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El Cuidado de tus piernas
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5. Hacer algo de ejercicio diario (basta con caminar).
6. Dormir con las piernas ligeramente levantadas.
7. Acabar la ducha con un chorro de agua fría en las extremidades.
8. Aplicarse una crema refrescante (con mentol) todos los días.
9.
Darse un pequeño masaje antes de dormir.
10. No estar mucho tiempo en la misma postura; ni sentada ni de pie.
Estrías. Borrar las
huellas
La falta de elasticidad de la dermis, provocada por una mala
hidratación, el exceso de peso y las bruscas variaciones en la
báscula o la distensión de los tejidos propia de los embarazos son
responsables de la aparición de las estrías, sobre todo en muslos y
caderas. En sus inicios tienen un color rosado, y con el paso del
tiempo se transforman en pequeñas ‘cicatrices’ de tono nacarado,
difíciles de eliminar.
La prevención -con cosmética antiestrías y grandes dosis de
hidratación- es el único tratamiento real que existe, aunque ya se
está comenzando a tratar con distintos tipos de láseres que dan muy
buenos resultados, ya que hasta ahora eran irreversibles. Los
centros Carmen Navarro incorporan un nuevo equipo, llamado AntiScars,
que permite su eliminación total mediante punciones superficiales
sobre la estría con una aguja de plata de ley muy fina (como un
hilo) y radiofrecuencia. El número de sesiones necesarias depende
del tamaño y la cantidad. Una estría superficial y estrecha requiere
entre cuatro y seis sesiones.
www.carmennavarro.es.
Varices. A todas las
edades
Los problemas vasculares surgen cuando las válvulas venosas que
evitan el reflujo de la sangre no funcionan correctamente o cuando
la pared de la vena cede y se debilita. El resultado es una vena
excepcionalmente dilatada y alargada que sobresale de la superficie
de la piel. Hay diferentes tipos: las conocidas como troncos
varicosos, las reticulares y las de calibre intermedio. En
ocasiones, la pesadez es la antesala de las varices y aunque en el
90% de los casos son de origen hereditario, el otro 10% se debe a
los malos hábitos de vida (una dieta incorrecta, el uso de prendas
ajustadas, el sobrepeso, la falta de ejercicio...).
Es importante que evites ciertos hábitos:
-El uso de ropa muy ajustada.
-Los tacones muy altos.
-Estar sentada o en pie muchas horas seguidas.
-El agua muy caliente.
-Las largas exposiciones al sol.
-El exceso de sal y alcohol.
-La vida sedentaria.
Una alimentación
antirretención:
Mantener el tono muscular es muy importante y la dieta también es
importante para conservarlo y evitar la retención de líquidos. La
doctora Mª José Castro nos da las claves de una alimentación
antirretención.
-Incluye en tu dieta diaria alimentos con efecto diurético, como
espárragos, tomates, alcachofas, aguacates, piña, sandía, peras;
otros ricos en fibra, como las legumbres, los frutos secos y los
cereales, y mucha proteína, para favorecer la firmeza de los
tejidos: carne de ternera (magra), aves de corral, huevos, pescado
azul y quesos bajos en grasa.
-Reduce el consumo de alcohol, café y bebidas gaseosas (todas ellas
entorpecen la buena circulación) y, en su lugar, toma mucha agua e
infusiones, que ayudan a drenar el organismo. Evita el consumo
excesivo de sal, grasas animales, conservas y alimentos muy
picantes, así como las comidas muy especiadas.
Malas
compañías:
-Los tacones. Si superan los 8 cm -sobre todo si los llevamos muchas
horas puestos-, provocan pesadez e hinchazón.
-Los pantalones y las prendas muy ajustadas impiden una buena
circulación y ayudan a la aparición de la celulitis y de las
varices.
-El agua muy caliente, así como las exposiciones prolongadas al sol,
favorece la aparición de la flacidez. Por el contrario, el agua fría
tonifica los tejidos y reafirma la piel.
Buenos
aliados:
-El frío. Si metes la crema de piernas en la nevera, sus propiedades
se multiplican, ya que el efecto refrescante alivia la pesadez y la
hinchazón.
-Piernas morenas. El tono bronceado de la piel disimula la
celulitis, ópticamente adelgaza y es capaz de ‘borrar’ pequeñas
varices e imperfecciones. Utiliza un autobronceador.
-La
relajación constante ayuda a superar tensiones musculares, con
ejercicios de estiramientos.
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Juliana
Montoya
Quizás tus extremidades no estén en los primeros puestos del ranking
de “las mejores piernas”, como las de Heidi Klum o Charlize Theron,
pero sí puedes mantenerlas lo mejor posible, y no sólo desde un
punto de vista estético, sino también funcional, porque las
extremidades inferiores son, a menudo, la parte del cuerpo más
proclive a sufrir a lo largo del día y de la vida.
