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Ruido de megáfonos contaminan el centro de Pereira
Teniendo
en cuenta que Pereira es una ciudad intermedia comercial, hecho que
genera que una gran parte de su población se concentre en el centro
de la ciudad, los altos ruidos de vehículos, pregonadores,
motociclistas, en fin, se torna molesto para los transeúntes.
Ya ha habido anteriormente investigaciones que han dado referencia
que la esquina de la carrea séptima con calle 19, es el sector con
más ruido de la ciudad y es que el hecho de tener un alto índice en
esa zona de la ciudad, es sin duda alguna una situación que no se
puede evitar.
Sin lugar a dudas esta situación no se reprocha, no obstante es
viable aclarar que aunque el alto volumen de ruido no se puede
eliminar del todo, lo único cierto es que si se puede reducir el
alto ruido en el centro de la ciudad con el uso de estrategias que
deben de empezar a diseñarse desde la administración municipal y las
autoridades competentes en el tema.
Además, el centro de la discusión radica más en ciertas denuncias
que han venido siendo visibles en los últimos días en las redes
sociales y que hacen referencia a las continuas quejas que presentan
los residentes de algunos apartamentos del centro de Pereira que se
quejan por los constantes ruidos de vendedores ambulantes, y en
especial, los carretilleros que ofrecen sus productos, valiéndose de
un megáfono, generando que se aumenten los decibeles de
contaminación de ruido.
Y es que pese a la rigurosidad que actualmente presentan en la
oficina de espacio público con los vendedores ambulantes a quienes
despojan sin compasión de su sitio de trabajo, la realidad es que
poco o nada han hecho las autoridades competentes de la Alcaldía de
Pereira para imponer sanciones rigurosas que contribuyan a
contrarrestar este fenómeno en la zona céntrica de la capital
risaraldense.
La verdad es que como anteriormente se ha venido defendiendo en este
medio de comunicación, la libertad de los vendedores ambulantes se
debe respetar, sin embargo un asunto muy diferente es el derecho del
trabajo y otra cosa distinta es el hecho de interrumpir el derecho
de la tranquilidad que tienen otras personas, en síntesis, los
vendedores tienen el derecho de ofrecer sus productos, pero la
verdad es que unos exageran hasta tal punto de rayar en la
incomodidad.
Por otro lado, también es cierto que los vendedores ambulantes que
usan las carretillas son los únicos que incrementan los decibeles de
ruido en el centro de la ciudad, pues también es toda una realidad
que dueños de algunos establecimientos comerciales también hacen uso
del megáfono como una herramienta publicitaria, y por eso ya es
común que contraten a jóvenes en su mayoría para que en las puertas
de los almacenes difundan la publicidad de los negocios.
En conclusión, el tema es que no se deben enfatizar los esfuerzos en
determinar quienes hacen más ruido, sino que más bien se deben
unificar las esfuerzos para que cada ciudadano contribuya a mejorar
los decibles de ruido en el centro de Pereira y aunque parece una
misión imposible de lograr, usar menos la bocina de los carros y los
mitos, no gritar, ni silbar fuertemente en la calle, también pueden
considerarse como acciones que contribuyen a que no exista tanto
ruido en la ciudad.
Y en cuanto al uso excesivo de megáfonos de algunos carretilleros,
si es cierto que se deben aplicar sanciones con el fin de empezar a
generar conciencia de responsabilidad y derecho de otras personas a
la tranquilidad, y más aun de aquellas personas que tal vez se
encuentren en una situación delicada de salud y el alto ruido les
afecte para su recuperación.
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Un Viaje con un solo Boleto
Por Zahur K. Zapata
Cada vez que voy a emprender un viaje las cosas comienzan ha tomar
forma en mi mente como si me desprendiera de todo lo que va a quedar
atrás. Nunca he sido apegado a las cosas materiales y quizás por eso
he tenido que cuidarme de aquellos que todo lo quieren. Cuando se
viaja, siempre hay que estar liviano de peso y saber escoger las
cosas realmente útiles. Aunque muchas cosas útiles se encuentran en
todas partes menos en los desiertos o en las montañas. Viajar de por
si es una aventura y jamás uno sabe que va a pasar durante ese
viaje. Además todo depende de la edad que se tiene al hacerlo.
