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                                                                                                                                 Pereira, Colombia -  Edición: 12.593-173 - Fecha: 22-03-2020  

PERSONAJES                                                                     Pgs. 1-19

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Don Álvaro Zuluaga y los personajes de Pereira

 

Entrevista por Enrique J. Marrero

 

Enrique J Marrero:


En una mesa de trabajo que propuso el señor Alcalde y la cual dirige el Secretario de Planeación, me fui para el área de migración debido a mi condición de migrante y entrevisté a varios actores allí presentes, a uno de ellos le hice la siguiente pregunta: desde su curul, ¿Cómo podemos hacer para lograr capturar o renovar la esencia o el sentido de pertenencia del pereirano que se está perdiendo por que los niños están abandonando los colegios y hay mucha deserción escolar?


Él me dijo que se perdía la esencia y había tanta deserción escolar por que el 90% de los hogares pereiranos tenía solo un padre o solo una madre, o en algunos casos no estaban ninguno de los dos debido que residían en otro país buscando recursos para darle una vida mejor a sus hijos y por ende los dejaban al cuidado de un tercero, ya sea un tío o un abuelo.

 

 

En su opinión ¿Es esto correcto?


R.- No. Es decir, los caos existen, la economía de estos países en vía de desarrollo es muy frágil y la gente suele salir a buscar horizontes, pero hablar del 90% es una barbaridad. Yo creo que debemos comenzar a entender quiénes somos para comprender lo que sucede. Pereira es una ciudad de inmigrantes a través de toda su historia, inmigrantes fueron los indígenas, inmigrantes fueron los caucanos, los antioqueños, las castas que han poblado la ciudad, los extranjeros. Esto es un pueblo de inmigrantes por que a mediados del siglo XIX, se abrió un camino que comunicaba el estado de Antioquia con el estado de Cauca (esto era Cauca, nosotros nunca fuimos Antioqueños) y ese camino abrió unos territorios baldíos.


Al abrir el camino, los pueblos antioqueños que han sido nómadas, comenzaron a buscar tierras y había una ley en esa época de que todo lo que usted tumbe y siembre era suyo, por eso muchos antioqueños migraron para acá. Luego, comenzaron a llegar de todos los departamentos y se fue generando una cultura colectiva.


Cuando yo era niño, mi papá me decía que los vecinos de la casa de en frente comían y rezaban distinto, y eso para uno de niño que estudiaba en un colegio de curas generaba curiosidad, pero no era con ningún ánimo censurable ni de crítica. Entonces usted aprende a crecer teniendo respeto por quien tiene otra cultura, eso fue lo que pasó en Pereira, un respeto por la otredad, es una palabra que uso mucho en mis charlas y significa el respeto a todo el contenido del otro. Por eso Pereira marcó huella y es tan atípica.

 

 

Puedo afirmar entonces, que aunque estamos en Colombia y ha habido violencia, de las comunidades menos violentas del país es la pereirana. Aquí hubo una guerra a finales del siglo XIX que es la guerra de los mil días y fueron derrotados los liberales y toda la plaza mayor de la guerra de los mil días se vino a vivir a Pereira.
El teatro de aquí se llama Santiago Londoño, que era el médico de Rafael Uribe Uribe el líder de los liberales en la guerra de los mil días. El parque, El Lago también se llama Rafael Uribe Uribe y antes se conocía como La Concordia, lo que significaba la convivencia pacífica. Es decir, siempre ha habido un respeto por el pensamiento ajeno. El carácter el pereirano es abierto, tolerante, convocador.


En el 2013 cuando Pereira cumplió 150 años, Juan Gossain, director de noticias de una cadena radial aquí, me llamó y me hizo una entrevista, me preguntó por una palabra para definir a Pereira y le dije libre pensamiento, porque aquí se asentaron las primeras iglesias no cristianas.

 

 

 

¿Podríamos decir que Pereira es una tacita de cristal?


R. Es frágil y romántica


Enrique J Marrero:


Cuando hablo con las personas mayores de 70 años yo les digo que Pereira es la Caracas de los años 90, donde usted puede sentarse a conversar y tomarse un café con todo el mundo, cualquiera le brinda un café o lo que ustedes llaman un tinto, entonces ¿Cómo podríamos nombrarla con otra palabra que no fuera Pereira?
 

Entrevistado:
Yo soy muy reacio a títulos, aquí se conoce como la Perla del Otún y la querendona, trasnochadora y morena.

 



Me fui buscando todas las actividades, busqué ingeniería, busqué medicina, personajes que hayan sido significativos en la historia de la ciudad.


Sucede que yo no soy historiador, soy ingeniero civil y no sé por qué terminé de historiador pero así terminé y fundé la Academia de Historia hace 20 años y la dirigí durante 15 años, entonces tengo muy buen registro de la historia de Pereira. No soy el que más sé de todos estos temas, pero como he tenido que interlocutar con los que más saben de cada tema y tengo una memoria buena.


¿Usted es pereirano? ¿De padres pereiranos?

R.- Sí, soy de Pereira y de padres también pereiranos y de familia muy vinculada a la ciudad. Mi abuelo fue ingeniero civil, fue quien hizo el ferrocarril, la estación que hay en el Parque Olaya.

El estadio de Pereira lleva el nombre de Hernán Ramírez Villegas, él es tío mío. Mi familia está muy vinculada con la historia de Pereira. Entonces, para el efecto del libro de los 150 personajes, recorrí todas las disciplinas y fui seleccionando y fueron 150 porque en ese año, la ciudad de Pereira cumplía 150 años de fundación.
 

