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Solo un mito
Luís Enrique Arango Jiménez
Se está magnificando la capacidad que tienen los jefes políticos de
inducir la votación de los que se alinean con las orientaciones de
los partidos en las elecciones presidenciales. Los hechos demuestran
otra cosa.
Aún sin tener la cifras definitivas de los escrutinios de las
elecciones del pasado 13 de marzo, por aquello que es de dominio
público, usaré de manera provisional los datos del preconteo,
publicados por la registraduria, con la certeza de que la votación
por los partidos donde pondré la lupa, podrían bajar antes que subir
.
Veamos por ejemplo la votación del Partido conservador al Senado.
Obtuvo : 2.213.528.
En cambio miremos los votos depositados en la consulta por el
candidato de ese partido dentro de la coalición Pacto por Colombia,
de la que hacía parte . David Barguil solo logró alcanzar 629.510
votos. Ello implica apenas una fracción de la votación (28%) , de la
que el Partido Conservador obtuvo en su lista al Senado.
Por el lado del Partido de la U la situación fue peor, solo le
transfirieron a Enrique Peñalosa, a quien respaldaron oficialmente,
231.668/1.506.134, es decir un 15,4% . Y eso suponiendo que el
Candidato no aportó nada por fuera de ese partido.
Nótese además que en particular estas consultas se hicieron en
simultánea con la elección al Congreso, donde todas las maquinarias
partidistas estaban activadas, jugándose a fondo para elegir sus
voceros.
Lo que viene ahora es diferente, son solamente elecciones
presidenciales, donde baja ostensiblemente el activismo partidario
tradicional.
En estas condiciones, con todo respeto, no veo los famosos 2
millones de votos del partido liberal que algunos asumen estar en
manos del jefe único de ese partido, el expresidente César Gaviria
Trujillo.
Hay otro antecedente que aunque diferente puede ser también
iluminador sobre la decreciente capacidad de endoso del jefe este
partido . Se trata de la última consulta abierta a todo el
electorado que hizo el partido liberal en el año 2017 para escoger
solo entre los precandidatos liberales y con el apoyo de la
registraduria su candidato a la Presidencia de la República para el
año 2018, donde resultó escogido el Dr Humberto de la Calle Lombana.
Se habían inscrito varios partidos en la registraduria para hacer
sus respectivas consultas pero declinaron y finalmente solo quedó el
Partido Liberal . Consulta además muy criticada por los altos costos
para el Estado.
Estos fueron los resultados de la cónsula abierta a todo el censo
electoral.
Consulta Partidos
Partido Liberal
Noviembre 19 de 2017
Humberto de la Calle, 362.229
( 53,05%)
Juan Fernando Cristo, 320.496 (46,94%)
Votos totales incluyendo nulos y no marcados 736.950.
Una bajísima votación, participó en la consulta un escaso 2% del
censo electoral.
Nada que ver dirán algunos, sin embargo es un episodio indicativo de
una realidad que hoy se ve reflejada ademas en las crisis internas
sufridas por ese partido, acrecentadas precisamente en la consulta
de marras.
Hoy en día ambos candidatos liberales de la época respaldan a Sergio
Fajardo Valderrama.
Todo este preámbulo para poner en blanco y negro la realidad de los
partidos políticos históricos, que en el pasado pudieron ser
determinantes pero que hoy, de organizaciones acatadas y creíbles
tienen muy poco.
Los electores son libres y toman las decisiones con mayor autonomía
en este tipo de elecciones por las razones expuestas y muchas más.
La elección Presidencial es quizás el voto donde la conciencia
ciudadana puede actuar lejos del pequeño interés mundano por decirlo
de alguna manera.
Ello no significa que se rehuya el apoyo de las personas que
profesan el credo liberal y posean liderazgo, por el contrario en la
Coalición Centro Esperanza está su espacio real. La diferencia
estriba en que no va ser posible que se reediten acuerdos políticos
a la usanza tradicional.
La campaña electoral como dice Sergio Fajardo Valderrama apenas está
empezando. Estamos remontando la cuesta .
