impuestos que paga por comerse una hamburguesa, o cualquier cosa que consuma desaparece cuando llegan al erario.

Sabe que para poder vivir medianamente se tiene que enfrentar contra las leyes impuestas y tratar de evadir en cualquier forma tener que pagar impuestos o pagar impunemente a servidores públicos para que agilicen o hagan manipulaciones para poderse liberar de esas cargas económicas tributarias que les impone el Estado.  

De todo esto se desprende que el Estado es el mayor creador del crimen organizado, porque de ese crimen organizado el Estado vive de todo lo que recoge o quita por infringir sus leyes y a su vez sus mismos oficiales se benefician de esos actos criminales.

Hoy la sociedad ha evolucionado porque ha vivido en medio de esos oleajes de corrupción que la han dejado saturada de tanta experiencia desagradable que ya todo parece normal a pesar que está podrido el sistema.

Ahora en esta nueva etapa que se abre en estas elecciones presidenciales y de congreso la sociedad está más atenta de lo que viene para su futuro y ve con malos ojos el panorama que se está presentando. Ya se ha visto como experiencia ajena lo que ha pasado en Venezuela y Nicaragua y no se quiere arriesgar que eso pase por estar desatento y no asumir la responsabilidad que le corresponde.

Leyendo las últimas encuestas nacionales sobre las elecciones que se aproximan se ve que el panorama electoral ha cambiado drásticamente en la forma de enfrentarse a los candidatos que aspiran a los diferentes cargos. Ya no hay esa apatía y ese alejarse de las urnas como solía pasar en el pasado y dejar que los grupos políticos se tomaran el poder de la nación para su beneficio y el de y sus allegados. Ahora la sociedad tiene un mayor sentido de pertenencia y quiere demostrar que si puede ella controlar el desborde de la corrupción que ya ha sobrepasado los límites.

Esta generación del siglo 21 no quiere huir del país en busca de oportunidades en tierras extrañas y exponerse a situaciones desagradables cuando en su país existen todos los elementos para vivir con el confort que se requiere para crecer y vivir sanamente si se organiza el establecimiento para bien de la sociedad y no para un determinado grupo político o familiar.

Por Zahur Klemath Zapata

El país ha cambiado sobre su punto de vista de percibir la política y ha visto los cambios que se han dado en estas últimas tres décadas. La percepción vivida la nueva generación que no es mayor de 30 años, ha encaminado a esta sociedad pensante a actuar con mayor diligencia frente a los candidatos que hoy se presentan para ser elegidos en las próximas elecciones para la presidencia y congreso.

En el pasado la sociedad era emocional y no lógica y por esa condición fue manipulada por siglos. A eso había que agregar una condición de naturaleza que no se podía cambiar que era la parte evolutiva, desarrollo o maduración en el conocimiento intelectual que los hacia ser como simples mascotas de quienes ostentaban el poder y su entorno.

Las necesidades básicas eran alimentadas a la sociedad al igual que se hace con un animal de brega para que pueda rendir es sus labores de trabajo. Las emociones íntimas se mantenían en su entorno y cuando al patrón lo asaltaban sus emociones tomaba a quien hacía parte de sus dominios para hacerlas desvanecer como si fuera una necesidad fisiológica.

alcanzaban su libertad los impuestos nacían con ella.  Hoy en día tributar es parte de la vida cotidiana y sobre esta imposición no se razona con profundidad porque sobre ese raciocinar es peligroso y es temerario.  El miedo que ejerce el Estado sobre sus mascotas es imperativo. Y es mejor pagar que cuestionar o no pagar. Las cárceles y el patíbulo  han sido históricamente el hogar para los infractores.

Hoy, la nueva generación se cuestiona, no porque sean filósofos o librepensadores. Lo hacen por el simple hecho de estar viviendo una realidad que no se ajunta con su condición de seres libres, independientes y autónomos en una sociedad que se precia de democrática de la cual hace parte pero no recibe nada de lo que predica, Y para esto no se necesita ser un genio.

Aquí es donde ha visto la lucha de valores enfrentados entre el Estado y fuerzas insurgentes en la ninguna de los dos ha podido ganar la guerra. Pero continúan discutiendo entre muertos y heridos, positivos-negativos más los desaparecidos que jamás aparecerán en ninguna lista.