tras la asonada encabezada por el empresario Pedro Carmona Estanga. Y regresó a Venezuela, este 18 de febrero, a las 2.30, acompañado por sus familiares cercanos.
Dos horas después, mientras los caraqueños aún dormían, ya estaba en su habitación del Hospital Militar Carlos Arvelo. “Volvió, volvió, volvió!”, escribió el ministro de Información, Ernesto Villegas, en su cuenta de Twitter, casi al mismo tiempo que lo hicieron dos de los principales jerarcas del régimen: Diosdado Cabello y el ministro de Ciencia y Tecnología, yerno también de Chávez, Jorge Arreaza.
Su regreso ha puesto de relieve nuevamente la batalla por la sucesión, un tema que el Gobierno no rehúye. El domingo, el periodista y exvicepresidente José Vicente Rangel citó en su programa de televisión los resultados de una encuesta hecha por la firma Hinterlaces, que asegura que el delfín de Chávez, el vicepresidente Nicolás Maduro, sacaría 14 puntos de ventaja al excandidato presidencial y actual gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, si ambos llegaran a enfrentarse en las urnas.


Una empresa de EE UU acusa al Ejército chino de ciberataques

 


 

Las fuerzas armadas chinas están detrás de un gran número de ataques informáticos contra Estados Unidos, según expertos en ciberseguridad de Mandiant.
Una unidad secreta del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino está detrás de un gran número de ataques informáticos sufridos por empresas y organismos en Estados Unidos, según un informe hecho público por la empresa estadounidense de seguridad en Internet Mandiant. El documento asegura que cientos de investigaciones realizadas en los tres últimos años muestran que grupos que han ciberatacado agencias gubernamentales, compañías y periódicos americanos “tienen su base principalmente en China y que el Gobierno chino está al tanto de ellos”. Pekín ha rechazado las acusaciones.
El informe encargado por The New York Times y otros medios a Mandiant para que rastreara y limpiara sus sistemas informáticos, identifica la Unidad 61398 del EPL, con sede en Shanghai, como la responsable. Las firmas digitales de sus incursiones virtuales han sido rastreadas hasta un edificio de 12 pisos en el barrio financiero de Pudong, en Shanghai. Según Mandiant, esta división del Ejército chino está integrada, posiblemente, por miles de empleados, que dominan el inglés y las técnicas de programación y gestión de redes. La unidad ha robado “cientos de terabytes de datos de al menos 141 organizaciones en un amplio conjunto de industrias desde 2006”, señala.
La mayoría de las víctimas están localizadas en Estados Unidos, según el informe. Pero no solo. También hay, aunque en menor número, en Canadá y Reino Unido. La información sustraída va desde detalles de operaciones empresariales, como fusiones y compras, a correos electrónicos de altos directivos, según el estudio, hecho público en Estados Unidos este lunes.
“La naturaleza del trabajo de la Unidad 61398 es considerada en China secreto de Estado. Sin embargo, creemos que está implicada en Operaciones de Redes Informáticas dañinas”, señala el documento, informa Reuters. “Es hora de admitir que la amenaza se ha originado en China, y hemos querido hacer nuestra contribución para armar y preparar a profesionales de la seguridad con objeto de combatir esa amenaza de forma efectiva”.
El informe se centra, en particular, en un grupo, al cual llama APT1 –siglas de Advanced Persistent Threat (Amenaza Persistente Avanzada)-, que, según dice, ha sustraído enormes cantidades de información y ha tenido como blanco infraestructuras críticas como la red de energía eléctrica de Estados Unidos. “Creemos que APT1 es capaz de proseguir una campaña de ciberespionaje tan larga y amplia, en gran parte, porque recibe apoyo directo del Gobierno”, dice Mandiant, que identifica APT1 con la Unidad 61398.
En las últimas semanas, ciberataques a los diarios estadounidenses New York Times y Wall Street Journal, así como otros efectuados al servicio de mensajes cortos Twitter, han sido relacionados con piratas informáticos chinos. El New York Times ha afirmado que hackers robaron claves y accedieron a los ordenadores personales de 53 empleados, después de que publicara una información sobre la fortuna acumulada por la familia del primer ministro chino, Wen Jiabao.
Un informe del Congreso de Estados Unidos del año pasado aseguró que entidades cada vez más diestras respaldadas por el Gobierno chino están intentando entrar en los sistemas estadounidenses, y llamó al país asiático “el actor más amenazante en el ciberespacio”.
China ha rechazado repetidas veces estas acusaciones y ha dicho que ella misma es víctima de los piratas. Así lo ha vuelto a afirmar hoy. “Los ataques de hackers son transnacionales y se pueden ocultar. Determinar su origen es muy difícil. No sabemos cómo pueden sostenerse las evidencias de ese llamado informe”, ha declarado Hong Lei, portavoz de Exteriores, informa Reuters. “La crítica arbitraria, basada en datos rudimentarios es irresponsable, no profesional y no ayuda a resolver el problema (…) China se opone rotundamente al pirateo”, ha asegurado, para añadir a continuación que el país “es una gran víctima de los ciberataques”, y que “de todos los que sufre China, los procedentes de Estados Unidos figuran en primer lugar”.
El Diario del Pueblo —órgano de propaganda del Partido Comunista Chino— rechazó en los mismos términos a principios de febrero las acusaciones de que está detrás del pirateo al New York Times o el Wall Street Journal. “Incluso quienes tienen poco conocimiento de Internet saben que los ataques de hackers son transnacionales y se pueden ocultar”, señaló en un artículo publicado en primera página. “Las direcciones IP, simplemente no constituyen prueba suficiente para confirmar el origen de los piratas”.
El periódico chino acusó a Estados Unidos de avivar “el miedo a China” por interés propio, para “contener” el ascenso del país asiático, y dijo que Washington ha recurrido a la seguridad nacional como justificación para aplicar medidas proteccionistas con el comercio y sanciones económicas. Según el Diario del Pueblo, en diciembre pasado hubo más ataques a sitios en Internet chinos desde direcciones IP en Estados Unidos que desde ningún otro país. A pesar de ello, “China no sacó conclusiones simples o precipitadas sobre la fuente de los ataques”.
Los expertos aseguran que encontrar pruebas concluyentes que puedan ligar al Gobierno de Pekín con los piratas informáticos es prácticamente imposible. Piratas chinos han sido relacionados en el pasado con ataques al fabricante de armas Lockheed Martin, la compañía informática Google y Coca-Cola, así como intentos de entrar en los ordenadores del Pentágono (el Departamento de Defensa de Estados Unidos).