Soportan
el peso, las largas caminatas y las malas posturas; las maltratamos
cuando estamos demasiadas horas sentadas o de pie; son propensas a
padecer todo tipo de problemas circulatorios, tienden a acumular
grasa donde no deben y, por si esto fuera poco, su piel contiene
menos glándulas sebáceas que el resto del cuerpo, por lo que se
resecan con regularidad.
Flacidez,
pesadez, estrías, varices... Muchas veces no es tanto una cuestión
de kilos como de definición: además de la consabida celulitis, la
falta de hidratación, la pérdida de masa muscular y la retención de
líquidos se presentan como algunos de los grandes enemigos de unas
piernas. ¿Un reto imposible? Ni mucho menos. Te damos las soluciones
más efectivas para conseguirlo. Vayamos, paso a paso, encontrando
soluciones:
Sequedad. Menos grasa,
más hidratación.
El uso de una crema o aceite hidratante, en especial después de la
ducha, aún con la piel húmeda, elimina el efecto ‘acartonado’ de la
piel y la ayuda a retener el agua y a mantener estable el nivel de
su pH. Una piel hidratada se siente y se ve tersa, suave y
brillante. Además, es mucho más resistente y elástica, lo cual evita
la aparición de estrías y mantiene a raya a la implacable flacidez.
La cosmética ideal de hidratación corporal -cuya aplicación debe ser
siempre en sentido ascendente, desde los talones hasta las caderas-
debe incluir vitaminas, retinol o ácido hialurónico, agentes
tensores que estimulan la producción de colágeno y reafirman los
tejidos. Aquellas cremas que contienen un agente bronceante y que
dan tono a la piel aportan un atractivo extra, porque unas piernas
bronceadas se ven más delgadas y mejor torneadas.
La depilación
Fundamental para que las piernas queden más estilizadas. Existen
diferentes métodos: cera fría, tibia o caliente, cuchilla, cremas
depilatorias...; pero la depilación con láser o fotodepilación,
además de asegurar la eliminación definitiva del vello en unas
cuantas sesiones, consigue alisar la piel.
Flacidez. Hay
que poner en tensión la piel
Todo nuestro cuerpo se resiente ante la pérdida de tonicidad de los
tejidos, pero la cara interna del muslo y las rodillas son las zonas
más afectadas. El motivo de este descolgamiento es la debilidad de
los músculos abductores. Para combatirla, el ejercicio es la
solución más natural: con un buen entrenamiento, además de conseguir
esculpir los contornos, favorecemos la buena circulación sanguínea.
En función de tus posibilidades, las opciones son infinitas:
programas personalizados en el gimnasio, entrenadores personales,
plataformas vibracionales... o hábitos tan sencillos como |
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subir y
bajar escaleras, la bicicleta, el patinaje, caminar durante 30
minutos al día, andar de puntillas por casa, hacer movimientos de
rotación con una pelota de tenis o una manzana en la planta del
pie...
Lo mejor
de todo es que las piernas reaccionan rápidamente a cualquier tipo
de actividad, y los resultados son visibles en apenas unas semanas
si se es constante. Existen diferentes tratamientos en los centros
de estética diseñados para endurecer los tejidos, como la
radiofrecuencia, que, mediante la producción de calor, tensa las
fibras que sujetan la piel y contribuye a la formación de colágeno
nuevo. Se necesitan varias sesiones.
Pesadez. Apúntate al
movimiento
El sobrepeso influye en los trastornos circulatorios, lo mismo que
el sedentarismo y la mala alimentación. Las piernas cansadas son un
problema que afecta cada vez más a la población a partir de los 35
años -hoy en día, un 75% de las personas adultas sufre esta
molestia-, sobre todo a las mujeres, debido a los desarreglos
hormonales causados por la menstruación, los embarazos, la
menopausia, etc. A veces consiste en una leve molestia, pero en
ocasiones el dolor se hace crónico y aparecen esas sensaciones de
pesadez y de hormigueo, e incluso pequeños calambres.
La mejor forma de esquivar todo tipo de trastornos en las
extremidades inferiores, como la pesadez, la hinchazón o las piernas
cansadas -todos ellos relacionados con la mala circulación y con una
retención anómala de líquidos-, es estabilizarse en un peso
correcto, poner en marcha la bomba circulatoria con ejercicio
moderado y adoptar unos hábitos adecuados y un estilo de vida
saludable.
10 consejos
importantes para evitar las piernas cansadas:
1. Llevar una dieta rica en fibra.
2. Beber abundante agua.
3. Evitar las comidas saladas.
4. Usar ropa cómoda, nunca muy ajustada.
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