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Abandono del futuro
Unos años de revoluciones y contrarrevoluciones, interven-ciones, amenazas, progresos sociales y de guerras electorales, por demás viciadas. En los años actuales, por todo el continente americano y sobre todo el cono Sur, principal escenario de las tragedias pasadas, parece haber dejado atrás la era de las revoluciones.
Ya los tiempos de héroes han pasado, no se respira aires de grandeza, mucho menos de búsqueda insaciable de la paz verdadera y la valoración de los futuros formadores de las nuevas sociedades, no son tiempos en todo caso para héroes que puedan renacer de las cenizas.
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DE CÓMO RESPONDERLE A UN APÁTRIDA
Carlos Alberto Ricchetti Adicto
a participar en la red social Facebook en Internet, muy a pesar de
algunas características “fascistoides” que he sufrido en carne
propia, un buen día, me llamó poderosamente la atención la actitud
de un autodenominado comunicador social. Al parecer, el caballero
estaba muy disgustado con una jovencita, de quien mucho después supe
se llamaba Liliana Pardo. La causa fue haber desafiado, de forma
abierta, a uno de los hombres más nefastos, irascibles y
reaccionarios en la maltrecha historia latinoamericana: El
presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez. Liliana, en acto de
desafío precipitado e infantil ante tantas injusticias repetidas, le
entregó un huevo de gallina a Uribe. Con notable coraje, sin temer
las seguras consecuencias de haber dicho la verdad en el marco de un
régimen donde esto no es posible, la joven repudio el Tratado de
Libre Comercio, los crímenes de estado, la situación económica y en
general, las políticas oficiales tan ruinosas para el país. Aunque
los asistentes a la conferencia de prensa se vieron obligados a
hacer “gala” de una penosa indignación –hecho intolerable, más
cuando es impedido de hablar alguien acostumbrado al avasallamiento
y aún bajo probadas acusaciones de interrumpir centenares de vidas-
el presidente asimiló la estocada. Sin bramar, minimizó el episodio
sonriendo. Pretendió, incluso, utilizar de manera cobarde todo su
caudal de autoritarismo, de capacidad de amedrentación. Trató de
saludar a Liliana, quien en otro desborde de valentía se negó a
recibirle no sólo la mano, mostrándose reacia, sino a soportar
falsos gestos de tolerancia afectuosa. |
ocurrir en el caso de las identidades camufladas, su nombre al parecer estaba al revés. En su casilla, entre una amplia gama de antecedentes mediáticos, se lo menciona como el actual director de la Cadena Radial Tricolor, con casi veinte años de trayectoria en la puesta en el aire de programas de radio o televisión colombianos en Estados Unidos. Sin embargo, estos meritorios antecedentes no alcanzaban para amilanar ni contener el “aluvión fóbico” del sujeto hacia Liliana Pardo, quien como si ya fuera poco enfrentar y lidiar contra el sombrío poder del régimen, también debe vérselas con toda la parafernalia cómplice y vergonzosa de medios de comunicación a su favor. Las frases, que, al cabo de hacer una galante omisión de insultos, no dejaban de ser fuertes, desagradables, humillantes ni cobardes injurias hacia una adolescente, atreviéndose a decir lo que pocos. A
continuación de las mismas, dos mujeres, lejos de inmutarse con esta
actitud canallesca, saludaban aprobando complacientes a otro de los
muchos “aparentemente tristes y célebres pregoneros del uribismo en
el exterior”, solapándose bajo la inocente sotana de “periodista
profesional de opinión independiente”. Y como éste escriba –perdón
por la reiteración del término- aunque haya elegido la pluma en
lugar de la espada, no deja de tener sangre en las venas,
consideró oportuno recoger el guante, a fin de enfrentar a un
fanático enfermo que a imitación de su diabólico líder visceral, la
toma con quienes no están en igualdad de condiciones para defenderse
de él. He aquí la misiva, incluido su título y la cual, fue
compartida en Facebook, a manera de advertirle a los amigos e
integrantes de la red social de lo que es capaz de realizar un
personaje de las características descriptas: En lo que consta a muchos colombianos y no a aquellos que ven la realidad por RCN, Caracol o que se dejan llevar por las opiniones ultra oficialistas suyas, sobre el presidente de la republica pesan graves cargos delictivos y de lesa humanidad. Tampoco para nadie es un secreto ni un paradigma, que Uribe es celoso de su enorme poder, estando dispuesto a utilizarlo fríamente, de manera muy efectiva, en el caso de creerlo oportuno. Por lo tanto, si es temerario y heroico enfrentarlo desde el llano, con el temple de aceptar por esta causa, llevar la espada de Damocles sobre la cabeza, además de la satanización de buena parte de la sociedad. Aquí hay una cuestión sencilla y lógica: de funcionar correctamente la ley y las instituciones del país, Uribe debería estar en la cárcel. Y eso lo saben hasta los uribistas como usted, mí querido amigo. Es más: la "vergüenza uribista", incluso, ha transpuesto las fronteras colombianas, instalándose como un símbolo de lo que todos los pueblos deben evitar de sus gobernantes y clases dirigentes, además de todo aquello que un pueblo no debe tolerar "ni ebrio ni dormido". |
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