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Breve historia de los pendejos
Agustín Perozo Barinas
«Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la
mitad de los que no lo parecen». Francisco de Quevedo
Estaba inmerso en un medalaganario disfrute de los encantos
naturales del Caribe insular, cavilando porqué la gente sigue
votando a favor de sus verdugos, hasta que dos eventos con
consecuencias globales frenaron de golpe esta fantástica historia.
A pesar de los mosquitos, huracanes, terremotos (estos rara vez),
atracos, robos, desorden vehicular, ruido extremo, corrupción
impune, violencia y la depredación del medioambiente y de los
hábitats costeros, nuestro territorio goza de playas paradisíacas,
canotaje en ríos de alta montaña, un cálido clima y exuberante
vegetación; en fin, si este terruño no padeciera sus problemas
seculares fuera lo más cercano a la idea del Edén.
Alguien que se fue de estos lares, no sabemos hacia dónde, sentenció
una frase lapidaria: "Me voy y os dejo, que el más vivo viva del más
pendejo". Cuando la escuché por primera vez no sabía aún que yo
también era de los pendejos a quienes hacía referencia.
Se puede pecar de pendejo de muchas formas pero la más notable es
serlo y no reconocerlo: "A mí nadie me coge de pendejo", es un dicho
muy generalizado.
Pues bien, pendejear es un atributo más universalizado de lo que se
asume. Podemos repasar algunas "cogidas de pendejo" entre muchas
tantas, sin antes señalar que, gracias a estas tecnologías que
dieron paso a la Internet (incluyendo las redes sociales), el
ciudadano de a pie tiene una poderosa herramienta, para bien o para
mal, como el libre albedrío, para empoderarse como nunca antes en su
historia como bípedo racional.
Hay arrogantes, soberbios del conocimiento, "doctos-eruditos" de la
vieja escuela que buscan imponer sus 'verdades sociopolíticas'
obviando aquella frase de Marco Aurelio que reza: «Todo lo que
escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una
perspectiva, no la verdad». A esos sabelotodo podemos guiarlos con
unas palabras: La falibilidad de los seres humanos implica que no
pueden obtener certezas absolutas salvo casos triviales donde una
afirmación es cierta por definición.
La escurridiza última verdad que erróneamente creemos poder alcanzar
con los sentidos y la razón en esta vida, quizá, probablemente, en
el misterio de la muerte puede que se encuentre.
Cada quien tiene su propia versión de como su buena fe, ingenuidad,
desconocimiento o imprudencia, da cabida a hábiles del provecho para
quitarle lo suyo... y no solamente lo material. Lo más patético es
cuando esto se hace a poblaciones y naciones enteras, como sucede
con los impuestos, por ejemplo.
Usted tributa a favor de los ricos, por un lado, y a favor de
ladrones públicos, por el otro. Aquí no se aplica aquello de: "¡A
coger a otro de pendejo!" Los tributarios cabemos todos en el mismo
cajón.
Una de las pendejadas mayores es tan simple como saber que de un
conflicto en Europa, que desencadene en una guerra nuclear, lo cual
no es enteramente imposible, nos tocará a todos un pedazo del pastel
radioactivo o hasta un "invierno nuclear".
Sería el escenario extremo pero, en lo que alcanzamos esa meta, pues
parecería que la especie humana lo desea, tenemos, sumado a una
pandemia histórica, precios exorbitantes de las materias primas, los
fletes marítimos, el petróleo y el gas.
Las guerras eternas:
https://diariojudio.com/opinion/shalom-shalam/362620/
¿Quiénes se benefician de ello y de la espiral inflacionaria
resultante? Como técnica de investigación criminal, para resolver un
crimen hay que analizar el motivo. El gran capital internacional,
titiritero de gobiernos, ejércitos, fuerzas policiales y judiciales,
bancos, congresos legislativos, etc., podría ser... De hecho, los
congresales son peones claves para legitimar lo ilegítimo. Una vez
"legal" ya es concretamente posible: cogernos de pendejos.
Fidel Castro advirtió en un discurso: "Cuando surgieron los medios
masivos de comunicación se apoderaron de las mentes y gobernaban no
solo de mentiras sino de reflejo condicionado. No es lo mismo la
mentira que un reflejo condicionado. La mentira afecta el
conocimiento. El reflejo condicionado afecta la capacidad de pensar.
