Pagina_4

 El Imparcial                                                                                                                                                                   Edición Nº 12.450-30 - Fecha: 03-22-2013

  Página 4   

OPINIÓN

 

EDITORIAL

 

EL Imparcial
------------------------------------------------
Fundado el 9 julio de 1948

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1982

Director: Zahur K. Zapata - 1982 –

------------------------------------------------

Publisher: Zahur Klemath Zapata
Vice-Presidente: L
aurie Agront
Gerente: Alejandra Valencia Zapata
Jefe de Redacción: Rafael Zardar
Marketing: Mauricio Beltrán
E
-mail: redaccion@elimparcial.com.co

ventas@elimparcial.com.co
Tel.
57-6-348 6207
El Imparcial es un medio informativo digital que se

publica en Internet y pertenece a la red de medios

"Net Digital News Group" es propiedad de ZahurK

 

EL BÉISBOL

 

 

Es un deporte profesional como cualquier otro,  sólo se necesita de un escenario en donde practicarlo, sus deportistas están listos para cambiar su vida y darle una oportunidad a sus familias. Hoy en día en Risaralda hay un escenario deteriorándose y en muy malas condiciones y todo esto,  gracias a sus administradores, que lo utilizaron en otras disciplinas dañando su verdadero estado y después lo dejaron en el olvido, y ahora lo pisotean y urbanizan, muy inapropiado ya que si no hay escenarios en la Villa Olímpica, como pretendemos tener una buena respuesta por parte de nuestros jóvenes si no tiene un lugar en donde practicar sus aficiones 
deportivas y si además de eso no apoyamos el deporte, cómo queremos que nuestros niños no se inclinen a un mundo lleno de drogas y delincuencia, donde no tienen ningún futuro? El eslogan de "Por una Pereira Mejor" ¿dónde que da? hoy hay mas niños de diferentes edades practicando béisbol en Risaralda, ganando trofeos y medallas y se preguntan por que deben practicarlo en canchas improvisadas, en donde se practican otras disciplinas deportivas y por qué habiendo un diamante, no se puede ingresar a el, divertirse y practicar su deporte
? 

 

 

 

Soberanía e independencia

Blas Piñar - Político español, escritor y notario.

 

Para mi es evidente que soberanía política e independencia económica se entrelazan de tal manera, que aquella deja de existir cuando ésta por unas u otras razones se pierde.
Para enfrentarse con el tema estimo que no debe considerarse la soberanía, del mismo modo que la libertad, como valores absolutos, sin limitaciones. Hay libertad psicológica para elegir entre el bien y el mal, pero no hay libertad moral, que equipare lo bueno y lo malo. Desde este punto de vista, la libertad para hacer el mal, lleva consigo la responsabilidad, y, por cierto, el derecho y el deber que a la autoridad corresponde de castigarlo.
La soberanía, para que no degenere en despotismo, hay que ejercerla sabiendo que tiene limitaciones que deben respetarse. Soberanía no puede confundirse con tiranía. Por eso la autoridad no puede ahogar o suprimir la verdadera libertad, tal y como la hemos definido.
Ahora bien, y por lo que a la soberanía afecta, que es la de la que nos ocupamos, hay que fijar y aceptar las limitaciones a la misma, a fin de que no se corrompa. La solución, bien conocida, de fragmentar el poder de la autoridad que la ejerce en tres poderes distintos, el legislativo, el ejecutivo y el judicial (al que luego se agregan otros poderes fácticos muy influyentes y decisivos) fracasó, como la experiencia histórica ha demostrado, porque los regímenes políticos que conocemos, convierten la cooperación de los tres poderes, para servir al bien común de los pueblos, con un enfrentamiento constante, de tal manera, que uno de esos poderes acaba por adueñarse de los otros dos. Lo que ocurrió con los triunviratos romanos, no es más que un antecedente de lo que ocurre hoy, y concretamente en España.
Las limitaciones ínsitas en el poder soberano –y para mi acertadas- son dos sumamente importantes porque contribuyen al bien común, y, en consecuencia , a lo que se llama Estado del bienestar. Una de esas limitaciones, podemos decir que viene de arriba, es decir, de la existencia de unos valores prepolíticos y preconstitucionales, que son algo así como el cimiento o la roca viva del entramado político, es decir, lo que los juristas alemanes llamaron la Constitución de la Constitución, y que Benedicto XVI, califica de innegociables. Hay, pues, una Verdad política constituyente, y no una variedad de opiniones políticas, incluso opuestas, sobre cuales son tales valores. Dar testimonio político de la Verdad es algo trascendente. Construir políticamente sobre una simple opinión equivale a edificar sobre la arena. Entre el apóstol y el charlatán hay una notable diferencia.
La segunda limitación de la soberanía viene de abajo, del pueblo sobre el que se ejerce. Hago hincapié en la palabra pueblo, que no puede identificarse con poblado, ni con multitud, ni mucho menos con masa inconsistente que se manipula o manosea. La idea de pueblo lleva consigo la de unidad, no solo de coexistencia, sino de convivencia, de tener un código genético colectivo, una biografía histórica y una vocación de futuro y de cultura común. Por eso, un pueblo auténtico, no se limita a escuchar y obedecer al que manda, sino que en todo lo que es negociable y no está en desacuerdo con la Verdad política, debe ser convocado para que de su opinión, para que exponga las razones que tiene para mantenerla, ofreciéndole el cauce legal para que así sea, y pueda servir de orientación y pauta a los que ejercen el poder soberano.