(viene de la columna anterior)
 

Quizás para desagraviarla de la desagradable sorpresa recibida a su llegada a Brasil, al parecer, el Congreso la va a convidar para encontrarse con diputados y senadores.
He querido traer a este blog hoy esta noticia desagradable sobre la llegada de la disidente cubana a Brasil, en homenaje a su coraje y a su dedicación a la causa de una Cuba finalmente libre de la opresión de ideologías.

 


 

Y para recordar que el virus de la ideología, de cualquier signo, nos acecha hasta donde menos nos lo imaginamos. Crecen en nuestra Europa los ultras nazis y fascistas, y en Brasil y en Latinoamérica no se han apagado las cenizas aún calientes del populismo y de los socialismos trasnochados que acaban desfigurando no sólo las modernas socialdemocracias sino también las izquierdas modernas que han aceptado en su programa la total libertad de expresión.
Yoani llega de Cuba de alguna forma virgen en busca del paraíso de la libertad que debería reinar en las democracias. Quizás tendrá que acostumbrarse a que también en los campos de trigo maduro de los países que se dicen libres y democráticos sigue al acecho la cizaña de la intolerancia y de las nostalgias fascistas.
¡Bienvenida, Yoani, a la democracia que, por incompleta, deberás seguir defendiendo también aquí, fuera de Cuba!

