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Tipo de sal
y
qué cantidad máxima
El
sodio es imprescindible para que el cuerpo funcione, pero ¿lo es
la sal? |
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que
otra podemos añadir mucha más cantidad en los platos.
Además, debemos tener en cuenta que la sal no solo está presente
cuando la añadimos en las cocciones o en los platos. También hay
productos ricos en sal que pueden perjudicar nuestra salud si
los consumimos en exceso, aunque hayamos reducido la sal añadida
a los platos.
De hecho, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de
Estados Unidos, más de 70% del sodio de nuestra dieta proviene
del consumo de alimentos envasados y preparados.
Entre estos alimentos encontramos la gran mayoría de salsas
comerciales y la salsa de soja. También son ricos en sal los
concentrados para sopas, alimentos precocinados, carnes saladas
y embutidos, pescados en salazón y conservas. Tampoco debemos
olvidar los snacks salados (patatas fritas, frutos secos fritos,
palomitas de bolsa, etc.).
Por último, debemos evitar aquellos productos a los que se les
añada como ingrediente el glutamato monosódico, un potenciador
del sabor.
¿Cómo reducir la cantidad de sal sin renunciar al sabor?
Con toda la información recogida, podemos establecer
determinadas recomendaciones para disminuir la sal en la dieta:
.-Evitar los precocinados y las salsas comerciales.
.-Sustituir los piscolabis ricos en sal por aquellos que no la
contengan, como los frutos secos naturales, fruta natural,
edamame, humus casero sin sal, etc.
.-Fijarnos bien en las etiquetas de los alimentos para evitar
escoger los que contienen sal añadida o glutamato monosódico.
.-Sustituir la sal de cocción por especias y hierbas aromáticas.
Estas potenciarán el sabor de los alimentos.
.-La cocción al vapor, papillote o el asado conservan mejor el
gusto de los alimentos que otras técnicas como el hervido, por
lo que no es necesario añadir tanta sal al plato.
Pero recordemos que tampoco podemos vivir sin sodio. Es posible
llevar una dieta sin añadir sal de mesa ni productos muy
salados, ya que existen alimentos que contienen sodio por su
propia elaboración como el pan, queso, etc.
Sin embargo, las dietas muy restrictivas en sodio (o sal) sin
indicación médica pueden tener efectos secundarios. Por ejemplo,
pueden provocar trastornos del sueño, déficit de sodio (sobre
todo en edades avanzadas) y aumento del riesgo de desarrollar
cálculos renales.
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La sal es la fuente principal de sodio en nuestra dieta. Nuestro
organismo necesita el sodio para muchas funciones. Las
principales son el correcto funcionamiento de las células y la
regulación del equilibrio de fluidos, electrolitos y de la
presión arterial.
Por lo tanto, el sodio es imprescindible para que el cuerpo
funcione, pero ¿lo es la sal?
La ingesta de sal de mesa aporta 90 % del sodio de nuestra
dieta. En personas sanas, la OMS recomienda ingerir menos de 5
gramos de sal al día (lo que equivale aproximadamente a una
cucharadita).
Sin
embargo, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y
Nutrición, en España se consume una media de 9,8 gramos de sal
diaria.
Consumir demasiada sal aumenta la tensión arterial a cualquier
edad. Además, su exceso en la dieta implica mayor riesgo de
enfermedades cardiovasculares, cáncer gástrico y accidentes
cerebrovasculares, como el ictus.
Pero también sabemos que podemos reducir el riesgo de estas
enfermedades mejorando los niveles de presión arterial al
reducir el consumo de sal en la dieta.
¿Qué tipo de sal tiene menos sodio?
En
el mercado existen diferentes tipos de sal entre los que podemos
elegir para sazonar nuestros platos.
La más saludable es la que tiene menos cantidad de sodio. Según
la técnica de extracción, zona geográfica, composición, |
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textura o color,
podemos encontrar diferentes tipos.
La sal refinada o común es la más utilizada. Está compuesta por
cloruro sódico, entre 97 y 99%. Al estar tan refinada no
contiene impurezas y es pobre en nutrientes.
Por su parte, la sal marina se extrae con la evaporación del
agua del mar, no está refinada y posee más oligoelementos y
minerales. Además, es rica en yodo, lo cual es positivo para el
organismo. La flor de sal marina contiene 10% menos de sodio que
la sal común.
Asimismo, la sal rosa del Himalaya también tiene menos sodio,
pero contiene otros minerales como el magnesio y potasio.
La sal céltica o sal gris también es baja en sodio y rica en
otros minerales.
Existe también la denominada sal light o de bajo contenido en
sodio, que contienen 50% menos de sodio.
Por último, la sal de potasio no tiene sodio (o en muy poca
cantidad). Sin embargo, aunque este tipo parezca una solución al
exceso de sal, su uso debe ser recetado por un facultativo
médico. Solo debe usarse cuando se tienen ciertas enfermedades
porque puede provocar un exceso de potasio en la dieta.
¿Basta con eliminar la sal de mesa?
Cualquier exceso de sal es perjudicial para la salud. Por tanto,
más importante que elegir el tipo de sal es controlar su
cantidad. No por escoger una sal con menor contenido en sodio
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