Cuanto más mayor se es, se cree que se tiene mayor experiencia, pero
todo es relativo entre un viaje turístico y un viaje a la aventura
donde todo es posible o nada pasa.
Un viaje al medio oriente, Asia o África son cosas diferentes que un
viaje por Europa o América Latina. Todos creemos que el mundo es
igual en todas partes, una cosa es occidente y la otra el resto del
mundo. Los occidentales tendemos a creer que todo es igual en todas
partes y que las costumbres son muy parecidas y que se puede hacer y
hablar igual aquí que allá. No es así. Occidente es un puñado de
personas que creen que son dueñas de todo el mundo. Pero allende a
Occidente existe otro mundo que desconoce las cosas más normales que
para los de occidente son pan de cada día.
En el
otro mundo hay más de cuatro mil millones de habitantes que viven
otra problemática social diferente a occidente y con otras
necesidades económicas. Los valores sobre la vida y la muerte van en
otra dirección al igual que sus días, semanas, meses y años ya que
corren bajo otros calendarios que se ajustan a su conocimiento sobre
el universo.
Los valores sobre las horas son diferentes y sus placeres se ajustan
a otra idiosincrasia que galopa sobre otros ideales que están
representados en una espiritualidad que no tiene nada que ver con el
cristianismo, el judaísmo o el mahometanismo, que al fin y al cabo
son las mismas contadas en diferente forma.
Dios no es el mismo. Dios y el mas allá esta imaginado no como un
mas allá sino como un
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presente
que se renueva y esta presente en la imaginación de sus creyentes.
La vida es permanente y no llega a su fin sino que se trasforma al
igual que una oruga se convierte en mariposa para fecundizar todo lo
que toca.
Ese mundo
allende de nuestras fronteras contiene otras verdades y otras
razones que lo hacen mover como un solo organismo. A veces cuando
tratamos de escrutar en su interior solo vemos bandadas de aves que
remontan los espacios no como si quisieran huir sino para obligarnos
a mirar a las alturas.
Hay tantos en todas partes venidos de esas tierras que en silencio
hacen su trabajo y se mimetizan entre los bosques como si fueran
otros árboles que ya están plantados desde tiempos inmemorables.
Creemos que lo sabemos todo y que tenemos las leyes que se ajustan
al orden de la naturaleza. Pero cada código, dogmas y leyes son solo
bosquejos del verdadero sentido de la existencia. El mundo que
habitamos es solo un lago flotando en un desierto inconmensurable
como si fuera un isla en la que sólo sus habitantes la reconocen
como propia.
Viajar con un solo boleto nos da la posibilidad de poder regresar
por diferente camino pero cargados de miles de respuestas a las
preguntas que jamás nos habríamos podido hacer.
En Navidad alguien me hablaba como si ésta fuera universal y yo lo
mire y le dije; Navidad es solo una fiesta para pocos invitados
porque el resto del planeta ni siquiera sabe que haya existido ese
niño Dios que tanto veneran. Para ellos no es relevante si sí o no
haya nacido, es algo que no tiene importancia. Son otros valores y
otras costumbres.
No hemos viajado aún, solo hemos ido al cine a divertirse y
saturarnos de violencia y amores fracasados y a tratar de
divertirnos con las desgracias de los demás. Porque vivimos
pretendiendo alcanzar un algo que esta más allá de nuestras
posibilidades humanas, pero luchamos por llegar allá y comprobar que
todo el esfuerzo que hemos hecho sólo ha servido para que otros,
nuestros bien amados, puedan alcanzar lo que no estuvo a nuestro
alcance. Por cada muerto hay alguien que recoge sus cenizas y de
ellas logra sobrevivir un poco más.
En ese viaje de un solo boleto podemos entender que aun estamos
reptando y luchando para poder subirnos al primer árbol para poder
divisar la distancia que nos falta recorrer.
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