EDITORIAL

Oportunidad y tortura social

Ya es bien sabido que en los últimos 10 años la migración a crecido de manera desproporcionada, en distintos países, debido a gobiernos que se hacen pasar por comunistas o populistas que no tienen tiempo para programar, para dar respuestas en lo social, económico y político, son incapaces de ir más allá de la mera manipulación que les permite convertir a los ciudadanos en productos idiotizados.

Es así que la oferta de las respuestas, salidas del análisis y del estudio, una que conforme un planteamiento, no es admisible para cerebros con falta de lecturas y de método, se les ve que son incapaces de ir más allá de un discurso pre aprendido o dirigido por quienes les hablan con textos o en los auriculares. Deben repetir, una y otra vez, lugares comunes, construir fantasías pegajosas que enganchen, crear ficciones que se adhieran a las mentes cual prodigios capaces de resolver a un país, pero la realidad social es otra que está rezagada a esa realidad que venden en cada discurso, incluso para los mismos políticos es confusa.

Asistimos a un reencantamiento irreal y por demás totalmente fantástico alejado de cualquier realidad pasada, al de la repetición vacua del desgaste de los que hoy ven muy lejos la solución de sus problemas más simples que es; trabajo, comida, estudios y salud, al de la fraseología que detiene, pero los contestaros parecemos no entender por que laberinto infructuoso están pasando. El re-encantamiento nos dice de la mengua, siendo él mismo otra mengua. El lugar comunismo o mal llamado populismo describe sistemas de no-producción de ideas, se recrea en palabras desprovistas de sentido, es una ficción maltrecha que se presenta como la solución y gana terreno en la desilusión de los malos gobiernos que le anteceden.

Una indignación debería recorrer a este nuestro pequeño mundo desechando este ejercicio “político” inútil y perverso que sólo trae consigo miseria y retraso social, una total descomposición social abrupta que no tiene llevadero. Una nueva historia internacional necesariamente pasa por desechar pasado y hurgarle la miseria al lenguaje y al comportamiento de estos gobiernos que de manera ilógica cobra mayores poderes en el Cono Sur. Debemos aprender a domeñar estas fuerzas líquidas que se evaporan y aprender a diseñar un futuro sin estos gobiernos populistas y desgarradores de vidas futuras, para sembrar odio y descomposición intrafamiliar.

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La guerra de los políticos no es la guerra de los pueblos

Zahur Klemath Zapata
zkz@zahurk.com

Esta es la edición 12.921-501 de El Imparcial de hoy Jueves 12 de Mayo de 2022.

Las guerras han existido desde que tenemos memoria histórica. La paz es solo un estatus que tienen los pueblos mientras vivan en el remanso de sus quehaceres diarios. Esta se pierde cuando un extraño ve en ese pueblo algo que puede tomar para sí sin menoscabo de quien lo tiene, causando todo el dolor que una guerra genera.

Alejandro III de Macedonia, o Alejando Magno fue un intrépido muchachón que cambió el orden social y político de Occidente y que hoy continúa haciendo estragos en las sociedades actuales. Este macedonio educado por griegos ha hecho más daño a través de la historia que todos los criminales juntos porque él abrió las puertas para que otros como él tuvieran el coraje de invadir tierras y se apoderaron de los bienes de sociedades que habían vivido en tranquilidad antes de la llegada del invasor.

Las guerras siempre fueron lideradas por guerreros, por bárbaros y criminales, porque el temor es el que se apodera de los espíritus débiles que se arrodillan para sobrevivir ante las amenazas de muerte y los soldados son reclutados bajo órdenes castrenses. Bajo esos parámetros nadie puede escapar de ir a la guerra.

Después de la guerra de Vietnam los Norteamericanos aprendieron una gran lección sobre que serían las guerras posteriores, y se cometieron varios errores con Ronald Reagan y  con George Bush que dejaron la economía nacional casi en la quiebra y además la negación de tropas renuentes a ir a combatir en territorios que no eran propios.

Los ejércitos de países evolucionados dejaron de reclutar personal a la fuerza para incorporarlos a la guerra y se convirtieron en ejércitos profesionales con reglas diferentes que en el pasado. Esto no quiere decir que no hay una guerra sucia entre gobiernos que quieren apoderarse de lo que tienen otros y más intereses de poder.

Ucrania no va estar fuera de esta lucha de Rusia hacia ellos que busca apoderarse de sus riquezas a lo que sea, mientras los policías del mundo intervienen para que esto no pase. Ya que Putin es un guerrero echado a la antigua a lo Genghis Khan.

No nos vamos a enfrentar a una tercera guerra mundial, pues esa tercera guerra ya la estamos viviendo con una epidemia y una economía mala que galopa por las estepas solitarias donde todos están casi mendicantes. Y los millones de muertos que ya ha dejado el Covid-19. Las bombas atómicas no van a caer por sí solas de ninguna parte porque todos van a perder lo que tienen y el planeta ya lo tenemos medio destruido por el calentamiento global y finalmente la población del planeta está disminuyendo anualmente en el 1% desde 2013 y ya ha perdido 680 millones de habitantes.

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