 

 

Partiendo de la verdadera soberanía, no ilimitada, hoy nos encontramos con su pérdida, que puede ser total, aunque se respeten las palabras. Si la propiedad privada fortalece la libertad de la persona, la independencia económica garantiza la soberanía; y creo sinceramente, que la dependencia económica debilita y hace desaparecer la soberanía nacional. La crisis económica que padecemos, no era algo impensable. No se coloca el dedo en la llaga, al no poner la atención en la crisis moral, previa, que la hado origen, ni al hecho de que, por su extensión, responda a un proyecto que solo quienes son muy poderosos, han puesto en marcha para acelerar la decadencia de Europa.
En el caso de España, nación europea, hay un factor añadido, y es el del Estado de las Autonomías impuesto por la Transición. La crisis económica, con la emisión astronómica de deuda pública y la trasferencia de facultades soberanas a las regiones y “nacionalidades” ha reducido al mínimo la soberanía del Estado.
Deuda pública y transferencias han convertido a España en una nación deudora, desmantelada estructural y económicamente, al ingresar en lo que hoy se llama Unión Europea (cuando es una verdadera desunión), obligada a acatar las decisiones tomadas por organismos supranacionales, a mantener guerras en países lejanos, de los que éramos amigos, y a corregir, con grandes sacrificios, las consecuencias de un despilfarro que no tiene nombre.
Por otra parte, el Estado de las Autonomías, al transferir facultades de índole económica y fiscal, (como otras), que prueban que los españoles no somos iguales ante la ley, ha roto, en esta materia, la unidad de España, permitiendo a las Comunidades que hayan hecho inversiones improductivas (como algunos aeropuertos), concedido subvenciones incomprensibles, y emitido su propia deuda pública, al parecer, impagable.
Lo gracioso radica en que esta situación calamitosa se ha producido en la totalidad de las Comunidades Autónomas, tanto en las gobernadas por el Partido Socialista, como en las gobernadas por el Partido Popular. Se revela así que la oposición y el gobierno –en cualquier época subsiguiente a la Transición- estaban tácitamente de acuerdo, en sumir a España en la ruina, y en terminar con su independencia política, al no tener independencia económica, y al depender del exterior para que el pueblo español pueda subsistir.
De lo gracioso, podemos pasar a lo curioso y es que el estrangulamiento de la soberanía política, al perder la independencia económica, ha sido fruto del capitalismo especulativo, que no crea riqueza y, por lo tanto, no puede distribuirla; y, además, a que es precisamente el capitalismo, el que tiene el dinero, y el que lo presta a elevado interés, seguro de que así maneja a su voluntad y capricho a las naciones deudoras.
Y yo me pregunto ¿quiénes se esconden detrás de los mercados? Se les ofende y ataca en las manifestaciones y por líderes políticos, pero nadie los nombra. Pues bien, a mi me parece, y creo no estoy desacertado, que quien tiene el dinero, es China, cuyo régimen comunista ha puesto en práctica un capitalismo de Estado, que, sin oposición influyente, maneja su economía, y sin problemas graves de tipo laboral, y sacrificando unos cuantos generaciones, se está haciendo dueña del mundo, prestando dinero a los que no lo tienen.
En manos de la China comunista, pero capitalista, está hoy la mayor parte de la deuda pública soberana, incluyendo la de Estados Unidos. Habrá que pagar esa deuda a quienes están detrás de los mercados, con unos intereses, en dinero o en especie, es decir, entregándoles las mejores y más indispensables empresas, especialmente las energéticas, como ya ha sucedido en Portugal.


  Página 4   

   ©Editorial Elimparcial.com.co | Nosotros |

    © 2009 - 2013 - El Imparcial - Periodical Format - La idea y concepto de este periódico fue hecho en  Periodical Format (PF) que es un Copyright de ZahurK. -

Queda prohibido el uso de este formato (PF) sin previa autorización escrita de ZahurK