 

Chávez vuelve a Caracas sin dejarse ver


El presidente venezolano regresa a su país tras permanecer 72 días en Cuba, el mandatario, enfermo de cáncer, ha sido ingresado en un hospital militar, pero este lunes por la tarde no se había dejado ver en público. Horas antes —a las 2.30 hora local, según informó el vicepresidente, Nicolás Maduro— aterrizó en el aeropuerto internacional de Maiquetía para ser internado en el hospital militar Carlos Arvelo de Caracas, donde ya se había sometido a una de sus rondas de quimioterapia —la tercera— con que los médicos intentaban vencer el cáncer que se le diagnosticó en junio de 2011.
Según fuentes independientes, su llegada se produjo a bordo de un avión medicalizado habilitado para el traslado desde La Habana. El principal canal estatal, Venezolana de Televisión, difundió una fotografía en la que se le ve bajando por una escalerilla del Airbus presidencial, en compañía de dos de sus hijas, Rosa Virginia y María Gabriela, pero la cadena precisó posteriormente en su página en Internet que se trataba de una imagen de archivo. El exministro de Defensa y uno de los oficiales militares más próximos al régimen, el almirante retirado Orlando Maniglia, había publicado antes una foto similar en su cuenta en Twitter, tuit que luego retiró.
El testimonio de una enfermera del hospital militar, que se identificó con credencial en mano como Dubraska Mora, recogido también por la televisión oficial, iba todavía más allá. Según la presunta empleada, el comandante bolivariano habría ingresado en el centro de salud no solo en pie sino “sin ningún proceso invasivo”, sugiriendo con sus palabras la remisión del tumor que padece.
No hay certeza sobre la situación del enfermo de cáncer. El viernes, en una entrevista en el canal oficial TeleSur, el ministro de Tecnología y yerno del presidente, Jorge Arreaza, se refirió de manera tangencial a los “cuidados paliativos” a los que Chávez estaba siendo sometido. La expresión se reserva para casos de pacientes terminales a los que se ayuda a mantener una calidad de vida decorosa hasta su deceso. El domingo, el canciller venezolano, Elías Jaua, entrevistado por su predecesor y también exvicepresidente, José Vicente Rangel, advertía de que todavía no se puede obviar que el presidente afronta “una situación compleja y difícil”.
Imagen difundida por el Gobierno venezolano el pasado 15 de febrero de Chávez en un hospital de La Habana (Cuba).
El retorno del presidente al país, y las condiciones en que se ha producido, pueden dar a entender que ya se ha recuperado de las secuelas de la operación que se le practicó en La Habana el 11 de diciembre, y que en Cuba no hay nada más que se pueda hacer contra el cáncer que padece, al menos, nada distinto a los tratamientos disponibles en el hospital militar de Caracas, uno de los más prestigiosos y mejor dotados de Venezuela. En el centro sanitario era visible ayer la presencia de tropas de la Guardia Nacional y de la Guardia de Honor, el cuerpo de custodia presidencial.
Si la hora de llegada dada a conocer por las fuentes oficiales es cierta, revela que el Gobierno esperó casi dos horas para difundir la noticia. Fue en la propia cuenta de Chávez en Twitter, @chavezcandanga, alrededor de las 4.15 horas, donde su propio titular celebró: “Hemos llegado de nuevo a la Patria venezolana. Gracias Dios mío!! Gracias Pueblo amado!! Aquí continuaremos el tratamiento!”.
Luego, a través de la red de medios del Estado —cuya programación ha estado consagrada al acontecimiento—, distintos miembros del Gobierno se sintieron así autorizados para saludar el regreso de Chávez. Numerosos seguidores del presidente se concentraron en plazas céntricas de Caracas y otras ciudades. El secreto con que se produjo el regreso, sin la cobertura forzosa que se suele dispensar a los actos presidenciales por todos los medios nacionales, parece confirmar que el Gobierno sigue manteniendo un margen de incertidumbre.
Diversos analistas consultados por EL PAÍS este lunes coincidieron en interpretar la vuelta de Chávez como un indicio de que el Gobierno ha decidido postergar la transición y ligar su propia suerte al desenlace natural de la enfermedad del presidente. Este escenario incluiría la inmediata jura —pendiente desde el 10 de enero— del mandatario para su nuevo mandato y un ejercicio del poder desde las sombras, mientras se recupera o fallece. Si ocurriera lo primero, el Gobierno se fortalecería con el mito de una resurrección; de ser lo segundo, el martirio en directo del líder revolucionario legaría a sus herederos un valioso capital político.
Si el chavismo consiguió atar los cabos institucionales para permitir al ex teniente coronel gobernar en apariencia durante dos meses desde Cuba, poco le costará hacer otro tanto con el presidente en Venezuela. Así las cosas, en las próximas horas cobrarán importancia el momento y modo de una inminente jura de Chávez, que debería ocurrir de una manera que considere las limitaciones del convaleciente pero que asegure, a la vez, un alto impacto simbólico.
La llegada de Chávez también desactiva dos crisis latentes que amenazaban la frágil gestión interina y bicéfala del vicepresidente, Nicolás Maduro, y del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
Por una parte, neutraliza los resquemores nacionalistas que, según testimonios recogidos entre los oficiales de las Fuerzas Armadas, venía despertando la permanencia del presidente en la inexpugnable Cuba.
Por otra, niega la razón de ser a la acampada que, desde el pasado viernes, mantenían grupos estudiantiles frente a la sede de la Embajada de Cuba en Caracas y que, sumando adeptos día a día, podía llegar a desencadenar un estallido de descontento.


