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CULTURA

 

Pereira, Colombia - Edición: 12.914-494

Fecha: Martes 26-04-2022

 

FILBO: recuperación que se juega la industria editorial

 

Teresa Pardo

 

Podría decirse que dos hechos sirvieron de ‘salvavidas’ para la industria editorial colombiana y, en general, para toda la cadena del libro durante la interminable crisis de la pandemia: su capacidad de resiliencia y sobre todo la lectura, ese refugio maravilloso con el que miles de personas paliaron las eternas cuarentenas.

 

 

Este extraño momento de la humanidad obligó a muchos negocios a echar mano de toda su creatividad para sobrevivir. Y como dice el dicho: “no hay mal que por bien no venga”. Por ejemplo, muchas librerías independientes debieron dar el salto obligado al mundo digital.


El caso de la librería Tanta Tinta, ubicada en El Retiro, una pequeña población del oriente antioqueño, a 40 minutos de Medellín, que se ha convertido en un colorido destino turístico, resulta ejemplar. Su librera, Catalina Pérez, cuenta que cuando llegó el encierro, la decisión era “o cambiamos o nos morimos”. O aprendían a vender a través de otros medios o les tocaba cerrar. A duras penas sabían usar el WhatsApp y, en ese momento, apenas algunas librerías habían abierto tímidamente sus cuentas en Instagram.

 

 

A pesar de que entrar en el mundo del e-commerce era como “abrir un negocio paralelo”, Pérez destaca que la mayor ventaja que dejó esta experiencia, que contó con el apoyo de la Cámara Colombiana del Libro (CCL) y del Ministerio de Cultura, entre otras entidades, fue la unión del sector.

 


“Más allá de la ayuda económica, el apoyo más importante es que unieron al sector de las librerías. Pudimos trabajar con los inventarios de todas, para entregar libros. Fue un asunto de solidaridad y casi que fue el aprendizaje mayúsculo que dejó la pandemia. Algunas  editoriales también nos capacitaron en e-commerce con cursos virtuales. Pero lo más bonito fue que por primera vez estuvimos unidos. Nos quedó un gran grupo de WhatsApp por el que incluso se han creado clubes de lectura para libreros”.

“Durante el confinamiento, y luego con las restricciones de movilidad, estimamos que hubo un incremento de la lectura y sobre todo de libros impresos”. De todas maneras, esta tendencia solo la podrán ratificar los estudios sobre lectura que se planean realizar en los próximos meses, como el Estudio Nacional de Lectura y Escritura (
Enlec), que realiza el DANE.
 

 

Pero lo más probable es que sí haya habido un incremento de estos indicadores, a juzgar por fenómenos como el de la librería digital Buscalibre.com, uno de los jugadores fuertes en este canal de ventas.

“La pandemia tuvo una influencia muy importante dentro del proceso de compra y lectura de los colombianos. Pudimos apreciar que las personas enfocaron su necesidad de entretenimiento en los libros y el canal que prevaleció para adquirir los libros fue el canal online. En
Buscalibre pasamos de vender 270.000 ejemplares en 2019 a más de 800.000 en 2020, lo que representó un crecimiento cercano al 200 %”. Pero el de ellos fue uno de los pocos casos que se vio beneficiado con el encierro.

Mercado golpeado
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que se hicieron por ‘sobreaguar’ este periodo de crisis,
Aristizábal comenta que el sector sufrió los efectos del encierro, que se reflejó en una caída de sus ventas en 2020.

“El estudio sobre el comportamiento del libro en el país, que realiza anualmente la
CCL, indica que esta reducción en las ventas fue de 16,1 %. Para el año 2021, donde aún estamos en el proceso de recolección de información para elaborar el respectivo estudio, se indica que inicialmente se presentó una recuperación de las ventas de libros, que se ha mantenido en los

 

 

 

primeros meses del 2022, de acuerdo con sondeos que hemos realizado”, anota el directivo.

De allí que una de las cartas más importantes que se juega el sector por estos días, en su proceso de recuperación, sea la presencialidad en Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), que reúne en Corferias a más del 90 % de la industria, después de dos ediciones virtuales.

En términos generales, el sector editorial ha venido mostrando un crecimiento interesante, con el surgimiento de nuevos participantes en el mercado. Según la CCL, en Colombia hay alrededor de 300 editoriales activas, en su gran  mayoría pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales entraron en operación en los últimos años.

“El crecimiento es bueno en la medida en que se amplía la oferta editorial, brinda nuevas posibilidades de publicaciones a los autores nacionales y también puede ampliar la exportación de la edición nacional”, comenta el directivo.

Sin embargo, este es uno de los canales de ingresos que sigue muy golpeado por crisis reciente, las exportaciones en el año 2020, “el último del que disponemos estadísticas, fueron de 27.662 millones de pesos, equivalente al 4,17 % de la facturación total del sector. Para ese año, se presentó una reducción de 43 % frente a 2019, debido principalmente a la reducción de las exportaciones por la pandemia”).

Además de las ventas, otro de los indicadores que puede arrojar indicios de la tímida recuperación es el número de nuevos títulos publicados en Colombia, que se mide a través del registro de ISBN (International Standard Book Number). Estos son los dígitos que se le asigna a todo libro impreso que se va a publicar.

“Para el año 2021 se asignaron 20.365 registros. Eso quiere decir que en el país se entregó esa cantidad de ISBN para la publicación de nuevos libros. Los números asignados registran un crecimiento del 0,1 % con respecto a 2020 y 2,6 % en comparación con 2019”,

 

 

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