¿En qué año?


R.- Fue para el 2013. Yo, como historiador tengo otra versión completamente distinta de la historia de Pereira. Con una misa nos borraron la mitad de la historia, porque usted pregunta sobre la historia de Pereira y lo que responden es que el 30 de agosto de 1963, el padre José Antonio Cañarte dio una misa y ese es el inicio de la historia, como si el bing bang hubiera sido el día anterior. Nos borraron todo o que había antes de eso, eran cosas muy significativas por ejemplo, la misa la dio en un pueblo que ya estaba fundado entonces no fundo nada, dio la misa por que los habitantes del pueblo le habían pedido al obispo que mandara a decir una misa por que el gobierno nacional reconocía como aldea en el siglo XIX a las que tuvieran parroquia.


Entonces, los habitantes de un pueblo que se llamaba Condina le escribieron al obispo para que mandara a decir la misa en esa parroquia y no para fundar nada, ya estaba fundado el pueblo.


El río de Pereira se llama río Otún, pero Otún no es una palabra ni española ni indígena, es una palaba africana y significa diosa de las aguas.


¿Quién le puso ese nombre?


R.- Aquí en un sitio que se llama Turín, en la 30 de agosto donde queda la clínica Saludcoop, ahí se escondían los negros que se fugaban de las haciendas (los esclavos) y esos negros hicieron un palenque (un pueblo de negros) y ese palenque fue quien bautizó el río.


En los mapas antiguos del siglo XVII y XVIII aparece como el río grande de Cartago, porque Cartago fue fundado aquí y también nos borraron esa historia con la misa, nos borraron el palenque negro


 

 

En los libros de los cronistas españoles que vinieron con los conquistadores, casi todos eran curas, aparece el Salado de Consotá (Consotá es el río de acá), entonces yo me dije que lo tenía que encontrar. Un día tuve la suerte de que un alemán estaba aquí gerenciando una ONG y le dije que me financiara la investigación y él me respondió que sí, preguntó que había que hacer, yo le dije: vea, voy por el rio Consotá, aquí en la curva para Armenia río arriba tomando la salinidad cada 100 metros. Cada 100 metros aumentaba la salinidad del río, hasta que pasé otros 100 metros y no había salinidad. En ese tramo desembocaba una corriente de agua salada, entonces compre guadañadoras y rompí adentro hasta que encontré el ojo del agua y toda la estructura alrededor.

 

Le tomé carbono 14 a las piedras del roto, a la base del roto. Tomé muestras y las envíe a Alemania y me dio 6.000 años, o sea, 4.000 antes de cristo. Mientras los asirios, los sumerios y los babilonios iniciaban la cultura occidental en el Asia Menor, acá había procesos industriales. Eso nos lo borraron con la misa del padre Cañarte.

 


¿Qué hace la Alcaldía de Pereira y la Gobernación de Risaralda para poder destacar la historia de Pereira?

 

¿Realizan foros o reencuentros de la historia de Pereira? ¿Están haciendo algo?


R.- Mis acompañantes en la idea de la Academia de Historia y yo, creamos una mentalidad nueva en Pereira, aquí ni la historia ni el valor patrimonial importaban, tumban una casa para hacer un parqueadero sin importar la historia de la casa. Tengo 250 ejemplos de unas propiedades importantísimas de la historia de la ciudad que ya no existen.


Entonces comenzamos a generar una conciencia en la parte administrativa y en la parte social sobre la historia. A codazo limpio me fui metiendo y ya tenemos un puesto en el Consejo de Planeación como Veedores de Patrimonio Histórico. Gracias a la fuerza que adquirimos, hemos ido interviniendo propiedades, por ejemplo aquí en frente hay una casa y abajo unos locales comerciales, esta casa la hicimos declarar Patrimonio y por esta razón ya no se puede vender la propiedad, por eso me amenazaron de muerte.


En los gobiernos hemos iniciado una conciencia sobre el valor histórico, entonces la Alcaldía de Pereira me dio el 4to piso de este edificio para que tuviera la sede de la academia de historia. Ya el alcalde cuando va a bautizar un coliseo, un centro médico o cualquier institución nos llama y eso nos ha puesto en cabeza del tema.


Aquí todo lleva el nombre de un político, hay un barrio que se llama Ernesto Zuluaga Ramírez (un hermano mío) que fue alcalde, gobernador y senador. Muy decente y no se robó nada, pero era su deber y cumplió con su trabajo, para eso le pagaron. De hecho en el libro de los 150 personajes no aparece él y mucha gente me tilda de déspota pero es que yo con los políticos no voy, salvó que haya hecho algo excepcional.

 


Entonces cuando el alcalde nos llama que va a bautizar un puente, tiene propuestas para nombrarlo como algún político de acá, como por ejemplo el viaducto Cesar Gaviria Trujillo lleva ese nombre en honor al pereirano que llegó a ser presidente de la República, pero yo no estoy de acuerdo con eso. La Academia ha venido fortaleciendo esa práctica de que las edificaciones lleven un buen nombre, por ejemplo de indígenas como una forma de rescatar las tribus que existieron en estas tierras y aniquilaron los españoles, como el hotel de la plaza que se llama Soratama.
 

Enrique J. Marrero

enriquejmarrero17@gmail.com

 

 

 

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