Miles de personas retan a Obama a que mejore su política ambiental


Washington acoge la manifestación más numerosa contra el cambio climático que se ha celebrado en EEUU


 “Quién esté en contra del cambio climático, que diga no”, ha gritado uno de los promotores de la marcha, denominada Forward Climate on Rally, que ha tenido lugar este domingo en Washington y que ha congregado, según los organizadores -entre ellos, Club Sierra y 350.org- , a unas 30.000 personas a los pies del monumento a George Washington. Miles de asistentes que, a pesar de las gélidas temperaturas, se han manifestado con un objetivo común: retar al presidente de EEUU a que incluya en su agenda política y “como una prioridad” la actuación sobre el cambio climático.
"Nuestro presidente debe hacer más por esta lucha, por el planeta. Hace tres años, otros como nosotros luchaban por la igualdad sexual y de raza en este mismo lugar, ahora es nuestro turno. Nosotros estamos luchando aquí y ahora por la humanidad", han explicado los organizadores durante el discurso inaugural.
La protesta, que se ha desarrollado a lo largo de unas cinco horas, ha consistido en una marcha alrededor de la Casa Blanca, varios discursos y asambleas, en las que los participantes han tratado de buscar nuevas soluciones al problema del cambio climático. Niños, jóvenes y ancianos procedentes de todo el país han querido apoyar una medida que para ellos es vital. Con pancartas en las que se podían ver dibujos de planetas enfermos o flores muertas, los asistentes han sido muy claros en sus mensajes: “El cambio climático va a matar a las futuras generaciones”, “Hay que actuar ya, no hay tiempo”, “Ahorra energía” y “Obama, escúchanos”, entre otras. El centro de Washington ha quedado paralizado por la concentración.
Pero el presidente no ha podido escuchar sus protestas este domingo en directo. Obama se encuentra de vacaciones en Florida con motivo del puente por el President's Day. “No importa. Nuestro mensaje le llegará por otras vías, se enterará”, han señalado desde el escenario, en el que se han instalado grandes altavoces y ha sonado la música para que calentar los ánimos de los asistentes.
Bill Mckibbon, líder del movimiento ecologista en EE UU desde hace décadas, ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida a la protesta. "Hemos conseguido hacer hoy la manifestación más numerosa en contra del cambio climático jamás llevada a cabo en el país", ha dicho con orgullo. "Obama se puede convertir, gracias a su actuación en relación al cambio climático, en el primer mandatario de la historia en hacer algo real a este respecto. Pero debe escuchar al pueblo. Este pueblo que le está pidiendo un cambio real", ha añadido ante el furor de los asistentes.

