Efectos de la luna en la agricultura

1.- NOVILUNIO O LUNA NUEVA, o fase en la que el satélite se acerca gradualmente a la tierra incrementando su presión hacia ella, en la que no puede verse más de un 2% de su superficie,

POR. - I.A. IVÁN R. PULIDO GONZÁLEZ - REPRESENTANTE

La debacle de los debates

Hernán Riaño

En los últimos días se realizaron dos “Debates Presidenciales” en dos sendas uniones periodísticas tradicionales del país. El primero organizado por una “alianza” de dos medios reconocidos de derecha como lo son la revista Semana, de propiedad del grupo Gilinski, (El periodista Daniel Coronell, había denunciado, a su salida de la revista Semana, que Gabriel Gilinski se había confesado “uribista y trumpista” (1)),  y el diario El Tiempo, de Sarmiento Angulo, dueño también, del grupo Aval. El segundo por Prisa Media, propietarios de Caracol radio y la W.

Mi opinión personal de los debates electorales es que no aportan nada o casi nada a la cultura política del país y menos a los ciudadanos. Solo satisfacen el ego de unos “periodistas” que se creen con la autoridad de decidir sobre quien es bueno, quien es malo, y que deben o no contestar los candidatos. También son útiles para “subirle”, momentáneamente, el “rating” a unos medios de comunicación tradicionales muy de capa caída por estos días por todas sus intervenciones “periodísticas” con todo lo que pasa y su manejo de la “verdad”.

Hay que recordar algunos debates que han sido memorables. Uno de los mas antiguos y recordados, es cuando un medio televisivo no invitó a Antonio Navarro Wolf, según ellos porque no “figuraba en las encuestas” y por lo tanto no merecía la invitación, como una protesta el entonces candidato, se apareció como “un fantasma” en medio del debate (2).  Otro más reciente, el de la actitud grosera y prepotente de Luis Carlos Vélez, quien regañó a unos candidatos en medio de un debate que él conducía (3), hoy es un uribista declarado y flamante director de un medio de la misma corriente política. En el proceso presidencial anterior, este “periodista” se distinguió por dedicarse a contradecir y dar dudosa información sobre un candidato, y de otro lado, al actual presidente, le hacía preguntas sin trascendencia y alababa sus virtudes faranduleras (4).

No analizaremos lo planteado en los debates, porque parecen un deja vú de la campaña del año 2.018, en la que las actitudes, preguntas y respuestas de los candidatos de la derecha son las mismas de ese proceso electoral.  ¡No proponen nada! Todos se basan en “darle palo” al candidato Gustavo Petro y tratar de desacreditarlo, porque es lo único que les queda, recurrir a la vieja confiable acusación de “guerrillero castrochavista”, todo esto, aunado a una cantidad de mentiras que quieren volver “verdades” de tanto repetirlas.  Eso les ha funcionado en el pasado.

Hay reflexiones obligadas que demos hacer: ¿Vale la pena el desgaste de un candidato que tiene propuestas concretas?, se podrá o no estar de acuerdo con ellas, pero es el único que plantea algún tipo de soluciones a los grandes problemas del país.  ¿Vale la pena reencauchar a unos medios de capa caída que han perdido un gran porcentaje de su audiencia y que solo les queda el de los uribistas? ¿Contribuyen en algo este tipo de debates? ¿No es mejor plantear, en otros medios, unas entrevistas que muestren el fondo y los detalles de sus propuestas?

Gustavo Petro tiene una gran deuda con los medios alternativos y los ciudadanos que esperan que amplíe sus planteamientos con toda libertad y profundidad donde realmente lo dejen.  Hoy lo que se impone, ante tanta posverdad, es poder conocer al detalle todo lo que propone Petro. Así debieran hacer todos los candidatos del gobierno, en vez de pasar por ignorantes e incapaces. Esto es lo realmente importante y no si “peinó” a uno o a otro, eso queda para la galería.