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Publisher Zahur Klemath Zapata
Editor
Enrique J. Marrero
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En
Picada
Durante todo el año 2019 hemos visto revelaciones de inconformidad social, frente a gobiernos que sólo piensan en cómo hacer para llegar al poder y otros mantenerse.
Son muchos los miles de
millones de dólares que gastan en campañas publicitarias, redes
sociales, entrevistas fingidas y otras artimañas de lo que nos hemos
visto envueltos.
¿Cuántas escuelas
remodeladas o construidas con esa inversión?, ¿Por qué no se dio
parte de ese dinero a los hospitales?, ¿Quiénes aportaron tan
semejantes sumas?
Cualquiera que hayan
sido las causas, en la actualidad hay quienes viven en pobreza
extrema, que no tienen recursos y se han quedado en las calles,
pidiendo un sorbo de café o trozo de pan.
Esto se ve con mayor
presencia en el caso de la población rural, a pesar de esas largas
jornadas diarias, en la gran mayoría de las ocasiones por encima de
lo pautado por ley.
No piensan en mejoras
para el ciudadano común, les gusta lo macro y el discurso de
siempre, allí están las calles formulando reclamos, mientras que en
el congreso se sigue debatiendo sobre el proyecto de endeudamiento,
entre otras leyes que desean promulgar antes que termine en año de
sesiones.
Que por demás no satisfacen en su totalidad la necesidad del trabajador, nos encontramos delante de un flagelo que se desea ocultar, por negligencia, incapacidad o peor aún, complicidad.
Nos encontramos en caída libre o en picada, no obstante la soluciones están muy lejos de ocurrir, no porque no se tenga como, es por la falta de voluntad política.
No se ven que verdaderamente se lleven a cabo las añoradas políticas de inclusión social y laboral, que por demás muy bien falta un poco de respiro a la población, que grita por ellas.
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El Desafío
Enrique J. Marrero
Quiero
comenzar mi artículo expresando un agradecimiento a las personas que
de verdad creen en un futuro mejor, pero la lucha debe ser constante
y con ma-yores actores positivos, por favor no incluya a falsos
profetas, que después de llegar al curul se descomponen o ya vienen
en estado de descomposición y sólo usan los antifaces de humildad.
Pero tristemente se llevan la peor parte de un sistema creado y mantenido para unos pocos.
La evolución social no parece augurar un cambio de tendencia a favor de la formalización de sus puestos de trabajo, mucho menos
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a generar oportunidades para quienes se lo merecen, para poder valorar sus esfuerzos, nos encontramos en una encrucijada que tare consigo los errores del pasado y la misma corrupción de siempre.
Son los grandes desafíos de una sociedad que sale cada día a luchar y no encuentra respuesta honesta y sincera, que solo se topan con atropellos, miradas tristes solo ven día tras día, se registran mayores tasas de pobreza.
Americana Latina acorralada, sin encontrar el camino de inserción social. ADIÓS
Gustavo
Álvarez Gardeazábal
La creciente irresponsabilidad que generan las redes, la velocidad conque se fusila moralmente a quien se atreve a escribir columnas vaciándolo con falsas noticias o con insultos a doquier lo ha hecho un oficio, a más de riesgoso, infinitamente fastidioso.
Últimamente, en la medida en que a las redes y correos cualesquiera
tiene acceso y libertad para que opine o pontifique sin importar ni
medir su nivel cultural, me he ganado baldados de insultos y
multivariedad de estigmatizaciones que a mis 75 años no creo que
deba seguir recibiendo.
Nunca he pretendido ser el orientador de la opinión nacional pero frente a lo que pasa por estos días, y lo que va a pasar, he reflexionado hasta el punto de tomar la determinación que ésta sea mi última columna. Me retiro satisfecho y agradecido de haber tenido tantos lectores y un periódico como ADN que protegió a toda costa mi libertad de pensamiento.
Pero no doy más. Mi edad, y mi deteriorada salud no puedo seguirlas juntando con las canecadas de oprobios o los señalamientos sin pudor que me escupen por redes y correos. Me retiro a vivir lo restante leyendo y escribiendo y cuidando mis animalitos, buscando la tranquilidad que he perdido.
Tal vez daré los consejos del anciano retirado a quien me busque en mi refugio de eremita a orillas del río Cauca.
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