Y no es lo mismo estar desinformado que haber perdido la capacidad
de pensar".
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Al general Augusto Pinochet le gustaba un proverbio de Antonio
Machado, con un evidente contenido filosófico: «El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve». O sea, lo esencial del
ojo es ver, no ser visto. El ser no es porque sea captado: es en sí
mismo. Su existencia es independiente de quien lo pueda percibir.
Entonces, para pensar... el pendejo, ¿nace con esa tacha o
evoluciona a ese nivel?
Los ladrones públicos (no les gusta que les llamen de esa forma) son
aquellos, civiles o militares, que succionan del erario, vía
salarios y privilegios excesivos de manera "legal", pues los mismos
han sigo legalizados por el sistema que responde a los dueños del
gran capital.
En ese grupo también están empresarios que, como sabemos los
pendejos (aunque finjamos no saberlo), estructuran negocios y
despojos contra los intereses y patrimonios del Estado y todo esto,
de nuevo: "legalmente". Hay de todo en estos litorales, desde
empresarios/políticos hasta políticos/empresarios, que no es lo
mismo ni es igual, pero ambos coinciden en un objetivo primario:
Robar, que constituye la especie más grave de los delitos contra la
propiedad, pública o privada.
La definición de pendejo es, en dominicano llano: un tonto, pasmado,
cobarde, pusilánime o, sencillamente, estúpido. Este siempre cree
"que no es pendejo". También es común el oportunista que "se hace el
pendejo" y tiende a defender, o ser indiferente, a lo mal hecho.
Héctor Barnés nos aporta un buen artículo del cual extraemos la ley
número cinco de «Las cinco leyes de la estupidez», de Cipolla: “Una
persona estúpida es lo más peligroso. Es más peligrosa que un
bandido”.
Y continúa: “Después de la actuación de un bandido perfecto, este
obtiene un beneficio que es exactamente igual a lo que ha perdido la
otra persona. La sociedad en su conjunto no sale perdiendo ni
ganando. Si todos los miembros fuesen bandidos perfectos, la
sociedad permanecería igual y no había grandes problemas. La
diferencia es que los estúpidos no ocasionan ese equilibrio en la
sociedad: simplemente, la hacen peor".
Aún más: "La gran pregunta por lo tanto, es si de verdad es
preferible una sociedad de bandidos a una de estúpidos. Es lo que se
deduce de la (irónica) teoría de Cipolla, con todo lo que ello
implica. ¿Es mejor una sociedad donde todo el mundo se robe
mutuamente, porque ello causaría un nuevo equilibrio? ¿Se produciría
un estado de homeostasis en el que, finalmente, nadie saliese ni
ganando ni perdiendo?"
El incauto también se divide en dos clases: El incauto inteligente
(o tonto útil) es aquel cuya pérdida propia es inferior al beneficio
ajeno. El incauto estúpido es aquel cuya pérdida propia es superior
a la ganancia que otros obtienen de él.
Ver:
https://www.filco.es/las-5-leyes-la-estupidez-humana/
A veces los pendejos reaccionamos y publicamos en las redes algo
como: "Sr. Presidente, Usted habló de esfuerzo patriótico. Empiece
entonces eliminando las jubilaciones de privilegio de diputados,
senadores, exministros y demás avivatos. Piense en la vida que
llevan después de dejar la función, habiendo "trabajado" y aportado
tan poco. Es un insulto a la sociedad. Eso es un cáncer social. Todo
el que trabaja por cuatro años en el Estado en una posición de
dirección en adelante se cree merecedor a recibir una pensión
vitalicia. Si un día se hiciera una lista de los que se han
beneficiado y se benefician sin trabajar a costa del resto de los
ciudadanos se generaría un escándalo".
Propuesta: Indígnese. Ya a usted le robaron buena parte de su pasado
y su presente, y a sus hijos, casi el futuro. Ya indignado usted
sabrá lo que debe hacer y lo que no debe hacer.
Concluimos con Voltaire: «La idiotez es una enfermedad
extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los
demás».
Autor del libro sociopolítico La Tríada II en Librería Cuesta.
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