Los líderes nativos americanos también han querido apoyar esta protesta. Jacqueline Thomas, jefa de los Saik'uz First Nation ha sido clara: “Vivo en una comunidad en la que el medio ambiente es algo fundamental para el desarrollo de la vida. Mi labor es preocuparme por el agua y por los alimentos de mi comunidad. Por eso estamos aquí. Mi abuela siempre decía que si cuidas a la tierra, ella te devolverá el favor”. También ha asistido a la concentración Louise Erdrich, autora nativo-americana de novelas, poesía y libros para niños.
Todos contra el proyecto Keystone XL “Obama debe negarse ya al proyecto Keystone XL”, ha sostenido Michael Smith, de Nueva Jersey, de unos 70 años. Los ecologistas se oponen a este proyecto en el que se pretende construir una tubería que traería crudo del oeste de Canadá a las refinerías del golfo de México y que se llevaría por delante a zonas protegidas como los acuíferos de Sandhills y Ogallala, en Nebraska. “Ya basta de posponer la decisión, debe tomar partido y debe entender que esta tubería es un desastre para el medio ambiente”, ha agregado Smith.
Keystone XL depende principalmente del Departamento de Estado. John Kerry es el encargado de decidir sobre un proyecto que cuesta 7.000 millones de dólares. Recientemente, Kerry ha prometido una audiencia en el Capitolio a este respecto “transparente”, y ha asegurado que la decisión se “anunciará con la mayor brevedad posible”. El gobierno canadiense es un gran defensor de este proyecto, argumentando que creará miles de puestos de trabajo en ambos países.
Los asistentes han querido enviarle un mensaje directo al presidente de EE UU: "Obama, todo lo bueno que has hecho, todo lo bueno que crees que puedes hacer, será destruido por inundaciones, supertormentas y fuegos. Hay que actuar, y la decisión está en tus manos, no en las de nadie más, ni siquiera en las del Congreso".
El pasado martes día 12, Obama manifestó durante su discurso del estado de la Unión que pretendía reducir la dependencia de EE UU de petróleo extranjero y aumentar la inversión en energías renovables. “Esta postura es positiva por parte del presidente, pero debe ir más allá. Tenemos que conseguir ser como Dinamarca o Alemania, donde sus proyectos de energías renovables representan el 80% de la energía consumida”, ha explicado Mass González, puertorriqueño que lleva luchando contra el cambio climático desde la década de los setenta.

“En 2007, cuando Obama era candidato a la presidencia, prometió hacer algo al respecto. En 2009, siendo ya presidente, dijo que no se podía hacer nada porque la economía estaba muy deprimida”, ha continuado González. “Ahora, cinco años después, tiene que actuar, no solo decir y prometer. Me alegra ver a tanta gente aquí, hacía mucho que en EE UU no pasaba esto. Habíamos perdido este espíritu, el de luchar todos juntos por el bien común”, ha añadido González.
Según explicó también en su discurso, para Obama que haya una mayor inversión en este tipo de energías sostenibles significa “contribuir a la creación de puestos de trabajo, al mismo tiempo que se reduce el coste energético para familias y empresarios”. “No se trata sólo de que se creen más empleos, sino de vivir más en consonancia con el planeta, con un aire más puro, y que estas soluciones fomenten que la agricultura y la ganadería, muy afectadas por el cambio climático, resurjan en un país en el que estas industrias han sido fundamentales a lo largo de su historia”, ha sostenido González.
Los asistentes son conscientes de que no toda la responsabilidad es del presidente de EEUU: “Nosotros le hemos dado la oportunidad de hacer historia votándole, y desafiándole a que tiene que mejorar mucho en esta tarea. Pero nosotros, los ciudadanos, tenemos la responsabilidad de ser mas cuidadosos y respetuosos con el planeta para asegurar que las generaciones futuras vivan en un mundo mejor”.

 

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