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En Picada Durante todo el año
2019 hemos visto muchas revelaciones de inconformidad social, frente
a gobiernos que sólo piensan en cómo hacer para llegar al poder y
otros mantenerse, son muchos los miles de millones de dólares que
gastan en campañas publicitarias, redes sociales, entrevistas
fingidas y otras artimañas de lo que nos hemos visto envueltos. |
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SEGUNDA CONTESTACIÓN A UN APÁTRIDA
Carlos Alberto Ricchetti
“Replica a las declaraciones del periodista Del´Romero Jeffrey a Carlos Alberto Ricchetti: Como toda persona no acostumbrada a medirse con quienes al menos cuenten con herramientas para enfrentarlo, al advertir su nombre “virtualmente etiquetado” a drede, para advertirle de la existencia, facilitándole la lectura del mensaje y de paso, poder demostrarles a los usuarios de lo que es capaz de decir o hacer, puso el grito en el cielo. No sólo surgió su malicioso complejo de inferioridad, el enorme sentimiento de indefensión, al sentirse expuesto en público, con el agravante de haber sido descubierto para siempre. Por desgracia, de seguro en un momento de “acertada reflexión” tomó la decisión de eliminar su babilónica respuesta, al advertir el escaso favor que le hacía a su causa o mejor dicho, temeroso de que sus improperios fueran en un futuro develados en una historia simple y precisa como la relatada. Para intentar clarificar lo más textualmente posible el desen-freno puesto en sus desorde-nadas impresiones, resta decir, aludiendo al complejo mundo de la semántica, la lingüística o la gramática, que se “desencajó”. Sus diatribas se limitaban a reiterar afemina-damente lugares comunes, razones medio incomprensibles u obtusas, al estilo de “yo respeto sus opiniones, pero usted trata de imponer su manera de pensar” –como si persuadir por el razonamiento, para los uribistas, fuera un descabellado “acto de fuerza”. Por último, entre una tromba de disparates escritos con faltas gravísimas de ortografía, violando las leyes elementales de la sintaxis, esgrimió el justificativo que nunca falta, cuando se carece por completo de razones, de una clarísima ausencia de argumentos. Concluyó escribiendo exaltado algo así como: “Después de todo, este es un problema que debe ser resuelto entre colombianos”. Memorando la respuesta, el escriba vuelve a sonreír a sus adentros y redescubre el carácter manipulador del “maltrecho |
antagonista ideológico”, ya que no lo consideró extranjero para sumarlo como voto a su favor, destinado a ganar un concurso entre colombianos famosos en Estados Unidos. Pero como en este caso no se trataba de obtener algún provecho, entonces presunta-mente lo condenó por no haber nacido en la tierra de Gaitán y quizás, porque con todos los prejuicios existentes, para el detractor al cual no podía responderle, para colmo había nacido en la Argentina.
Una nueva
sonrisa se vuelve a dibujar en el rostro del escriba, quien sin
titubear, transcribe con título también, a modo de despedida, la
contestación exacta, recordando que en momentos donde aflora malin-tencionada
la estupidez, además de señalar las razones, se disfruta un placer
muy especial al ridiculizar al interlocutor:
Para hacerlo, tuve primero que fundirme entre ellos, conocer su historia, sumergirme de lleno en su realidad incontrastable. Y no, como hacen algunos, contem-plando la desolación de sus compatriotas desde la torre más alta del imperio norteamericano y sus comodidades, obrando como mercenario a sus órdenes. Al igual de que “roma no paga traidores”, ellos jamás, por mas de lo mucho que se haga en su beneficio, consideraran uno mas de sus iguales a quienes actúan de esta forma. Más bien se ríen, los ridiculizan y desprecian, porque conocen que aquellos que actúan contra los suyos, son descartables y no merecen ni la más mínima consi-deración. Como a usted lo supieron adoctrinar sabiamente, del mismo modo a ellos les inculcaron ese pensamiento desde niños. Y sin embargo, sigo sosteniendo que es usted un excelente comunicador social, además de haber podido ser mucho mejor de lo que hoy es, si al menos acostumbrara a decir la verdad”.
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